El Hotel Nutibara quiere alojar parte de la cultura en el centro

¿Sabía usted que en el balcón de una de las suites del Hotel Nutibara se tomó la icónica fotografía de Jorge Eliécer Gaitán que aparece en los billetes de mil pesos?

Tal vez usted tampoco sepa que existe un túnel que une el hotel con la otrora edificación donde funcionó Residencias Nutibara, que hay una lámpara gigantesca que tiene más de cien años, que el golfista Camilo Villegas intentó hacer un hoyo en uno desde su terraza o que la diva María Félix, el escritor Jorge Luis Borges, el rey del fútbol, Pelé, los cantantes Raphael, Willie Colón (su canción “Especial No. 5” fue compuesta allí), Julio Iglesias o el Nobel Gabriel García Márquez estuvieron alojados en este emblemático edificio, que la suite presidencial recibió a Mariano Ospina Pérez, Laureano Gómez, Gustavo Rojas Pinilla y todos los presidentes del Frente Nacional o que en su “Salón de los Espejos” tocaban las orquestas de Lucho Bermúdez y Pacho Galán, incluso, que el propio hotel está a punto de cumplir 80 años de edad y que su diseño estilo Art Deco, patrimonio arquitectónico y cultural de la ciudad, es obra del llamado “Arquitecto de las Estrellas” en el Hollywood en ese entonces, Paul Williams.

Estos y otra robusta cantidad de datos, tan históricos como asombrosos, los podrá encontrar en las visitas guiadas que se programan una vez al mes, anunciadas por las redes sociales del hotel, recorriendo los pasillos, salones y habitaciones más especiales de este edificio de once pisos, que conserva su señorío y clase pese a los avatares inexorables del tiempo. Incluso, está estrenando luces arquitectónicas nocturnas que lo resaltan sobre las demás edificaciones del centro

Estos recorridos, que no tienen costo, pero sí aporte voluntario, hacen parte de un paquete recuperador que ha surgido desde el propio hotel y que lidera su gerente desde hace un año, Andrés Angarita. “Es una apuesta renovadora porque en el Nutibara sabemos que la competencia hotelera en el centro es fuerte, por su oferta moderna. Pero tenemos la historia y la tradición como principales atractivos. Las más grandes fiestas y reuniones sociales de buena parte de la segunda mitad del siglo pasado se hicieron aquí. No era raro asistir a eventos que albergaban hasta tres mil personas en sus instalaciones”, cuenta.

Hoy en día el hotel trabaja con 126 habitaciones de las 150 que llegaron a estar disponibles en su época de máximo esplendor. “Yo digo que este no es un hotel viejo sino antiguo, son dos términos diferentes. Por medio de la oferta cultural en la que se cuentan las historias y vivencias del edificio y las personas que han pasado por aquí desde el ámbito político, cultural, artístico y deportivo (el Hotel Nutibara patrocinó la camiseta del Atlético Nacional a comienzos de los 80, épocas de Don Hernán Botero).

Tres pilares en la nueva oferta cultural

Dentro de los planes de convertir al Nutibara en un centro cultural para el centro, está, cómo no, uno que le dio renombre: los bailes de salón, que fueron famosos en la década de los 40, 50 y 60. Ya han hecho siete de estos bailes, uno por mes, con un éxito sonoro gracias a la big band “El Sueño del Maestro”, que reúne lo mejor de la música de estrellas como Lucho Bermúdez y Pacho Galán. Desde octubre, la idea es que estos bailes sean semanales, todos los sábados, en el Nutibara Express, antes, Residencias Nutibara.

También, se está ensamblando un grupo teatral, comandado por el recordado actor Dayro Ospina, famoso por el programa “La Grúa” de Teleantioquia en los años 90. “La idea es tener una oferta muy costumbrista, con obras que resalten la antioqueñidad, que los locales y turistas conozcan más de la cultura de nuestra región, cómo se vive y se habla en el campo, qué tradiciones teníamos, etcétera. Para octubre tendremos una oferta con este tema. También tendremos toldos del San Alejo, la segunda semana de cada mes, aquí en el hotel”, dice Andrés Angarita.

La idea es apoyar así la oferta cultural de la comuna 10 y atraer visitantes no solo en el horario comercial del centro, sino en los fines de semana, que es cuando está más despejado y así dejar el estigma y la prevención con los espacios públicos de la zona. En las redes sociales del hotel y en las propias reservas de los huéspedes pueden conocerse estas ofertas.

Para tardear

Para la segunda semana de octubre se planea abrir un café en la emblemática terraza del hotel. “Será un espacio seguro dentro del centro, con cafés de muy buena calidad, cocteles, repostería fina, pizzetas, panzerottis, calzonis, música en vivo, en fin, un sitio digno, un espacio que se le devuelve a la ciudad en pleno corazón de Medellín, con antorchas, con banderas de los países que más nos visitan, un lugar acogedor que le ayude a cambiar la imagen y el estigma que tiene el centro”, comenta Angarita.

La Fonda Colombia funciona como bar, al igual que la cava, para los que gustan de salir hasta tarde. Lo que se pretende es que el hotel y el centro recuperen esa imagen de mejor lugar de la ciudad, como en las grandes capitales del mundo, donde la gente va y se encuentra en su centro, en sus sitios históricos y los recorre con tranquilidad, porque la percepción y los estigmas son otras asignaturas pendientes para la administración municipal que viene en camino. Solo así, tendrán éxito estas iniciativas privadas.

Por Juan Moreno