Dos de cada tres consultas en salud mental en el Hospital de Clínicas es por depresión (Getty Images) (Cecilie_Arcurs/)
La generación Z, que comprende a los nacidos entre mediados de la década de los ‘90 y aproximadamente el 2012, enfrenta una serie de desafíos en su salud mental. Son jóvenes que han crecido en un mundo marcado por la crisis económica, el cambio climático, la violencia y la pandemia de COVID-19. Un reciente estudio reveló que estos factores han afectado su bienestar psicológico, provocando altos niveles de ansiedad, depresión y otros trastornos mentales. Muchos de ellos buscan ayuda profesional para mejorar su calidad de vida, pero también enfrentan barreras como el estigma, el costo y la falta de acceso a servicios adecuados.
La Encuesta Global Generación Z 2022 del McKinsey Health Institute (MHI), realizada por la consultora Oliver Wyman entre más de 42.000 encuestados de 26 países de todos los continentes, analizó las cuatro dimensiones de la salud, mental, física, social y espiritual. Según este trabajo, el 50 por ciento de los jóvenes aseguró recibir ayuda para enfrentar problemas de salud mental. El tratamiento psicológico requerido fue por ansiedad, depresión, trastorno de estrés postraumático, trastorno obsesivo-compulsivo u otros problemas.
Los Z son 1,9 veces más propensos que otras generaciones a sufrir trastornos de salud mental: un 39% de los encuestados declaró haber sufrido depresión en los últimos dos años y un 42% haber sentido ansiedad.
Por ejemplo, en Argentina, avala este análisis la cantidad de pacientes que atiende el Hospital de Clínicas José de San Martín, donde 2 de cada 3 consultas son por depresión. También expone este problema que la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires haya inaugurado recientemente su Espacio de Salud Mental porque sus autoridades consideraron que era urgente incorporar a la institución un área de escucha, acompañamiento y contención en ese aspecto.
¿Cuáles son las problemáticas de los jóvenes de la generación Z?
Muchas veces se observa en los jóvenes la falta de proyectos a futuro unido a un sentimiento de desesperanza
La doctora Silvia Ongini, médica psiquiatra infantojuvenil del Departamento de Pediatría del Hospital de Clínicas José de San Martín y presidenta de Centro de Prevención y Atención del Abuso Sexual en la Infancia y Adolescencia (CePasi), explicó a Infobae que “se habla de generación Z en relación a aquellos adolescentes y jóvenes que nacieron más o menos entre el ‘94 —algunos lo ponen un poco más cerca de los 90—, y el 2010 aproximadamente o más”.
“Las características que tienen es que, por un lado, son nativos digitales, es decir que cuando nacieron ya todos los medios de comunicación estaban en uso y fueron los primeros usuarios de todas las redes sociales, con el impacto que tiene esto en la conformación de la socialización. También atravesaron un montón de circunstancias, en las que se vivieron hechos terribles, como el atentado a las Torres Gemelas o la pandemia, que la comunicación rápida y acelerada las impuso de otra manera en su cotidianidad”, describió. Además del impacto de las redes sociales en relación a la forma de vincularse socialmente de los jóvenes.
Ivanna Petz, secretaria de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, contó a Infobae que el propio claustro estudiantil, a través del Centro de Estudiantes (CEFyL), entendió que era necesaria la creación de un espacio que alojara distintos padecimientos, que cada vez se repetían más: jóvenes que abandonaban materias porque sentían que no podían cumplir con las expectativas de la asignatura; estudiantes que se abrumaban en las clases y manifestaban angustia en los pasillos; parálisis a la hora de dar finales orales y muchos sentimientos de frustración”.
La generación Z es nativa digital, lo que tiene sus pros y sus contras, como problemas en los vínculos sociales
La doctora Ongini manifestó, justamente, que una problemática que afecta a los jóvenes está relacionada con la baja tolerancia a la frustración. “Precisamente, esta cuestión más meritocrática del esfuerzo y el trabajo para obtener los logros, o lo que era, entre comillas, considerado éxito en otras épocas, ahora en el posmodernismo, están devaluados y se buscan respuestas inmediatas. Esto incide claramente en una baja tolerancia a la frustración y también en una modificación de los estándares perseguidos como satisfacción o éxito”, indicó la médica.
Por su parte, Desireé Conte, psicóloga del espacio de escucha de Filo, señaló a Infobae que a veces el malestar es circunstancial y solo se debe a la existencia humana. “Hay un malestar normal y se relaciona a ciclos vitales de cada persona y a ciclos sociales de la región geopolítica que se habita. Y hay padecimientos que exceden esa normalidad y devienen patológicos. Esta distinción debe determinarla un profesional de la salud mental”.
También hay cambios socioculturales, como la devaluación de los títulos, que afectan a los jóvenes, refirió Ongini: “Ya no valen, no se trata de obtener un título y con eso basta para garantizar un buen trabajo, sino que cada vez hay que formarse y especializarse más. Esta devaluación de los títulos también compite con algo que es mucho más rápido y da satisfacción instantánea, como volverse un influencer. Esto también tiene otra gratificación muy valiosa para los jóvenes actuales, que es ese ‘premio’ o popularidad a través de las redes sociales”.
Los problemas de salud mental
La depresión es uno de los trastornos que más afectan a los jóvenes de la generación Z, según la encuesta mencionada antes.
Hay jóvenes que abandonan materias, sufren a la hora de dar finales orales y tienen muchos sentimientos de frustración. A diferencia de la recriminación, el apoyo familiar y el diálogo son fundamentales para ayudarlos (Juanmonino/)
La doctora Ongini describió que se puede hablar de depresión desde distintas maneras: como un estado, cuando es transitorio y su expresión es circunstancial; o de cuadros depresivos, cuando las personas se manifiestan reactivas a un hecho, como puede ser un duelo, o están pasando una situación particular. Y se llama específicamente trastorno depresivo cuando un conjunto de signos o síntomas que no solamente afectan el estado de ánimo sino además varias áreas de la persona y perdura en el tiempo.
La profesional expresó que el impacto en la salud mental de los jóvenes se manifiesta en la labilidad, en estados de ansiedad y depresión. “Muchas veces se observa en la falta de proyectos a futuro y en el incremento de consumo de sustancias porque son las que dan también respuestas inmediatas de una experiencia. A los jóvenes de la generación Z los caracteriza el privilegio en la experiencia antes que la obtención de objetos de consumo, entonces esto incide en esa necesidad de una experiencia ya y satisfactoria que muchas veces se traduce en ansiedad y depresión”.
La médica agregó que este eclipsamiento del proyecto de futuro en Argentina se da en casi la mitad de los jóvenes, que están en situación de pobreza y el 14% en pobreza extrema, según las Defensorías. “Esta pobreza va a incidir, no solamente en la reducción del capital económico y las posibilidades, sino también del capital cultural y las herramientas que puedan tener para acceder a una mejor calidad de vida”.
La doctora Silvia Ongini, del Hospital de Clínicas, dijo que aumentaron mucho los trastornos de conducta alimentaria entre los jóvenes (FRANCESCO CARTA/)
Pero no solamente se incrementaron la depresión y la ansiedad, también aumentaron los trastornos de conducta alimentaria, que ahora se ven en varones, y el consumo de sustancias, señaló la médica del Hospital de Clínicas. “Según datos del Ministerio de Salud, el principal motivo de muerte en Argentina entre 1 y 19 años se llama ‘causas externas’, esto es homicidios, suicidios y accidentes. Cuando desagregamos esto vemos que suicidios es la segunda causa, compitiendo con homicidios y accidentes, y muchas veces encontramos que en porcentajes muy altos queda como ‘causas de intención indeterminada’ y no se sabe si la muerte fue por un accidente o un suicidio”, dijo la médica.
Y agregó: “Si los ponemos bajo la lupa, los homicidios están mediados por violencia, obviamente, y muchas veces son en ocasión de robo o de cuestiones relacionadas con la droga. El 95 % de los accidentes está vinculado al consumo de sustancias, sobre todo alcohol, y los suicidios en la población adolescente, se vuelven casi la primera causa. Están, lamentablemente en aumento, son la segunda causa de muerte en adolescentes según la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) y UNICEF. Esto nos señala un alerta rojo ya que no solamente estamos hablando de depresión o ansiedad, sino de no expectativa de vida, de llegar al límite”.
De esta manera los jóvenes, acechados por la depresión y desesperanza, suelen buscar consuelo y comunicación en las redes sociales. Sin embargo, no es igual un encuentro virtual a uno presencial.
Las relaciones light generan un vacío y una necesidad insatisfecha de compañía (Getty Images) (skynesher/)
La médica explicó: “Los vínculos sociales de pares tienden a ser muchas veces lábiles, porque no es lo mismo la presencialidad que la virtualidad; todo lo que se puede transmitir y contener en el uno a uno o en una grupalidad presencial, no es igual a una virtual, porque hay un montón de matices emocionales y afectivos que los emoticones no los van a reemplazar. Muchas veces esto genera un vacío y una necesidad insatisfecha de compañía y, además, existe la contracara devastadora de estas cuestiones de cancelación o de escraches donde se terminan excluyendo y arrinconando a jóvenes, haciéndolos sentir realmente arrojados al vacío”.
La médica dijo que muchos autores hablan de cierta superficialidad en los vínculos de esta generación. “Lo que estamos viendo, según algunos estudios, es lo que llamamos desde la salud mental, mayor predominio de apegos inseguros, que hacen que la forma de vincularse con las parejas sea inestable y poco comprometida. Pero esto también va a depender de la estructura del individuo y del contexto”.
La especialista destacó que “el sujeto no solamente es simbólico, sino que también tiene un componente biológico y necesidades particulares, por eso precisamos de un otro. Como siempre digo, no hay un yo sin un otro. De todas formas, no quiero hacer apreciaciones muy generalistas, porque si no terminamos dando la idea de que ninguno de los jóvenes actuales se comprometen en vínculos emocionales y afectivos, y tampoco es tan así”, remarcó Ongini.
Cómo ayudarlos
El 95 % de los accidentes está vinculado al consumo de sustancias, sobre todo alcohol, y los suicidios en la población adolescente, se vuelven casi la primera causa (Imagen Ilustrativa Infobae)
Los mitos y el estigma en torno a la salud mental hacen que muchas veces no se acuda a pedir ayuda adecuada y profesional cuando se notan estos signos o síntomas. Sin embargo, la consulta en algunos casos es esencial.
La doctora Ongini manifestó que estas categorías de generación Z o centennials permiten entender cómo las características de época afectan a los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, que son los más vulnerables. “Todas las situaciones que vivimos en lo emocional y las necesidades siguen actuando sobre esa matriz totalmente humana y por eso afectan lo relacional, el vínculo con uno mismo y con los demás”, expresó.
Desireé Conte señaló que para superar estas problemáticas de salud mental es fundamental hablar del tema con las personas cercanas en las que el joven confíe. “En caso de no contar con esa posibilidad, acercarse a espacios institucionales para solicitar asesoría; centros de salud comunitarios o privados; prestadoras de salud; instituciones educativas de pertenencia; lugares de trabajo; organizaciones barriales, etc. También hay teléfonos y espacios virtuales a los cuales se puede acceder”.
Por su parte, la doctora Ongini destacó que el apoyo familiar es fundamental porque es el primer núcleo de contención: “El tema es que la familia sepa y tenga herramientas para apoyar de forma adecuada al joven. Por supuesto, en la adolescencia hay un período donde se confronta con las figuras paterna y materna, independientemente del género que tengan, y se busca la aprobación de los padres y del grupo. Esa identificación con el grupo de pares por sus semejanzas, y diferenciación de los adultos son las que van a dar la contención y también acompañar en ese proceso. Vemos un aumento de las consultas por ansiedad y depresión cada vez a más temprana edad, por lo que es fundamental estar alertas para contener y pedir ayuda profesional”.
(Pexels)
Y agregó: “No olvidar que, independientemente de que hayan nacido en una determinada época, los niños, niñas, adolescentes y jóvenes, todos siguen necesitando sentirse cuidados, amados y deben tener también espacios donde poder plantear su sufrimiento y sus dudas”.
La médica recomendó que cuando se detecta que alguien no la está pasando bien, que no ve claro su futuro o que empieza con conductas que inciden en su vínculos, en su hacer cotidiano, en su estudio, hay que buscar espacios de consulta profesional, fortalecer las redes y los espacios institucionales. “Es importante dar más herramientas a la familia y a los jóvenes para poder superar estas situaciones con mejores respuestas y resultados”, concluyó la especialista.
Espacios de ayuda:
– Hospital de Clínicas: Guardia Psiquiátrica de Adultos, Programa de Adolescencia y Departamento de Pediatría. Web: Hospitaldeclinicas.uba.ar Instagram: @Hospitaldeclinicasok
Presencialmente: de lunes a viernes por la mañana.
– Espacio de de Salud Mental de la Facultad de Filosofía y Letras: se puede acceder enviando un email a: Contacto espaciosaludmental@filo.uba.ar
– Dispositivo de Orientación y Apoyo en la Urgencia de Salud Mental, Ministerio de Salud Nacional: 0800 999 0091 las 24 horas del día los 365 días del año.
Fuente de esta noticias es Infobae: Leer más