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Jue. Nov 21st, 2024
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Columnista de Opinión : Carlos Fajardo

@Fastidiardo

La historia de la mega corrupción en el gobierno de la señora Claudia López rebasa ya cualquier límite, supera con creces en escándalos a cualquiera de sus antecesores, es un relato interminable de coimas, sobrecostos, abusos, gastos suntuosos, bodegas vociferantes expertas en defender lo indefensible. Y, como decía un concejal, lo que se ha revelado es apenas la punta del iceberg, pues todavía tiene la batuta en sus manos, maneja la chequera del presupuesto de la ciudad de Bogotá, la contratación y la nómina y tiene las herramientas para comprar silencios.

Un nuevo escándalo se une a la ya larga lista de denuncias que se han hecho y que afectan áreas variopintas de la institucionalidad distrital.

Unas revelaciones de la sensacionalista revista Semana dan cuenta de la existencia de investigaciones muy avanzadas en la Fiscalía, las cuales han sido remitidas a la Corte Suprema de Justicia el pasado 15 de septiembre, para que se dé continuidad a las mismas, en las que se habla de la recepción de coimas por más de diez mil millones de pesos que habrían favorecido no sólo a la Señora López, a su consorte la senadora Verde Angélica Lozano, sino al partido que las avala y que manejan a su antojo, el Partido Verde Colombia.

Al respecto, en un comunicado difundido por la Fiscalía General de la Nación, se confirma la existencia de estas investigaciones y la compulsa de las mismas por parte de una fiscal de la Dirección Especializada contra las Organizaciones Criminales, hacia la sala de instrucción de la sala penal de la corte suprema de justicia que estudia a los aforados y hacia la fiscal delegada ante la corte suprema de justicia para que asuma y adelante las investigaciones pertinentes.

No perdamos de vista que la señora López llegó a la Alcaldía con un discurso “Anticorrupción” del que rápidamente se deshizo, fue la promotora de una consulta cuyo resultado, fruto del sufragio popular, no alcanzó para que sus propuestas fueran de obligatorio estudio y gestión a nivel del Congreso, pero que sí le costó más de 300 mil millones de pesos al erario.

Una consulta que resultó tan inane, como decidida fue la oposición a la misma por los partidos con más cuestionamientos por venalidad y con mayor número de sus líderes indiciados, imputados o ya condenados por hechos de corrupción: El Centro Democrático, partido de bolsillo del cuestionado expresidente ALVARO URIBE VELEZ y Cambio Radical, partido del no menos controvertido y señalado ex vicepresidente GERMÁN VARGAS LLERAS.

Una lista larga de escándalos durante su administración han llevado a que, recientemente, en una medición de favorabilidad en redes sociales, las cifras de Claudia López sean poco más que denigrantes: En efecto, mientras la favorabilidad de la Alcaldesa en redes no supera el 10%, los comentarios negativos llegan al 63% por cuenta justamente de sus escándalos de corrupción y sus incumplimientos en relación con lo prometido en campaña, el proyecto del corredor verde por la séptima que la convierte en otra vía para Transmilenio, la afectación de la Reserva Van der Hammen, la des arborización de la avenida 68 y su conversión a Transmilenio, la inseguridad rampante, el caos capitalino.

Pues bien, aparte de las nuevas investigaciones ya señaladas arriba y difundidas por el, venido a menos, medio escrito SEMANA, nos permitiremos hacer un recorrido por los diversos escándalos que se han revelado durante la nefasta administración de la Señora López y que la señalan con el dedo acusador de, por lo menos, no haber tomado con oportunidad medidas para controlar la corrupción, como se comprometió como candidata, sino de haberla, por lo menos, tolerado.

LA SALUD EN BOGOTÁ EN ESTADO CRÍTICO

Si había un sector donde las expectativas con Claudia López eran ambiciosas era el sector salud. De hecho, fue tanto el interés que despertó este sector en la candidata que para protocolizar su compromiso redactó y difundió un documento que recogía sus compromisos y que llamó “Pacto por la Salud”

En este documento la candidata López se comprometió a:

  1. Cumplir y hacer cumplir los dictados de la Ley estatutaria de la salud 1751 de 2015 y garantizar la atención en salud de todos los residentes de Bogotá.
  2. Desarrollar un modelo de atención basado en la Atención primaria en Salud y constituir equipos multidisciplinarios extramurales, territorializados con el objeto no sólo de diagnosticar sino de intervenir las condiciones que afectan la salud y reforzar los determinantes protectores para promover hábitos de vida saludables con énfasis en género, materno infantil, violencia intrafamiliar y sexual, salud mental, enfermedades crónicas y nutrición, entre otros.
  3. Garantizar la atención en salud a la población residente en Bogotá, tanto en el régimen contributivo como subsidiado.
  4. Practicar la buena gobernanza y gobernabilidad con la participación de la ciudadanía: Se recuperará la rectoría, dirección y coordinación de las políticas públicas en salud de la ciudad, generando confianza y credibilidad.
  5. Reconocer la Red Pública Hospitalaria de Bogotá como un gran activo de la ciudad, garantizar un programa de mantenimiento y dotación real. Evaluar la oferta y demanda en los puntos cerrados durante la administración anterior.
  6. Avanzar en el saneamiento financiero y de austeridad administrativa en Capital Salud EPS y establecer entre ella y las cuatro subredes relaciones soportadas en el respeto, la igualdad y la búsqueda de una mejor atención para la población.
  7. Reconocer las demoras en la atención como la principal causa de descontento de la ciudadanía, trabajar en la eliminación de barreras de acceso geográficas, económicas y administrativas a los servicios de salud.
  8. Impulsar el modelo de altas tempranas, hospitalización en casa y atención domiciliaria para descongestionar la Red, en especial la de urgencias en los segundos y terceros niveles. Reconocer en las cuidadoras y cuidadores un recurso valioso, invisibilizado y con necesidad de apoyo.
  9. Historia clínica digital y en línea en toda la red pública y la mayoría de la red privada. Acceso a la misma por los equipos extramurales para garantizar su resolutividad.
  10. Impulsar una política pública de desarrollo y fortalecimiento del recurso humano que incluya el reconocimiento de la dignidad y estabilidad de los trabajadores de la salud, procurando la formalización del empleo en el sector para cargos misionales.

La realidad, cuando nos acercamos al final del mandato de la señora Claudia López, es muy diferente a lo prometido, al compromiso que ella misma firmó como candidata.

Hoy las redes integrales de servicios de salud se encuentran en una situación financiera y presupuestal penosa, entre las cuatro subredes cargan con un déficit cercano al medio billón de pesos fruto de muchos factores, pero, para comenzar, de un pésimo ejercicio de rectoría, al permitir que Hacienda aprobara presupuestos deficitarios cuando las subredes apenas empezaban a recuperarse de las duras condiciones que debieron afrontar para dirigir sus esfuerzos al combate de la pandemia que nos agobió durante los pasados años.

¿Para qué se hace todo un ejercicio detallado de presupuestación con los equipos de las entidades si Hacienda tiene la palabra final y esa palabra final no considera situaciones que obligatoriamente debían ser tenidas en cuenta como el debilitamiento de algunos servicios que fue necesario para priorizar la atención de los afectados por el virus SARS- Cov19?

Pero el asunto no para ahí.

A los problemas de rectoría del Sector Salud se unen reproches muy documentados de corrupción en el manejo de las compras de insumos, tecnología y ambulancias durante la gestión del señor Alejandro Gómez López, Secretario de Salud de Bogotá.

Hace pocos días la Contraloría Distrital confirmó las denuncias de la rigurosa concejala DIANA DIAGO, respecto de la adquisición de ambulancias que no cumplían con los estándares establecidos para ese tipo de vehículos. Un hecho insólito que no había sucedido en ninguna administración precedente, ni siquiera en la corrupta administración de Samuel Moreno.

En efecto, bajo la mirada del señor Secretario y con su anuencia, se adquirieron 105 furgones por valor de más de 36 mil millones de pesos, todos ellos con características de estabilidad, rendimiento, configuración eléctrica, equipos, inadecuados para ser utilizados como ambulancias.

En entrevista a la revista Semana, la Concejala Diago, mostró su complacencia por la confirmación de sus denuncias, hecha por una auditoría de la Contraloría Distrital, aunque señaló que aún falta que, frente a los hallazgos confirmados por el órgano de control, se pronuncien otras entidades como la Fiscalía, La Procuraduría y La personería, y se consideren otras de las denuncias que ella documentada y minuciosamente hizo.

Cuestiona la Concejala el silencio cómplice de la señora Claudia López y la permanencia hoy, luego de que la Contraloría confirmara sus denuncias, de Alejandro Gómez como secretario de salud.

Los hallazgos en relación con vehículos no paran ahí: En otro momento la también comprometida y rigurosa concejala María Victoria Vargas denunció la adquisición de vehículos de modelos viejos para ser puestos al servicio de la ciudadanía como Unidades Básicas de Atención en Salud (UBA) móviles, al precio de vehículos nuevos. Acerca de esta situación aún no se han pronunciado los órganos de control.

La misma concejala, Dra. María Victoria Vargas, quien tiene como slogan de su campaña de reelección al Concejo de Bogotá la promesa “Al que robe lo sapeo”, denunció con remarcable detalle la compra de elementos tecnológicos; Teléfonos digitales, Televisores, Soportes para pantallas, Computadores, dispensadores de turnos y otros, con enormes sobrecostos para una de las subredes integradas de salud, por parte de la Secretaría de Salud.

Aún persiste en la memoria la manera como, en el marco de un debate al señor Secretario del sector, Alejandro Gómez López, la reconocida líder política de la capital mostró un teléfono digital, que ella misma había adquirido en el comercio por un valor de $190.000, equipo de las mismas características de los que habían sido adquiridos por la Secretaría de Salud, eludiendo el compromiso de hacer esas adquisiciones a través de la EGAT, apelando a la Bolsa Mercantil, por más de 3.4 millones de pesos unidad.

Los bogotanos pudimos ver a un Secretario de salud pálido, titubeante, realmente muy asustado, respondiendo a las acusaciones de la Dra. Vargas con un patético “No lo tenía en el Radar”

Las denuncias en trámite en relación con el sector salud no paran ahí, hay reproches por la compra de pruebas para detección del COVID, reproches por la adquisición, distribución y conservación de las vacunas para esa enfermedad y la distribución de los ventiladores donados por organismos internacionales.

La “dignificación laboral” terminó en un simulacro de contratación por OPS, apelando a vigencias futuras, sin ajuste de los honorarios frente a los valores de la inflación, de miles de trabajadores que ya venían, desde muchos años atrás, contratados bajo esa infame modalidad que les niega sus derechos laborales al convertirlos en IPS unipersonales.

Frente al compromiso de nombrar en puestos de planta a la integridad de los trabajadores contratados bajo la modalidad de OPS, las negociaciones con los sindicatos fueron mezquinas, los pocos nombramientos que se hicieron de ese enorme universo de contratistas que cubren más del 80% de los servicios asistenciales y administrativos que prestan las subredes, se hicieron en provisionalidad y, lo que es peor, sin fortalecer presupuestalmente a las subredes para que soportaran el aumento del costo de la nómina.

El tal reconocimiento de la Red Pública Hospitalaria como activo distrital ha terminado en su debilitamiento presupuestal y financiero, el cierre de servicios fundamentales como son los de Pediatría, la construcción e inauguración de obras sin su debida habilitación y sin contar con equipos ni personal suficientes para atender a la población, obras que a los pocos meses demuestran la mala calidad de los materiales con que fueron construidas y, ahora, con la propuesta de entrega de recursos distritales a contratistas privados mediante la modalidad de Asociaciones Públicas Privadas de bata blanca o sea aquéllas en las que se entrega la financiación, construcción, mantenimiento y operación de las nuevas unidades a privados por concesiones que pueden durar muchos años.

Como si fuera poco abundan los reclamos por abusos y acoso laboral, entrega de entidades a los caprichos y apetitos de concejales afines, a cambio de su silencio cómplice, contrataciones costosas de personal que, según afirman algunos trabajadores que prefieren la protección del anonimato, no van a trabajar, pero, como dice Shakira, si facturan.

En el marco de estos abusos, los bogotanos hemos visto cómo no sólo personas, sino entidades, han sido convertidas en “patitos feos” de la administración, al no alinearse sus directivas con los designios politiqueros de la administración distrital.

Lo cierto es que, pese a la recurrencia, gravedad y contundencia de las denuncias, la Alcaldesa salió, como en uno de tantos culebrones de la tele, a abrazar a su Secretario de Salud y a llamarlo “Alejandro de mi corazón”.

LAS DENUNCIAS POR CORRUPCIÓN NO PARAN AHÍ

Lamentablemente las evidencias y denuncias de corrupción no paran ahí, demuestran, hasta para el más cándido y crédulo, la existencia de todo un andamiaje sistemático de despojo y asalto al erario, durante la administración de Claudia López.

En diciembre de 2022 la combativa concejala María Victoria Vargas Silva denunció a la Directora de la UAESP por actos de corrupción. Según la Dra. Vargas, la citada funcionaria y algunos de los miembros de su guardia pretoriana habrían recibido coimas por valor de $1.500 millones de pesos para la adjudicación del contrato de operación de los cementerios. Fue tanta y tan profusa y clara la evidencia del ilícito que la funcionaria presentó su renuncia al cargo sin desvirtuar una coma de las documentadas denuncias de la Concejala.

Cabe decir que, con base en las declaraciones de un contratista, se llegó a saber que habría habido un manejo opaco de los hornos crematorios, los cuales habrían sido utilizados para desaparecer personas durante el estallido social. Estas denuncias quedaron en “bajito”, pues ante la magnitud de las implicaciones de las mismas, rápidamente el testigo como la prensa fueron silenciadas y no se volvió a saber nada de ello.

Lo cierto del asunto es que hoy hay en la ciudad familias que desconocen el paradero de algunos de sus miembros durante esos días incendiarios.

La alcaldesa limitó sus pronunciamientos al mínimo al respecto de esta situación.

En otro momento, el también combativo, concejal Luis Carlos Leal Angarita denunció ante los órganos de control distrital y ante la propia Fiscalía General presuntas irregularidades en la celebración de contratos sin cumplimiento de requisitos legales por algo más de 1.2 billones de pesos entre la Administración de Claudia López y Compensar.

Conocidas también fueron las denuncias de algunos cabildantes respecto a los desmesurados gastos en publicidad de la administración de Claudia López, gastos que, desde la fecha en la que se hicieron las denuncias, no han hecho más que aumentar ahora con el fin de mostrar los cuestionables logros de una administración cada vez más cuestionada de una politiquera que no ha renunciado a la idea de presentarse como opción para la presidencia de la República en 2026.

La farsa, empero, continúa. Fiel a su eslogan de combatir en forma valiente y efectiva la corrupción, la concejala María Victoria Vargas denunció irregularidades en la contratación del Jardín Botánico por más de 100 millones de pesos. Nuevamente el silencio fue la respuesta de la alcaldesa…

Como si fuera poco la tríada de concejalas valientes conformada por la Dra. María Victoria Vargas Silva, Lucía Bastidas y Diana Diago denunciaron en conjunto con Martín Rivera Alzate, irregularidades en las contrataciones de las Alcaldías Locales.

Nuevamente, como es costumbre, alzó la voz la indómita y potente concejala Vargas Silva para denunciar conductas de franca corrupción en los Bomberos de Bogotá. Denuncias que por documentadas y rigurosas cobraron la cabeza del director de este importante cuerpo.

Las denuncias en contra de este sujeto incluyeron hasta vergonzosas situaciones de maltrato intrafamiliar.

Como se puede apreciar los hechos de corrupción se han presentado y denunciado en varios de los sectores de la administración distrital. Siempre, hasta el momento, habían tenido como protagonistas a funcionarios de primera línea, cortesanos de altos vuelos de la señora Claudia Nayibe, como constante también el silencio de la “Primera alcaldesa” de Bogotá. Las denuncias en relación con el Metro de Bogotá, a diferencia de las que hemos registrado en este pavoroso recorrido, la señalan ahora directamente a ella, a su consorte y al partido que las avala.

LA REACCIÓN

Por supuesto la reacción de sus funcionarios, de sus bodegas y de la propia Burgomaestre han sido inmediatas. Para la muestra un botón:

El ya casi exalcalde de Usaquén, señor Jaime Vargas Vives, localidad martirizada por la inseguridad, las calles en mal estado, los trancones, sale, como corresponde a uno de los pocos beneficiarios de la debacle, el caos y la corrupción de su mentora, a defender lo indefensible…

Jaime Vargas Vives

@jaimevargas85

La publicación de Semana no es más que una difamación sin ningún tipo de prueba o evidencia.

@ClaudiaLopez

ha luchado por la correcta ejecución del Metro y con total transparencia, llegando incluso a multar al contratista y cumpliendo con una anhelo de la ciudad de más de 60 años

En su mensaje el citado funcionario, convertido en caballero templario de la señora López reproduce un comunicado en el que la señora, al unísono con la empresa Metro, niega de plano las acusaciones en investigación en la Fiscalía y ahora en la Corte Suprema de Justicia. Como ya es habitual en nuestro país, la señora, en el más granado estilo de reconocidos, cuestionados y tenebrosos politiqueros, responde denigrando de sus acusadores y de las investigaciones del ente acusador, utilizando expresiones que por lo rastreras ya no nos sorprenden a los ciudadanos:

“El Metro de Bogotá no tiene reversa ni duda de transparencia. El Metro y mi defensa al mismo han sido objeto de una constante disputa política con el propósito de desprestigiarlo y pararlo. Que Semana reproduzca en portada sin ninguna verificación, contrastación o soporte de veracidad una retahíla de rumores de unos sujetos tomando whisky (SIC) en Yopal sobre supuestos pagos indebidos en 2022 de un contrato que en realidad licitó y firmó la anterior administración en 2019 para la primera línea del metro sólo pretende difamar y sembrar un manto de duda sobre mi persona, mi Alcaldía, mi partido el Verde, y el Metro de Bogotá. No he cedido y no cederé a ninguna difamación, portada, bodega, o presión indebida para frenar la obra más esperada y necesaria para los bogotanos. El Metro de Bogotá no tiene reversa ni duda de transparencia.”

Para estos sujetos el escrito de Semana, pormenorizadamente filtrado por algún órgano acusador y hoy en manos de la alta corte, es un infundio, un cuento de borrachos. Ebrios de su languideciente poder, se creen con la credibilidad para refutar simplemente con sus dichos.

Dan risa los defensores de la impresentable funcionaria, beneficiarios, sin duda, de sus favores; se asoman como pequeñas alimañas después del torrencial aguacero a revolcarse en el fango, buscando escondrijo antes que el astro los queme con su potente luz…

Omiten decir que, como ésta, son muchas las acusaciones que penden sobre las cabezas de prominentes figuras de la administración de Claudia López, debida y rigurosamente probadas. La luz justiciera llegará incontenible a los más oscuros rincones. Pese a su precaria credibilidad, la alcaldesa resiente el golpe y sale a hacer lo que mejor hace: Vociferar a diestra y siniestra su inocencia. Enfrenta a otra mentirosa compulsiva y mal intencionada, portavoz informal del corrupto fiscal. Pelea de hienas ¿qué puede salir mal?

En peleas de mentirosas a veces se trasluce la verdad. Nadie confía en ella, mucho menos en el pasquín de la Dávila: López, la reina de los embustes y Semana, todo un compendio de mentiras. Pero hay un hecho cierto: Hay una investigación en curso, tal vez filtrada por la Fiscalía

De alguna manera hay un soporte probatorio en proceso de validación por el ente investigador, no es una tarea fácil, es un minucioso trabajo técnico. Hay sí unos antecedentes ominosos, también en investigación: Sobrecostos, coimas, compras cuestionadas, abusos, cremaciones…

La justicia marcha enfrentando delincuentes con probado poder de torcerle el pescuezo a la ley, ocultar y desaparecer pruebas, acallar testigos, comprar concejales baratos, desviar investigaciones con cargo a la chequera o la nómina de Bogotá. Paciencia, vendrán nuevos hallazgos.

La señora López deja tras de sí un legado de caos, violencia, desgreño administrativo, corrupción galopante. Bogotá hoy es una ciudad sin autoridad, sin orden, sin seguridad, los bogotanos estamos en medio del fuego cruzado de la delincuencia. Y la alcaldesa en campaña por Galán.

Demagoga y corrupta, la ciudad pasará la página y finalmente se recuperará: Las obras licitadas, pero aún no iniciadas; las que fueron demarcadas con polisombras, pero actualmente abandonadas; las que han sido iniciadas, pero avanzan con deliberada lentitud, algún día terminarán, pero la huella de su ineptitud y el daño producido en la confianza ciudadana por el grave incumplimiento de sus promesas, el uso de slogans engañosos anticorrupción trasciende por años como una grotesca cicatriz, un queloide deformante en el rostro de Bogotá.

¡Será que en vez de ser la “Diva anticorrupción”, la señora López se reveló al tenor de una de tantas tendencias que, en redes sociales, la aluden: #ClaudiaLopezEmbusteraYCorrupta ?

NOTA BENE

Ya pasó la fiesta demagógica y populista. El día sin carro, sin suficiente Transmilenio ni taxis, el día de los abusos de los taxistas y reducciones ínfimas, incluso aumentos paradójicos de la contaminación con material particulado. Todos unos tris más pobres, pero felices.

¿Y cuál fue la afectación del comercio? ¿Cuántas empresas funcionaron a media marcha? ¿Cuánta gente tuvo que quedarse en casa por no poder utilizar su herramienta de trabajo? ¿Cómo le fue a sus amigos y colegas más humildes: los ladrones de esquina? ¿Cuántas bicicletas se robaron?

El día sin carro simplemente demuestra la incapacidad operativa e insuficiencia del transporte público en Bogotá. Filas de buses atestados de ciudadanos desesperados por llegar a su destino, malhumorados, frustrados. La productividad capitalina por el piso. Un día para olvidar, o mejor, un día más en una administración para olvidar.

Sin embargo, los politiqueros, impermeables al clamor ciudadano, salen a auto elogiarse por su “compromiso ambiental”, mientras que, en medio del caos y la zozobra, hay un penetrante hedor a diésel de buses chimenea viejos que refuerzan el, de por sí, insuficiente parque automotor público…

Ya se viene la verdadera fiesta: ¡El primero de enero de 2024 celebraremos El día sin Claudia!


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