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Jue. Nov 21st, 2024
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Columnista Colombiano de Opinión : POR Carlos Fajardo
PARA PRENSA MERCOSUR- Cuenta X : Fastidiardo
Los que defienden el derecho de los presuntos delincuentes a “defenderse” en libertad y no reaccionan ante la arbitrariedad y el desconocimiento doloso de las normas que rigen lo jurídico, priorizan los “derechos” de imputados sobre el deber de procurar justicia a las víctimas.

Uno no sabe si esa defensa es producto de la ingenuidad o un acto de mala fe, pero, para comenzar, los casos que se traen a colación deberían ser por completo comparables. Cuando se ponen en paralelo casos que no son comparables hay razones para desconfiar de quien compara.

Un acto así es, sin duda, un intento perverso y malintencionado de manipular la opinión pública e instrumentalizar la justicia en favor de poderosos y espurios intereses.

La corrupción y el delito tienen sus exégetas.

No se puede ser tolerante con el crimen venga de quien venga.

Como si no bastara con las decisiones de jueces y magistrados venales favoreciendo clanes mafiosos en lo penal y lo electoral, están las acciones de fiscales, órganos de control y personas investidas de autoridad en contra de funcionarios honestos.

Lo ilustra la valiente fiscal Angélica Monsalve.

“Un juez que emite una decisión arbitraria, obviando una recusación ante la @CorteSupremaJ , un mandato de la Relatoría de la ONU para Jueces y Fiscales, que niega recursos procesales procedentes, y en general, el derecho quién sabe por dónde; un fiscal servil y mediocre exponiendo ante un juez cuál niño de bachillerato, unos hechos jurídicamente relevantes en mi contra, que seguramente en el futuro serán recordados en las cátedras de derecho, como lo vergonzante que puede llegar a ser un fiscal  cuando cumple órdenes,

Los dos son una digna representación de un sistema judicial putrefacto y permeado por la corrupción. 

Se concreta la persecución por ser mujer, y por haber desempolvado la descomunal corrupción, en que Mancera y Barbosa tienen sumergido al país.

En Colombia la justicia se hace cada día más utópica, a la alta dirección de Búnker de la fiscalía, se les está olvidando que su periodo termina en febrero y que existe la extradición hacia los Estados Unidos en casos de narcotráfico. “

Las señales de la sistematicidad de esa conducta en la Justicia colombiana abundan, traigo a colación apenas algunas muestras, las más recientes…

Un juez de Santa Marta que ni siquiera era el titular, sino un reemplazo provisional, ordena, sin que se hayan cumplido los requisitos de ley y sin que, por tanto, fuera competente para hacerlo, la libertad por vencimiento de términos de Arturo Char.

¿No fue acaso también un tribunal samario el que anuló los votos de quienes derrotaron a Pinedo?

La justicia samaria al servicio de las mafias politiqueras y pasando, en sus decisiones, por encima de organismos del nivel nacional, ni más ni menos que la @CorteSupremaJ y el @CNE_COLOMBIA.

Como si fuera todo un operativo para garantizar la libertad y la impunidad de figuras rutilantes de la oposición con graves cuestionamientos, imputaciones y condenas, otro juez concede la libertad condicional a alias “Uribito”.

Una justicia a la medida de los poderosos con quienes es concesiva y tolerante, una justicia implacable para los de ruana.

¿De qué saca pecho el inútil, venal y abusivo fiscal Barbosa?

Comunicados grandilocuentes y rebosantes de mentiras arrogándose éxitos en las investigaciones de personas presuntamente protegidas que no son ciertos, chocan contra una cifra vergonzosa del 94% de impunidad.

Las declaraciones a medios y en todo tipo de escenarios del Fiscal Barbosa culpando sin pruebas a Petro de cuanta cosa se le ocurre, son los cacareos desesperados de quien desde ya empieza a sufrir su c/vez mayor insignificancia y su incapacidad para revertir el 94% de impunidad que ha caracterizado su gestión al frente del ente acusador.

El ente acusador convertido en bufete para la gratuita defensa de criminales de lesa humanidad como el vejete sanguinario que llenó las veredas con los cadáveres de jóvenes desempleados a los que ilusionaron con la promesa de un empleo.

Fiscales que renuncian con cualquier pretexto garantizando el avance hacia el vencimiento de términos de procesos de gran calado y la designación en su reemplazo de otros funcionarios impedidos…

El propio fiscal utilizando su investidura como plataforma electoral para presentarse como opción para las elecciones presidenciales del 2026 como candidato de la derecha criminal que ha protegido durante su nefasto periodo, descuidando sus responsabilidades con el país.

Su febril actividad en medios afines a la mal llamada oposición inteligente contrasta con su inacción para aclarar lo relativo a los asesinatos de firmantes de paz y personas bajo protección del estado., al igual que la inefectividad para establecer con precisión e imputar a los responsables de los importantes hechos de corrupción del gobierno de su condiscípulo Duque, la saña con que se ha perseguido a funcionarios de la administración del Cambio y la defensa truculenta de Álvaro Uribe.

El Fiscal ha intentado por todos los medios minar la credibilidad del gobierno, creyendo que para tal efecto basta con declaraciones agresivas y calumniosas, filtraciones a medios afines con su ideología y pragmatismo inmoral.

Con el sol a sus espaldas se va dejando un tufo de sospecha.

No queda duda de la degradación y politización de la justicia en Colombia encarnada en la figura lamentable de un Fiscal ineficaz que se ha dedicado a proteger corruptos, a archivar procesos en los que es parte interesada y a utilizar su investidura como púlpito político.

Eso sin contar con las decisiones controvertibles y sospechosas de órganos de altos vuelos como la @CorteSupremaJ, la @CorteConstituc1 y el @consejodeestado  que han generado brutales choques de trenes con la administración central y constituido obstáculos para la correcta gestión de las aspiraciones y necesidades de quienes votamos por el Cambio y apoyamos las transformaciones que el país requiera para sacarlo del curso inexorable hacia la inviabilidad en el que lo pusieron administraciones anteriores.

Todo ello prueba la necesidad de reformar la Justicia sin atenuantes y de que, en forma urgente y sensata, se introduzcan cambios en la forma como se seleccionan los altos magistrados y funcionarios de ésta y se introducen mecanismos que eviten los abusos y las veleidades de altos funcionarios que se creen con patente de corso para delinquir. 

La justicia en Colombia es una gran impostura, un vulgar simulacro.  La justicia es un barco viejo y maltrecho que hace agua por todos los lados.

Una democracia sin justicia es simplemente una dictadura y en nuestro país estamos bajo la dictadura de los viles, mafiosos, corruptos, ladrones y asesinos.

No hay controles eficaces al abuso del poder.

Tristemente ya hace carrera entre la ciudadanía la certidumbre de que la única subordinación que respetan los jueces es la del cacique y el dinero sucio…

Sólo advertirles que la justicia real se busca sus caminos cuando la justicia formal se queda tan sólo en simulacros.

Las risas de los viles, cuando la impunidad los favorece, suelen transformarse en las sardónicas y descarnadas sonrisas de sus osamentas.

No hay crimen perfecto…

Cada día que pasa queda más en evidencia que los colombianos vivimos bajo la dictadura de los clanes mafiosos en una impostada democracia. Que somos los responsables de reelegirlos cada 4 años y, por tanto, que no podemos hacernos los inocentes ni sus víctimas, somos cómplices…

NOTA BENE

Varias preguntas surgen de lo confesado por Santos en una entrevista concedida hace algunos días a Alfredo Molano Jimeno con motivo de la conmemoración de los siete años de la firma del acuerdo de paz con las FARC EP.

En dicha entrevista Santos confesó que intervino ante las autoridades americanas e internacionales para que al señor ALVARO URIBE VELEZ, el gran capo de la violencia y a polarización en el país, se le concediera la inmunidad diplomática y no se le juzgara por sus crímenes de lesa humanidad.

Según lo señalado por Santos, se trató de una gestión para evitarle al país la “indignidad” de que uno de sus expresidentes fuera pedido en extradición, procesado y condenado por la justicia en otras latitudes (Donde a veces, con mucha más frecuencia que en nuestro medio, funciona)

¿La “indignidad” para Colombia es que un expresidente con tantos cuestionamientos como Álvaro Uribe sea procesado por cortes internacionales o que el mismo goce de “inmunidad diplomática” pese a sus crímenes?

¿La tal “dignidad” del país está por encima del derecho de las víctimas a verdad, justicia y reparación?

¿Los crímenes de estado, aún los de lesa humanidad, como los mal llamados “falsos positivos”, son excusables frente a una presunta afectación de la “dignidad” del país?

¿Es válido que un probable implicado en los “falsos positivos” dado que era, para la época de los hechos, ministro de defensa del principal determinador de esos crímenes, gestione inmunidad para el homicida intelectual y de paso para sí mismo ante la justicia internacional?

Señores

@CourPenaleInt

@CIDH

@RELE_CIDH

¿Es posible contar con las respuestas de Uds. a esas inquietudes?

¿Es la justicia internacional y, particularmente, la de DDHH susceptible de ese tipo de manipulaciones y decisiones a pesar de las víctimas?

¿Es eso Justo?

¿Es eso legal?

¿Se puede revertir esa decisión en el interés superior del respeto por los DDHH y la aplicación sin ambages de la justicia punitiva para los criminales y reparativa para las víctimas?

¿Qué se debe hacer para revertir esa absurda e indigna decisión?


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