Documentos militares revelan la cadena de confesiones bajo tortura que hicieron caer a los sacerdotes Orlando Yorio y Francisco Jalics. Los interrogatorios a los que fueron sometidos y los pedidos de Jorge Bergoglio para conocer su paradero y evitar que sean asesinados
A partir del año 2008 el periodista Horacio Verbitsky comenzó a publicar notas sobre la supuesta complicidad del entonces Cardenal Jorge Bergoglio con el secuestro sufrido por Orlando Yorio y Francisco Jalics en 1976. La única fuente de acusaciones contra Bergoglio fueron las notas de este conocido periodista. Primero dijo que Bergoglio “los entregó” y años después se retractó diciendo que “no los protegió”. Como si hubiese sido tan fácil en aquellos años del terrorismo de estado proteger totalmente a alguien, salvo ayudarlo a salir del país, lo que si hizo Bergoglio en varios casos.
Como dato anecdótico, Verbitsky en septiembre de 2015 acusó a el escritor Miguel Bonasso de “no proteger” a Rodolfo Walsh y ser casi coresponsable de su asesinato. A lo que Bonasso respondió textualmente: “Verbitsky fue un agente de la fuerza aérea y es un entenado de la Fundación Ford”. Disputa entre viejos amigos. Por ahora ningún juez citó a Bonasso por lo de Walsh, ni a Verbitsky en las causas de la Fuerza Aérea.
Pero si, el 8 de noviembre del 2010, el entonces Cardenal Jorge Bergoglio, declaró como testigo ante el Tribunal Oral 5 en el marco de la Causa ESMA con la marcada intención de que pase de testigo a imputado. Allí fue extensamente interrogado sobre el secuestro y posterior aparición con vida de los jesuitas Orlando Yorio y Francisco Jalics. Como parte querellante participaron del interrogatorio los abogados Miryam Bergman y Luis Zamora.
Conste que al cierre de la Causa ESMA el tribunal eximió totalmente a Bergoglio de cualquier responsabilidad en el secuestro de los dos jesuitas.
Qué dijo Francisco sobre el secuestro de Orlando Yorio y Francisco Jalics en Hungría: “Los padres Ferenc Jalics y Orlando Yorio trabajaban en un barrio popular, y trabajaban bien (…) En el barrio en que trabajaba había una célula guerrillera. Pero los dos jesuitas no tenían nada que ver con ellos: eran pastores, no políticos. Pero fueron hechos prisioneros, siendo inocentes. No encontraron nada con que acusarlos, pero tuvieron que cumplir nueve meses de cárcel, sufriendo amenazas y torturas. Luego fueron liberados, pero estas cosas dejan heridas profundas”, admitió. “Jalics vino a verme inmediatamente, y charlamos. Yo le aconsejé ir a ver a su madre a Estados Unidos. La situación era realmente demasiado incierta y confusa”, evocó. “Después surgió la leyenda de que había sido yo el que los había entregado para que fueran encarcelados”,lamentó.
Como fueron los hechos
El 23 de mayo de 1976, Yorio y Jalics fueron secuestrados y confinados en una quinta de la Armada. Cinco meses después, fueron liberados en un campo en Cañuelas. En ese momento ambos sacerdotes estaban en trámite de abandonar la Compañía de Jesús. Jorge Bergoglio era el Provincial de los Jesuitas y por lo tanto su superior directo. La coincidencia de tiempos – abandono de la orden y secuestro – dio lugar para construir la presunción de que Bergoglio tenía alguna responsabilidad en su detención ilegal. Así lo imaginó y escribió en innumerables notas un reconocido periodista.
Orlando Yorio murió en el año 2000 y nunca acusó a Bergoglio por su detención. Y el padre Francisco Jalics, el 20 de marzo del 2013 declaró: “Estos son entonces los hechos: Orlando Yorio y yo no fuimos entregados por el Padre Bergoglio. Como ya en mis declaraciones anteriores dejé en claro, fuimos detenidos debido a una catequista, quien primero trabajó con nosotros y más tarde se unió a la guerrilla. Por nueve meses no la vimos más. Dos o tres días después de su detención, fuimos detenidos también nosotros.”
La catequista a la cual se refirió Jalics se llamaba Monica Quinteiros, era hija de un marino, y pertenecía a la organización Montoneros, que en ese momento, intentaba desarrollar un nuevo frente de trabajo en los sectores católicos, mediante una agrupación llamada Cristianos para la Liberación.
Un documento inédito, perteneciente a un organismo represivo, describe meticulosamente, cómo fueron perseguidos y capturados miembros del grupo Cristianos para la Liberación. Y sirve para entender los dichos del padre Jalics.
Cristianos para la Liberación
Flora Castro y Ernesto Salas, publicaron en 2011 una biografía y compilación de escritos de Norberto Habegger. De origen demócrata cristiano, Habergger de formación y convicción católica, fue un importante dirigente de Montoneros. Fue secuestrado y desaparecido en Brasil en 1978.
Con el título “Cristianos en la Noche” se lee lo siguiente: “Durante la segunda mitad de 1975, a partir de una nueva iniciativa de Norberto, Montoneros fue tejiendo la red de lo que sería un nuevo frente de la organización, Cristianos para la Liberación. Conformada por sacerdotes y laicos, se proponía superar las críticas que separaban a algunos cristianos de la política montonera luego del asesinato del padre Carlos Mugica. (…) Si bien la iniciativa correspondió a Habegger, el grupo fue coordinado en su primera etapa por el joven cura Pablo Gazzarri. (…) Participaron en Cristianos para la Liberación los sacerdotes Jorge Adur, Vicente Adamo, Emilio Neira, Carlos Bustos, Joaquin Carregal, Orlando Yorio, y seminaristas como el palotino Salvador Barbeito. En sucesivos encuentros elaboraron dos documentos. (…) Pablo Gazzarri fue secuestrado por una patota de la ESMA el 27 de noviembre de 1976. Ante la desaparición de Gazzarri, Carlos Bustos continuó al frente de la agrupación.”
Luis Donatello en su libro “Catolicismo y Montoneros” escribe: “Asimismo podemos ver otro intento fallido (de Montoneros) de generar nuevas redes. Una vez disuelta la experiencia del MSTM, se creó un movimiento de grupos católicos de base que se denominó Cristianos para la Liberación (CPL), que nucleaba a laicos y sacerdotes que realizaban actividades en villas, barrios y parroquias. Entre ellos había religiosos de distintas órdenes, como los Hermanos de Foucauld, Carmelitas Descalzas, Palotinos y curas seculares.(…) Uno de los responsables de este ámbito era el padre Jorge Adur. (…) Si bien había en el CPL miembros de Montoneros, también había militantes que se habían separado.”
Horacio Verbitsky en su libro “La mano izquierda de Dios” escribió: “Cristianos para la Liberación sirvió a la inteligencia militar para identificar a muchos simpatizantes de Montoneros sobre los que se centraría la persecución después del golpe.”
Según un informe de la SIPBA (Servicio de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires) de agosto de 1977 sobre la organización Montoneros, “Cristianos para la Liberación” junto con el “Sector Profesionales” dependía de “Departamento FLN (Frente de Liberación Nacional)” cuyo responsable era el “Oficial 1º” Norberto Habegger (a) “Ernesto”, quien a su vez dependía de la “Secretaría Nacional Política” cuyo responsable era el “2º Comandante” Horacio Antonio Arrue (a) “Pablo Cristiano”.
Los objetivos de la represión clandestina
Es un equívoco creer que las personas víctimas de la represión fueron elegidas al azar. El plan sistemático de terrorismo de estado, se aplicó con el principal objetivo de destruir a las principales organizaciones armadas ERP y Montoneros. En paralelo se imponía el miedo y parálisis sobre todas las actividades políticas y sindicales.
En su libro Poder y Desaparición, la politóloga y ex prisionera de la ESMA Pilar Calveiro, afirma: “Los desaparecidos eran, en su inmensa mayoría, militantes. Negar esto (…) es una manera más de desaparecerlos, ahora en sentido político. Lo de la corrección o incorrección de sus concepciones políticas es otra cuestión, pero lo cierto es que el fenómeno de los desaparecidos no es el de la masacre de “víctimas inocentes”, sino el del asesinato y el intento de desaparición y desintegración total de una forma de resistencia y oposición: la lucha armada y las concepciones populistas radicales dentro del peronismo y la izquierda.”
Por supuesto que esto no excusa, a quienes en control del aparato estatal, utilizaron todos sus medios para secuestrar, torturar y asesinar a miles de argentinos; y que desde 2003 hasta hoy están siendo juzgados y condenados, con todas las garantías procesales, que no tuvieron sus miles de víctimas.
La estructura organizativa de Montoneros
Por hacer un ejemplo gráfico, podemos pensar la organización Montoneros como una cebolla. Donde en su capa exterior, estaban los llamados frentes de superficie: JP, JUP, UES, JTP, entre otras. Y hacia dentro, diferentes capas clandestinas, hasta llegar al centro, la conducción nacional. Los militantes de superficie eran legales, hacían actividades públicas, como repartir volantes o hablar en asambleas. La represión tenía bien claro, que detrás de cada grupo de superficie, había un miembro de la organización vinculado a toda la estructura clandestina. Por eso la mecánica habitual, era secuestrar militantes de superficie para llegar a su responsable, y así seguir la cadena, hasta llegar a los niveles más comprometidos.
La doctrina francesa había diseñado el procedimiento: información- captura- tortura- obtención de información- nueva captura. Con este mecanismo repetido infinidad de veces, se avanzaba muy rápidamente hacia los niveles más altos de la organización.
Los grupos de tareas estaban divididos por función. El grupo operativo o “patota” secuestraba. Un segundo grupo torturaba y otro analizaba la información obtenida. Esta fue la verdadera fuente de inteligencia que llevó a la rápida destrucción de las organizaciones armadas. Se iba dibujando el organigrama de la organización. Y llenando los casilleros con los nombres de guerra o los legales. A muchos prisioneros antes de matarlos se les hacía escribir la historia de la organización, sus normas, métodos, etc.. Esto lo vamos a ver en la transcripción del documento mencionado al inicio.
La ESMA se lanza a la cacería del grupo “Cristianos para la Liberación”
Entre los frentes de superficie que seguían desde la ESMA, estaba el grupo Cristianos para la Liberación, que no ofrecía ningún peligro en su accionar, pero, estaba dirigido por miembros de montoneros, encuadrados en la estructura clandestina, y eso los convertía en objetivos de la represión.
El 21 de abril de 1976, son secuestrados tres militantes, que realizaban trabajo social en la parroquia Jesús Obrero de Villa Manuelita con el padre Jorge Adur . El 23 de abril matan a dos militantes montoneros que distribuían la revista “Evita Montonera”, en su lista de contactos estaba la parroquia Santa María Madre del Bajo Flores.
En la parroquia Santa María Madre del Pueblo del Bajo Flores, junto a los jesuitas Yorio y Jalics, trabajaba el grupo de catequistas del Proyecto Belén, que realizaba tareas de promoción humana, social, religiosa y política. Entre ellos la monja Mónica Quinteiro, que estaba vinculada a Montoneros y participaba de Cristianos para la Liberación (CPL)
La noche del 14 de mayo de 1976 fueron secuestrados todo el grupo de catequistas de la parroquia vinculados a CPL y Mónica Quinteiro. Diez días después, el 23 de mayo, la marina secuestra a los jesuitas Orlando Yorio y Francisco Jalics. Si bien no fueron golpeados ni torturados, los encerraron y encadenaron en condiciones inhumanas de detención. Según narró Yorio, los drogaron para interrogarlos. Las preguntas giraron sobre las actividades de Monica Quinteiro, Marta Vázquez y del padre Jorge Adur.
El 4 de junio en Villa Manuelita son secuestrados dos seminaristas que vivían en la misma casa que Jorge Adur, quien es alertado por vecinos y logra escapar. Por gestión de Pio Laghi sale del país hacia Francia. En 1981 Adur es designado “Capellán del Ejército Montonero”; meses después regresa al país, y es secuestrado y asesinado.
Los sacerdotes Yorio y Jalics, habían sido advertidos por el padre Rodolfo Ricardelli párroco en la Villa 1-11-14, y por su provincial Jorge Bergoglio, sobre el riesgo al que estaban expuestos, y la conveniencia de mudarse a vivir en el Colegio Máximo de San Miguel.
Luego de numerosas gestiones realizadas por Jorge Bergoglio y otras autoridades de la Iglesia pidiendo por su vida, fueron finalmente liberados el 23 de Octubre, en un campo en Cañuelas.
Entre abril y octubre de 1976 fueron secuestrados cerca de cuarenta militantes de Cristianos para la Liberación. Todos ellos, incluyendo los del Proyecto Belén, permanecen desaparecidos.
La cadena de caídas de militantes, que seguía el método secuestro-tortura-información-nuevo secuestro, fue la causa real de la detención de los jesuitas Yorio y Jalics. El Tigre Acosta, jefe de la ESMA, buscaba llegar rápido al centro de la organización Montoneros. Si para eso necesitaba torturar y matar cincuenta militantes de base para capturar un jefe, lo hacía.
El documento que voy a exponer a continuación está referido al secuestro del último grupo de militantes de Cristianos para la Liberación, en diciembre de 1978 . Si bien es posterior a las caídas de Yorio y Jalics, describen con cruel exactitud cómo se manejaba el aparato represivo.
“Informe de operaciones secretas realizadas sobre Cristianos para la Liberación”
El documento pertenece al archivo personal del historiador Roberto Baschetti. Lleva por título “Informe de operaciones secretas realizadas por este organismo entre el 22-11-78 y el 28-11-78 sobre la estructura de Cristianos para la Liberación. Rama Secretaria Política Nacional. No tiene firma, solo la sigla FTE (Fuerza de Tareas) es posible que haya sido redactado en el campo de concentración “El Olimpo” .
El texto, en un lenguaje neutro y burocrático, describe meticulosamente como van secuestrando uno por uno, diecinueve militantes montoneros en apenas seis días. Quien escribe parece estar llevando el registro de algo tan trivial como ingreso y salida de camiones en un depósito. La realidad es que, en cada secuestro había gritos, golpes, llantos, heridas, pastillas de cianuro y vómitos provocados, picana eléctrica, submarino, violaciones, música fuerte para tapar los gritos de dolor. Nada de esto aparece en el frío y monótono teclear de una vieja Olivetti.
En solo seis días encadenan la caída del último grupo activo de Cristianos para la Liberación (CPL). A fines de 1978, la organización Montoneros estaba prácticamente desarticulada. Y el frente CPL casi no existía. De los diecinueve secuestrados, solo seis pertenecen a CPL, el resto son parte de la estructura militar de la Columna Oeste, que caen a partir de la información que dan bajo tortura, los primeros secuestrados. De los diecinueve, once son liberados, siete asesinados y uno se suicida con la pastilla de cianuro.
Voy a reproducir solo algunas partes del informe, que muestra cómo era la mecánica secuestro-tortura-información-nuevo secuestro.
La identificación NG significa Nombre de Guerra (el seudónimo de un militante clandestino). “Lancheo” significa subir un detenido a un auto a recorrer una zona hasta encontrar una persona o una casa. Las “citas” eran el mecanismo de comunicarse dentro de la organización y “pie telefonico” era una mensajería, donde los militantes recibían y pasaban información. Si bien figuran los nombres legales de todos los secuestrados, solo voy a mencionarlos por su nombre de guerra (NG).
El documento comienza así:
“19-11-78. 14 hs (….) A partir de informaciones aportadas por NG Juan, permitieron determinar un área, dentro de la cual estaría ubicado el domicilio de NG Puchi. Efectuado el procedimiento de lancheo se determinó la dirección de la vivienda buscada que resultó ser xxx”
“20-11-78. 19 hs Se procede a efectuar control de permanencia en el domicilio de NG Puchi. (…) se logró establecer que se había ausentado y regresaría el día siguiente”.
“22-11-78. 0.30 hs Se procede a allanar el domicilio de NG Puchi. Se secuestran materiales bibliográficos y de inteligencia. Sus moradores se habían ausentado.”
Interrumpo la cronología para comentar. Puchi era el último jefe de CPL. Tal vez alertado por la caída de NG Juan, abandona su domicilio y se refugia en una quinta de propiedad de su suegro, quien, probablemente desconociendo totalmente la militancia de Puchi y su compañera le da la dirección al grupo de tareas.
“22-11-78. 9,30 hs . (…) El padre de NG Mecha, informó que la quinta era de su propiedad y dio referencias de cómo llegar al lugar.”
“22-11-78. 11 hs Personal de este organismo procede allanar la quinta antes mencionada ubicada en la localidad de Moreno y detener a NG Puchi y su esposa NG Mecha. NG Puchi es subteniente de la BDTM Montoneros e integrante de la estructura Secretaría Política Nacional, Frente Iglesias, Cristianos para la Liberación. Siendo responsable de esta última estructura en el país (…)”
“22-11-78. 22 hs Personal de este organismo procedió a concurrir al domicilio del pie telefónico utilizado por NG Puchi y su ámbito a los efectos de neutralizar alarmas y verificar libros de anotaciones”
“23- 11-78. 19 30 En una cita que tenía con NG Puchi se procede a detener en la confitería Las Violetas de Rivadavia y Medrano a NG Laura subteniente de la Secretaría Política Nacional.”
La cronología sigue y las detenciones se aceleran, con lapsos de pocas horas entre unas y otras. A cada secuestrado rápidamente le van arrancando bajo tortura direcciones y/o las citas con otros militantes. Se cumple metódicamente la mecánica: captura-tortura-información-nueva captura.
El cuestionario de 17 preguntas
Complementario al anterior existe un segundo documento con fecha 3-12-78 que lleva por título: “Interrogatorio para CPL, que deberá ser efectuado a cada uno de los detenidos del CPL”, es curioso su formato porque asemeja a un examen. Consta de 17 preguntas que cada prisionero va a desarrollar según sus conocimientos y recuerdos. Evidentemente este cuestionario era posterior al interrogatorio mediante tortura donde interesaban obtener información operativa: citas, domicilios y nombres. En este caso ya se le pedía contar su historia personal y datos de tipo más general, que se mezclaban lógicamente con lo que ya habían contado en la mesa de tortura.
“1) ¿Desde cuándo milita en la organización?”
“2) ¿Quién lo conecto engancho o cómo llegó a formar parte de la misma?”
“3) Quiénes integraban su grupo detalle de cada uno y nivel dentro de la organización?”
“4) Lugares de reunión más frecuentes, quién o quiénes facilitaban esos lugares.”
” 5) ¿Qué nivel alcanzó dentro de la organización, grado y responsable?”
” 6) ¿Qué personalidades del clero conoce y con qué personas tuvo más contactos? ¿Por qué esos contactos?”
“7) ¿Qué órdenes religiosas están sirviendo a la organización, qué medios (aportan, dinero, locales etc)? Personajes más notables de cada uno.”
Luego siguen diez preguntas más sobre los vínculos en el exterior, las actividades del CPL, los contactos con otros sectores de Montoneros.
Pero respecto el tema de esta nota, la detención de los jesuitas Yorio y Jalics, son las preguntas seis y siete, cuya respuesta lleva directamente a señalarlos como posibles objetivos de captura. En la respuesta que dieron todos los secuestrados, mencionaron sólo al sacerdote Octavio Cárdenas de la parroquia Cristo Maestro de Floresta, pero que el vínculo se había cortado a mediados de 1977. Es decir ya era un dato muy viejo. El padre Cárdenas falleció hace varios años y no hay información de que fuese perseguido o detenido en los años de dictadura.
Estos dos documentos son del fin del 78 y la detención del primer grupo del CPL ocurre dos años antes. Pero sin duda el interrogatorio al grupo de catequistas del CPL y la monja Monica Quinteiro fue del mismo tenor del que leímos arriba. Y, lamentablemente la respuesta de los secuestrados habría sido que trabajaban con ambos jesuitas, suficiente dato para que los marinos los detengan para interrogarlos.
Estos documentos aunque de tiempos diferentes son muestra exacta de cómo funcionaba la inteligencia represiva en general y específicamente el ámbito de Cristianos para la Liberación. Esta información ratifica lo dicho por el padre Francisco Jalics (seguramente sin tener tanto nivel de detalle como el aquí expuesto) dijo : “Como ya en mis declaraciones anteriores dejé en claro, fuimos detenidos debido a una catequista, quien primero trabajó con nosotros y más tarde se unió a la guerrilla . Por nueve meses no la vimos más. Dos o tres días después de su detención, fuimos detenidos también nosotros.”
Aldo Duzdevich es autor de “Salvados por Francisco” y “La Lealtad- Los montoneros que se quedaron con Perón”
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