A juicio de los economistas, la fuerte deflación en los precios de las materias primas ya empieza a relajar los precios para los consumidores y abre más espacio para que el Banco Central recorte la Selic.
Tras superar el 40% y batir récords en 2021 , la inflación mayorista, que verifica el precio de las materias primas y productos vendidos por el sector agrícola y la industria, cae más de un 7% y registra sus niveles más bajos desde al menos el inicio del Real Plano en 1994.
En opinión de un ala amplia de economistas, esto significa que los precios que llegan a los consumidores pronto deberían comenzar a reflejar al menos parte de estas caídas.
Esto trae un alivio a la inflación general del país y abre aún más espacio para que el Banco Central (BC) comience a flexibilizar su actual política de altas tasas de interés.
“La deflación acumulada en 12 meses al por mayor es brutal y, mirándola, no sé si a alguien todavía le quedan dudas de que es necesario reducir los tipos de interés”, defendió el socio-director de la consultora MacroSector, el economista Fábio Silveira, especializado en el sector agrícola.
“Los precios mayoristas actúan como una fuerza gravitatoria sobre los precios al consumidor. Preceden al comportamiento de los precios minoristas, y si están cayendo, significa que, en algún momento, los precios minoristas, en cierta medida, también terminarán cayendo”.
La inflación mayorista es medida, en Brasil, por el Índice Amplio de Precios al Productor (IPA), de la Fundación Getulio Vargas (FGV).
En los 12 meses a mayo, la IPA cayó 7,6%, una magnitud de caída que no se registraba en ningún otro momento desde al menos 1995, el primer año completo desde el inicio del Plan Real, que puso fin a la hiperinflación en el país.
Hasta entonces, la mayor deflación registrada en los precios al productor había sido del 4,4%, en diciembre de 2009 y, posteriormente, en agosto de 2017.
Cosechas récord de granos, como la soja, junto con un dólar más bajo y también la caída de los precios de varios commodities en los mercados internacionales, ya que la política mundial de altas tasas de interés enfría la demanda de estos insumos, son algunas de las principales razones que explican los insumos. abaratándose rápidamente también en Brasil.
Sólo en mayo, el mineral de hierro, materia prima de las vigas y planchas que soportan las estructuras de construcción civil, automóviles y electrodomésticos, retrocedió el 13,2%, según la FGV IPA.
La soja y el maíz en grano cayeron 9,4% y 15,7% en el mismo mes, respectivamente. Como ambos son la base de las raciones que alimentan a pollos, cerdos y ganado, sus mermas también ayudan a que baje el precio de la carne.
Los efectos ya comienzan a notarse en el comercio minorista: en mayo, la inflación de los alimentos a domicilio, es decir, de los alimentos en los supermercados, fue cero, según el Índice de Precios al Consumidor Ampliado (IPCA).
A diferencia de la IPA, que rastrea el precio de los productos vendidos en la industria, la IPCA rastrea los servicios y el comercio minorista que llegan al consumidor final.
“Los commodities se están abaratando en reales, lo que está impactando los precios mayoristas y que, a su vez, está comenzando a llegar al consumidor”, dijo el economista jefe de Armor Capital, Andrea Damico, al mencionar, por ejemplo, el alivio en los precios de los alimentos.
“Y todavía falta buena parte de esa deflación mayorista por llegar al consumidor, que tiende, en los próximos meses, a seguir ayudando en la desinflación de los bienes industriales”.
CNN BR
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