

En 1967, cuando eran muy pocas las mujeres latinoamericanas con independencia económica, nació Yanbal en Perú, una empresa que planteaba un modelo de negocios diferente para la comercialización de productos de belleza y cuidado personal.
El fundador, Fernando Belmont planteaba entonces que su sueño era “quitar el delantal a las mujeres”. Hoy, 56 años después, la compañía elevó la aspiración y su propósito es lograr el empoderamiento femenino, haciéndolas empresarias y manejando su propia capacidad de manejar sus ingresos.
El Grupo Económico Belmont es uno de los más poderosos de Perú (mueve alrededor de mil millones de dólares por año) y ha expandido su empresa a seis países del continente americano y a dos de Europa. En este momento tiene medio millón de consultoras y unas diez mil directoras, que son la fuerza de venta de la compañía; que emprenden y se multiplican, haciendo posible que quien se esmera pueda llegar a generar arriba de 8.000 dólares por campaña.
El reto va acompañado de capacitación y herramientas tecnológicas. La corporación tiene una línea de belleza, otra de cuidado personal, una de joyería y otra de fragancias. En un recorrido por la planta en Perú se evidenció que hay un recorrido desde detectar la necesidad en el mercado, encontrar con creativos la identidad de cada producto, hasta el diseño de los empaques y la producción final, con profesionales que trabajan en Latinoamérica, Europa y Estados Unidos.
La cabeza de Yanbal es la misma que inspiró el nombre de la compañía, Jeanine Belmont, hija del fundador y actual CEO. EL DEBER dialogó con ella en su oficina de Lima y habló de cómo es el corazón de la empresa, las lecciones de la pandemia, sus aspiraciones y objetivos a corto plazo.

¿Qué características tiene Bolivia para Yanbal?
Mucho compromiso, a la mujer boliviana le encanta que la reten; es la que más goza cumpliendo los retos y demostrando que puede sobrepasar esos objetivos.
¿Dónde está Yanbal en este momento, qué avances tiene?
El ADN de Yanbal no cambia, es la búsqueda constante de buscar la excelencia, de ver cómo traemos siempre mejores productos, tanto cosméticos como herramientas de trabajo para la fuerza de ventas, cómo hacemos mejor nuestro sistema, cómo damos un mejor servicio.
Esa búsqueda no cambia, solamente con la tecnología uno va cambiando y se va poniendo más al día. Y, por otro lado, está la búsqueda de cómo seguimos fortaleciendo a nuestra fuerza de ventas; es decir, cómo hacemos que más mujeres salgan adelante, cómo crecen ellas y sus honorarios, cómo vamos viendo que se desarrollen profesionalmente.
Eso también siempre ha sido, pero seguimos empujándolo porque cada vez hay más retos más herramientas a disposición y cómo nos ponemos al día con eso. Yo diría que mucho en la esencia de Yanbal no ha cambiado. Mi papá tenía el mensaje de que quería sacarles el delantal de las mujeres, eso obviamente no diríamos ahora; ahora lo que estamos buscando es cómo empoderamos a las mujeres y como les damos un mejor emprendimiento.
Fernando Belmont abrió el camino y hoy en Yanbal el 61% de la fuerza laboral es femenina, con mujeres liderando puestos importantes. Al ingresar a la oficina hay un letrero muy visible que deja claro que en ese lugar está prohibido el acoso sexual.
¿Cuántas personas trabajan en Yanbal a nivel corporativo?
Estamos hablando 2,500 personas en ocho países.
¿Y cómo se sobrellevan las conductas patriarcales o machistas que se normalizan en otros espacios?
Ah eso no existe. Es que no ha existido nunca. Yo creo que hay un ambiente más protegido para las mujeres aquí. La mujer tiene una voz fortísima.
¿Qué significó la pandemia para Yanbal?
La pandemia fue un capítulo importante en la vida de Yanbal. Quizás yo quise adelantarme mucho y hacer cambios de digitalización, de ser más agresiva y empujé en demasía. Pero no estaba el mercado listo, las señoras no estaban listas ni el mercado. Somos una comunidad a la que nos gusta y nos nutrimos de la presencialidad, del contacto humano. Al final, hay que ayudarse con herramientas tecnológicas, pero no podemos olvidar que una presencialidad y un contacto humano siguen siendo importantísimos. Esta es la dualidad que cada uno la entiende a su manera. El tema de saber convivir con los dos mundos es bien importante, no es uno o el otro son los dos.
Pero me imagino que se necesita estar en una transformación digital permanente…
Cada día les estamos dando muchas más herramientas digitales a nuestra fuerza de ventas, para que ellas sí tengan al día su información acerca de cómo están sus negocios, qué les falta para lograr sus metas, ayudarlas, asesorando digitalmente para que de alguna manera del trabajo se les haga más fácil
Usted es una mujer que está al frente de uno de los grupos económicos más poderosos de Perú. ¿Qué cualidades aporta el género femenino al liderazgo de una compañía?
La pasión, los detalles, el cariño, la naturalidad, pero eso no es por ser mujer. Yo no sé si es mi estilo. No sé, siento que se hace como más normal, uno lo quiere hacer más como una familia, uno se preocupa por el ser. No es un tema de mujer u hombre el buscar que se sientan bien, porque una persona que está bien balanceada, también va a producir bien y va a venir contento al trabajo. Entonces sí nos preocupamos mu – cho por esa parte.
¿Cómo es en este momento hacer negocios en la región, hay un clima favorable?
Creo que los que hemos vivido crecido en Latinoamérica desde que tenemos uso de razón, (sabe – mos que) Latinoamérica ha sido una zona complicada, siempre por una o por otra razón. Siempre ha habido complicaciones. Pero el medio ambiente nos ha hecho saber cómo convivir con esto y cuán distinto es ahora de lo que fue en el pasado. Yo diría que es igual. O sea, cada año tiene distintos retos, cada año tiene lo suyo y nada es seguir conviviendo. Como buenos toreros, sabemos capear el los temporales.
¿Es más fácil incursionar en el mercado europeo?
También tiene sus dificultades o porque tienes más competencia o porque hay distintas leyes; a ver cada mercado tiene temas lega – les, temas de registros sanitarios… Siempre la vida de un emprendedor no es fácil y hacer negocios no es fácil y hay que saber adaptarnos y prepararnos.
¿Hay planes de expansión?
Ahorita ninguno a un nuevo país; lo que queremos es reforzarnos en México, eso no quita nada de no seguir creciendo en los mercados latinoamericanos en los que estábamos, pero México termina sien – do un jugador para nosotros muy importante.
¿Qué pasó con EEUU?
Tomamos la decisión de cerrar en Estados Unidos hasta estar más sólidos y de repente volver a incursionar en unos años.
Desde su perspectiva y experiencia, ¿qué habría que hacer como empresario como inversionista para generar empleos de calidad teniendo en cuenta que nuestros países hay mucha informalidad?
Para generar empleos básicamente los gobiernos tienen que dar mucha más tranquilidad y confianza para que vengan más inversión privada y más gente quiera invertir en Latinoamérica. Ahora eso ya no depende de nosotros, depende más de nuestros gobiernos latinoamericanos y ojalá haya mucha más estabilidad para que se generen empleos. Para quienes estamos, nada, aprendemos a lidiar con el temporal.
¿Cómo ve al consumidor, ha cambiado mucho en los últimos 20 años?
Sí, claro. Todo el tiempo los consumidores cambian. Hoy hay más competencia, más apertura y más información, hay más internet, más comparaciones y uno tiene que estar ahí.
¿Qué hace para dar respuestas adecuadas?
Escuchando, estando bien atentos, viendo qué necesidades tienen. Hay que escuchar, leer re -portes, estudiar la data, es todo un tema de estar con todos los radares bien puestos.
Ahora mirando las empresas familiares y corporativas, ¿cómo se puede lograr la armonía entre ambos esquemas?
En este caso, somos mi padre y yo quienes estamos trabajando. Nosotros nos tenemos que ali -near sobre cómo manejamos la empresa. Cuando estén las nuevas generaciones hay que tomar definiciones acerca de un gobierno corporativo, con reglas claras. En la medida en que hay claridad en las empresas familiares, todo puede fluir, pero tiene que haber mucha claridad para las siguien-tes generaciones.
¿Es más desafiante ser heredera de un imperio económico que crearlo de cero?
A ver, creo que para todo hay desafíos en el fondo y hay personalidades. No me ha tocado a mí comenzar de cero. Lo que me ha tocado que es seguir un poco los pasos en un negocio que inició mi padre. Claramente hay muchísimos desafíos. En cambio, tengo una hija que comenzó su negocio, ¿cuál era más duro? Quizás cuando uno comienza, se está más solo; cuando comienzas acompañado, te preguntas cómo lleno los zapatos del padre, cómo demuestro que soy capaz. Creo que cada cosa tiene su reto y depende mucho de la personalidad del individuo. No hay una receta.

Janine Belmont, CEO de Yanbal /Foto: Ricardo Montero
¿Cómo se logra ser influyente en los negocios?
(Risas) Yo no me siento influyente. ¿Qué se necesita para ser influyente? Yo no sé cómo decir qué recetas se necesita; lo único que puedo decirles es primero es – cuchar y entender, o sea que esta-mos para ir marcando un paso de donde se quiere ir y sentir que ese paso que uno marca te lo compran y que puede vender la idea de hacia dónde tenemos que ir. Es trabajar en equipo, es escuchar y trazar un norte y convencer a la gente de ese norte que uno quiere. Yo diría in – fluyente es convencer a la gente, escuchar y buscar y marcar una ruta, y que todos crean en esa ruta que se marca y así uno se convertirá en influyente.
¿Qué la inspira?
Me inspira que sigo cambiando vidas y necesito empoderar a más mujeres. Dar más oportunidad de que crezcan más mujeres y hacer un montón por la mujer latinoamericanas. Hablamos más o menos de 500.000 mujeres, yo quiero llegar a un millón de mujeres y después seguramente diré quiero llegar a 2 millones de mujeres, claro. Cuando uno ve la magia del cambio de la mujer, cuando ella emprende algo, cuando comienza a crecer esa autoestima en ella, cuando ella comienza a quererse más a valorarse más es una magia preciosa. A nosotros nos ven como una empresa que vende cosméticos, sí, lindo el instrumento, pero en realidad es mucho más poten – te, es que cambiamos la vida de miles de mujeres. Es un propósito muy lindo, y además nunca voy a termina. Los desafíos de las mujeres que forman parte de esta fuerza de ventas son diferentes cada vez
¿Qué historia la ha marcado?
No hay una, porque de verdad hay miles. Y lo lindo es escuchar – las. Yo le digo, es un regalo, a mí me inspiran ellas con sus testimonios, con sus historias de cambio de vida, de lucha. ¿Por qué lo ha – cen? Es por sus hijos y su familia, entonces ese es el gran motor que tienen todas las mujeres, pero cada una tiene una historia propia.
A sabiendas de los obstáculos que hallan las mujeres, ¿qué les dice a los hombres que son sus compañeros de vida?
Les diría a todos los hombres que apoyen a sus mujeres, que ayuden a que se encuentren, a que sean económicamente independientes, porque es será el comienzo de ver a una mujer que de pronto florece. Muchas de las mujeres que vemos tienen la autoestima golpeada y de pronto cuando ganan dinero, cuando son líderes y tienen influencia, entonces comienzan a florecer. Al final, vamos a tener una mejor sociedad. Entonces al hombre le diría que apoya a su mujer porque una mujer con más auto – estima y ganas es un gran ejemplo para su familia.
Fuente de esta noticia Diario El Deber Bolivia.
