En una decisión que dejó a la Guajira en una situación crítica, la Corte Constitucional negó al Instituto del Agua el poder crucial para abastecer de este recurso vital a la región. Ante este revés legal, Alfredo Saade, director designado por el presidente de la república, no se quedó en la indignación, sino que lideró una iniciativa trascendental para evitar que la Guajira muriera de sed.
Declarando a la corte como mezquina, Saade y un selecto grupo de personas decidieron tomar cartas en el asunto y fundar la “Aguajira”, una organización con la única visión de proveer de agua a la Guajira y evitar así una crisis humanitaria sin precedentes en la región.
Aguajira no es solo una fundación; es la encarnación de la solidaridad y la esperanza. Esta organización surge con el propósito claro de trabajar incansablemente para llevar agua a cada rincón de la Guajira, una región olvidada por décadas. La iniciativa toma vida con el compromiso de tocar puertas a nivel local, nacional e internacional, apelando a la sensibilidad de todos.
El pastor Alfredo Saade, líder indiscutible de esta noble causa, resalta la urgencia de recaudar 700 mil millones de pesos para ampliar el proceso de suministro de agua en la Guajira. Un desafío monumental que implica instalar 1359 unidades a lo largo y ancho del departamento para satisfacer la sed que amenaza con despojar de vida a la región.
Aguajira no solo busca fondos en Colombia, sino que extiende sus brazos a nivel internacional. Con la meta de recaudar 125 millones de dólares, la fundación planea hacer vaki, establecer cuentas bancarias en los principales bancos del país y del extranjero, todo con el objetivo de evitar que la Guajira sucumba ante la escasez de agua.
En este llamado a la acción, Alfredo Saade invita a todos los colombianos a unirse a esta noble iniciativa. La solidaridad y la participación activa son la clave para ayudar a aquellos que más lo necesitan. Aguajira no solo busca salvar vidas, sino también sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de garantizar un recurso tan esencial como el agua para todos. Es momento de unir fuerzas y cambiar el destino de la Guajira, transformando la adversidad en una historia de resiliencia y esperanza.
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