El pasado 13 se septiembre, Vladímir Putin y Kim Jong Un se reunieron en la base rusa de lanzamiento del cosmódromo Vostochny, en la región oriental del Amur, no lejos de la frontera china. La noticia de este encuentro se divulgó con demora y no se confirmó hasta que Kim Jong Un hubiera cruzado en secreto la frontera en su tren blindado. No se ha difundo el contenido de las conversaciones entre el dirigente ruso y el norcoreano, que no se habían reunido presencialmente desde 2019, pero el simbolismo y el contexto permiten formarse una idea, al menos en parte.
El encuentro pone de manifiesto la voluntad de ambos regímenes de entablar una cooperación activa y reforzada, que abarque todo un abanico de cuestiones y con el propósito, en particular, de eludir las sanciones internacionales de que son objeto a causa de la invasión de Ucrania en el caso ruso y de los ensayos nucleares y lanzamientos de misiles en el caso norcoreano.
La proximidad de que hacen gala ahora no viene de lejos. Para Moscú y Pekín, el régimen dinástico de la familia Kim, cada vez más incontrolable, representaba un molesto factor de inestabilidad en el noreste de Asia. En la década de 1990, Rusia se sumó a las presiones internacionales que trataron de limitar el desarrollo de tecnologías nucleares por parte de Cora del Norte. Junto con China, aprobó durante mucho tiempo las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que condenaron las pruebas nucleares norcoreanas. Ambos países dejaron de hacerlo a partir de 2017.
La base de lanzamiento del cosmódromo Vostotchny, inaugurada en 2016, es un “símbolo tanto de la resiliencia tecnológica de Rusia como de su desastrosa mala administración, ya que el proyecto se tragó miles de millones de dólares”. La elección de este lugar de encuentro, situado a 1.500 km de la frontera coreana, sugiere que Moscú estaría dispuesta a apoyar a Pyongyang en el ámbito balístico y espacial, puesto que la mejora de sus capacidades en este terreno es un objetivo primordial para Kim Jong Un. Corea del Norte parece haber topado, en efecto, con sus limitaciones tanto en sus programas balísticos como en el lanzamiento de satélites de uso militar. Dicen que “necesita experticia extranjera” y que tiene “derecho a recibir explicaciones sobre el funcionamiento de las nuevas lanzadoras Angara y de los cohetes Soyus-2/1”.
Otro tabú que ha caído: Rusia (al igual que China) ha dejado de condenar las amenazas de utilizar bombas nucleares proferidas por Kim Jong Un, y ya sabemos que Putin no se ha privado de hacer lo mismo en Ucrania. El pasado mes de julio, el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, fue el primer representante ruso en asistir, en Pyongyang, a un desfile militar que incluía misiles nucleares, y Moscú da a entender ahora que podría contribuir a la modernización de su arsenal. Una eventualidad que no puede sino inquietar a numerosos países vecinos, no en vano Corea del Norte procede regularmente a lanzar misiles con capacidad nuclear. ¿Hasta qué punto está dispuesta Moscú a comprometerse realmente en este terreno? Cabe dudar de que Putin permita efectivamente a Kim realizar importantes progresos al respecto. El caso es que la cálida acogida ofrecida al dirigente norcoreano constituye un amenaza dirigida contra Seúl y contra el refuerzo de las alianzas regionales impulsadas por Washington.
Interrogado sobre una eventual ayuda rusa para el lanzamiento de satélites norcoreanos, Putin contestó, según las agencias de prensa: “Por eso estamos aquí. El dirigente de Corea del Norte muestra un gran interés por la tecnología de los cohetes. Tratan de desarrollar su programa espacial/2.”
A cambio, Kim podría facilitar material militar a Rusia, empezando por munición de artillería, que Moscú emplea profusamente en el frente ucraniano. Corea del Norte trata de incrementar su producción, así como la de drones y misiles. En los ámbitos afectados, las armas norcoreanas, inicialmente de origen soviético, seguramente son compatibles con las rusas y las chinas, pero su calidad deja que desear. Nada que vaya a desequilibrar la relación de fuerzas en este teatro de operaciones, pero podrían emplearse en bombardeos imprecisos para sembrar el pánico y ayudar a Putin a mantener su esfuerzo bélico.
Sin embargo, las dos Coreas siguen poseyendo importantes arsenales de obuses, herencia de la guerra de 1950-1953. EE UU compra actualmente una parte de estas existencias de Seúl para enviarlas a Ucrania, a la espera que sus propias industrias de armamentos estén en condiciones de satisfacer las necesidades. Rusia podría hacer lo mismo/3.
Si el decorado del encuentro realza la imagen de Rusia como potencia siberiana junto a la frontera china (¿Fruncirá el ceño Xi Jinping? Está claro que este último tiene en estos momentos otros asuntos que tratar), permite a Kim Jong Un incluir su periplo en la crónica nacional familiar. Contrariamente a su padre, utiliza de buena gana el avión, pero esta vez ha elegido su lujoso tren blindado, una leyenda, por mucho que su peso considerable le obligue a rodar a marcha lenta. Recuerda una historieta del añorado Hugo Pratt; solo faltó la ventisca/4.
Por lo demás, Rusia deberá comprometerse a suministrar grandes cantidades de productos agrícolas a Corea del Norte, que le hacen mucha falta, así como divisas (eludir las sanciones internacionales cuesta caro). La mano de obra norcoreana puede volver masivamente a trabajar en territorio ruso, a una escala similar a la que solía darse antes de la pandemia de covid de 2019. Moscú la necesita más que nunca, teniendo en cuenta an particular las bajas en el frente ucraniano y la movilización de reclutas. Esta mano de obra inmigrante y barata goza de muy pocos derechos.
¿En qué otros terrenos se desplegará la cooperación reforzada entre Moscú y Pyongyang? ¿Transferencia de tecnologías? “Ambos países son muy competentes en materia de guerra cibernética y ciberespionaje: pueden perturbar o paralizar infraestructuras clave y robar informaciones sensibles de los gobiernos. Gracias a un seguimiento preciso de los procesos se ha identificado al grupo de piratas informáticos Lazarus de Corea del Norte como responsable de los robos de criptomonedas por un total de decenas de millones de dólares/5 .
El encuentro de Vostochny suscita muchas preguntas (suministro de armas a Rusia, modernización del arsenal balístico y espacial norcoreano…) que todavía no tienen respuesta concreta, pero confirma que el gran juego geopolítico sigue desarrollándose en ambos extremos de Eurasia, de Ucrania a la península coreana, en un momento en que China se repliega sobre sí misma. Confirma asimismo que el noreste de Asia no deja de ser una frontera nuclear caliente.
17/09/2023
Traducción: viento sur
Notas
/1 Le Monde del 14/09/2023.
/2 Citado por Le Monde, op. cit.
/3 Robert M. Dover, 15/09/2023, The Conversation:
https://theconversation.com/russian-and-north-korea-artillery-deal-paves-the-way-for-dangerous-cyberwar-alliance-213583
/4 Hugo Pratt (1927-1995) es el nombre artístico de Ugo Eugenio Prat (italiano). Es conocido sobre todo para su serie de cómics protagonizados por su personaje Corto Maltés. Los trenes son ensalzados en Corto Maltés en Siberia (Norma Editorial, 2014).
/5 Robert M. Dover, op. cit.
22/Sep/2023
Fuente de esta noticias es del Diario Publimetro Argentina: Leer más