La farmacéutica Eli Lilly dijo que los análisis mostraron que la terapia con donanemab ralentiza el deterioro cognitivo. Buscará la aprobación de la FDA. Los detalles de los resultados y sus efectos adversos
Un medicamento que aún se encuentra en etapa experimental logró demorar el deterioro cognitivo y funcional propio de la enfermedad de Alzheimer, en personas que tenían ese mal en etapa temprana, de acuerdo con el laboratorio que está realizando los estudios en busca de su aprobación por parte de la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés).
Se trata del mismo medicamento del laboratorio estadounidense Eli Lilly que el organismo regulador rechazó a comienzos de este año, pero la compañía farmacéutica espera, a partir de los nuevos datos alentadores que dice haber obtenido de los últimos estudios, conseguir la aprobación para su uso posiblemente entre este año y el próximo, informó hoy The Wall Street Journal.
La FDA argumentó entonces su rechazo en la necesidad de producir nuevos estudios con un número de participantes mayor. El director científico y médico de la farmacéutica, Daniel Skovronsky, dijo que el nuevo estudio busca proporcionar los datos que busca la agencia reguladora. “El efecto de la droga es muy fuerte”, afirmó.
La enfermedad de Alzheimer es un trastorno del cerebro que empeora con el tiempo. Se caracteriza por cambios en el cerebro que derivan en depósitos de ciertas proteínas. Este mal hace que el cerebro se encoja y que las neuronas cerebrales, a la larga, mueran. La industria farmacéutica viene trabajando desde hace años en una droga que retrase ese deterioro cerebral que quita la memoria, entre otras capacidades, pero la mayoría de los intentos han sido infructuosos.
Según informó el mismo medio estadounidense, el tratamiento de Lilly, llamado donanemab, es una aplicación intravenosa que se dirige al amiloide, una sustancia que forma placa en el cerebro y es la principal sospechosa de impulsar el empeoramiento de la enfermedad de Alzheimer. Desde el laboratorio se informó que, aunque los investigadores diseñaron donanemab para eliminar el amiloide, la terapia no cura el Alzheimer ni evita por completo que la enfermedad empeore, sino que retrasa su avance.
Lilly no ha revelado aún los datos de sus estudios de fase III a través de revistas científicas revisadas por pares, sino sólo a través de un comunicado de prensa. El laboratorio informó que el estudio se hizo sobre más de 1.730 pacientes y logró ralentizar el deterioro en el 35% de ellos en comparación de los voluntarios que recibieron un placebo, en un análisis que se extendió por 18 meses.
La evaluación fue realizada sobre varias medidas de la memoria y las actividades diarias de los pacientes, como la conducción de vehículos y el manejo de las finanzas. Alrededor del 47% de las personas que recibieron donanemab no experimentaron una disminución de las habilidades medidas en 12 meses después del inicio del tratamiento, según la puntuación conocida como calificación clínica de demencia, dijo la farmacéutica.
“Estos son niveles de eficacia que simplemente no se han visto antes en la enfermedad de Alzheimer, lo que establece un nuevo punto de referencia de lo que es posible en esta enfermedad”, dijo el Skovronsky. Alrededor del 52% de las personas que tomaron donanemab completaron su tratamiento en un año, y el 72% pudo dejar de tomarlo a los 18 meses, como resultado de la eliminación de la placa amiloide en el cerebro, según los datos difundidos por Lilly.
En contraposición el fármaco mostró algunos efectos adversos. Según el propio laboratorio, alrededor del 24% de los pacientes que tomaban donanemab tenían anomalías en las imágenes relacionadas con el amiloide, incluidos hallazgos en las exploraciones como hinchazón y sangrado cerebral. Alrededor del 1,6% de las anomalías se clasificaron como graves, incluidas dos personas que murieron a causa de ellas y una tercera persona que murió después de una anomalía, agregó la compañía farmacéutica.
En 2021 Lilly había informado resultados positivos para donanemab en un estudio más pequeño en etapa intermedia. Con base en ese estudio, solicitó la aprobación de la FDA, pero esta dijo que necesitaba más datos antes de poder tomar una decisión.
Otro fármaco contra el Alzheimer
En enero pasado, la FDA había aprobado anticipadamente un nuevo medicamento contra el Alzheimer de los laboratorios Eisai Co. y Biogen Inc.. Este fue considerado el más prometedor hasta la fecha en una nueva clase de fármacos que pueden ayudar a retrasar el deterioro cognitivo causado por la enfermedad. El medicamento de Lilly, en caso de ser aprobado, llegaría a sumarse a este. La aprobación de Leqembi de Eisai fue una aprobación acelerada basada en su capacidad para atacar el amiloide, pero se necesitan más datos para una aprobación completa.
En marzo pasado, una publicación científica arrojó que el prometedor fármaco experimental contra el Alzheimer de Eisai reduciría el tamaño del cerebro. Según publicó la revista Neurology, existen dudas sobre lecanemab, que aún está en etapa experimental, al descubrir que produce una probable reducción del volumen del cerebro. El otro medicamento experimental similar mencionado, el donanemab, también produjo resultados similares.
Iecanemab, desarrollado por la farmacéutica japonesa Eisai y la estadounidense Biogen, fue aprobado experimentalmente en enero por procedimiento acelerado en los Estados Unidos, tras los ensayos en los que redujo en un 27% el deterioro cognitivo en los pacientes. Se trata de un anticuerpo monoclonal que se administra como una infusión intravenosa cada dos semanas con el objetivo de limpiar las placas beta amiloide que se acumulan en el cerebro, una proteína tóxica vinculada a la enfermedad de Alzheimer.
Los estudios presentados para su aprobación ante la FDA sugieren que el nuevo medicamento es más prometedor que las alternativas disponibles. Tanto que la prestigiosa revista Nature incluyó este tratamiento entre los grandes avances científicos que se esperaban para este año. Sin embargo, el nuevo estudio liderado por el científico Scott Ayton del Instituto Florey de Neorociencia y Salud Mental en Australia y publicado el pasado 27 de marzo, halló que los pacientes que tomaron lecanemab sufrieron una reducción del cerebro un 28% mayor que los que fueron tratados con un placebo.
infobae.com
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