Así es la púrpura fulminante, la enfermedad que le quitó la vida recientemente a un menor de 4 años en Uruguay.
La púrpura fulminante, una enfermedad pediátrica de alta gravedad, sigue siendo una de las mayores urgencias en el campo médico. Esta condición, que se caracteriza por una púrpura que tiende a extenderse, está estrechamente relacionada con la sepsis meningocócica, y más del 70% de los casos mortales ocurren en las primeras 24 horas. La rapidez y la eficacia del tratamiento inicial son factores cruciales para reducir la morbimortalidad asociada a esta afección.
Suele ser una enfermedad rara pero grave, que afecta principalmente a los sistemas circulatorio y linfático del cuerpo. Esta afección se caracteriza por la formación de pequeños coágulos sanguíneos en los vasos sanguíneos, lo que puede llevar a una disminución significativa del flujo sanguíneo. Como resultado, los órganos y tejidos pueden sufrir daños graves debido a la falta de oxígeno y nutrientes.
Se volvió un tema de actualidad en el Uruguay luego de que se supiera de la trágica muerte de un menor de 4 años de edad por esta enfermedad.
Colonización por el meningococo y contagio entre personas
El meningococo, presente en la nasofaringe de entre el 10% y el 30% de la población general, tiene un claro predominio en adultos jóvenes. Esta colonización inicial parece ser el primer paso en el desarrollo de la infección meningocócica.
Aunque en la mayoría de los casos es transitoria, puede dar lugar a una septicemia al atravesar la barrera mucosa faríngea. Es precisamente esta fase septicémica la que puede llevar a la aparición de la púrpura fulminante.
La propagación del virus se produce de persona a persona a través de las vías respiratorias. Para que esta transmisión tenga lugar, se requiere un contacto cercano y directo, como convivir en el mismo hogar, compartir la misma habitación o estar en lugares con aglomeración de personas, como guarderías y escuelas.
También es posible contagiarse al tener contacto directo con las secreciones respiratorias del paciente.
El período de incubación tiene una duración promedio de 2 a 4 días. Después de que la persona enferma comienza un tratamiento efectivo con el antimicrobiano adecuado, deja de ser contagiosa en un plazo de 24 a 48 horas.
Púrpura fulminante posvaricelosa
Aunque la varicela generalmente se considera una enfermedad leve, existen complicaciones potencialmente mortales, como la púrpura fulminante posvaricelosa. La causa subyacente de esta afección radica en la producción de anticuerpos contra las proteínas C y S de la cascada de coagulación, lo que puede llevar a consecuencias graves en individuos con deficiencias parciales en estas proteínas.
El enfoque terapéutico se centra en aliviar los síntomas e implica la administración de plasma fresco congelado para reponer las proteínas agotadas, antitrombina III y heparina para abordar la formación de coágulos, además de antiinflamatorios como los corticosteroides. Sin embargo, se están investigando enfoques terapéuticos innovadores, como la administración intravenosa de prostaglandina E1 y prostaciclina.
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