El planeta rojo pudo haber tenido un entorno capaz de albergar un mundo subterráneo repleto de organismos microscópicos, informaron científicos franceses en un nuevo estudio.
El antiguo Marte pudo haber tenido un entorno capaz de albergar un mundo subterráneo repleto de organismos microscópicos, informaron científicos franceses esta semana al dar a conocer una nueva nueva investigación.
Aunque hay evidencias que sugieren que Marte albergó condiciones potenciales para el desarrollo de la vida hace más de 3.700 millones de años, la probabilidad de que se diera ese escenario no se había cuantificado en detalle. Pero ahora, científicos de la Universidad de la Sorbona, encabezados por el doctor Boris Sauterey, investigador postdoctoral, respaldan la teoría de que el antiguo Marte podría haber estado repleto de vida microbiana, dado el metano hallado por el rover Curiosity de la NASA.
Sauterey y su equipo utilizaron modelos climáticos y de terreno para evaluar la habitabilidad de la corteza marciana hace 4000 millones de años, cuando se pensaba que el planeta rojo estaba lleno de agua y era mucho más hospitalario que hoy. Supusieron que los microbios productores de metano y devoradores de hidrógeno podrían haber florecido justo debajo de la superficie en ese entonces, con varias decenas de centímetros de suciedad más que suficiente para protegerlos contra la fuerte radiación entrante. Cualquier lugar libre de hielo en Marte podría haber estado plagado de estos organismos, según Sauterey, tal como lo hicieron en la Tierra primitiva.
“Sin embargo, el clima presumiblemente húmedo y cálido del Marte primitivo se habría visto comprometido por la absorción de tanto hidrógeno de la delgada atmósfera rica en dióxido de carbono”, dijo Sauterey. A medida que las temperaturas cayeron casi -200C, cualquier organismo en o cerca de la superficie probablemente habría ido más profundo en un intento por sobrevivir. Por el contrario, los microbios en la Tierra pueden haber ayudado a mantener las condiciones templadas, dada la atmósfera dominada por el nitrógeno, dijeron los investigadores.
Kaveh Pahlevan, del Instituto SETI, precisó que los modelos futuros del clima de Marte debían considerar la investigación francesa. Pahlevan dirigió un estudio reciente separado que sugiere que Marte nació húmedo con océanos cálidos que duraron millones de años. La atmósfera habría sido densa y en su mayoría hidrógeno en ese entonces, sirviendo como un gas de efecto invernadero que atrapa el calor que eventualmente fue transportado a altitudes más altas y se perdió en el espacio, concluyó su equipo. El estudio francés investigó los efectos climáticos de posibles microbios cuando la atmósfera de Marte estaba dominada por dióxido de carbono y, por lo tanto, no sería aplicable a épocas anteriores. “Sin embargo, lo que deja en claro su estudio es que si esta vida hubiera estado presente en Marte durante este período anterior, habrían tenido una gran influencia en el clima predominante”, agregó el experto.
¿Los mejores lugares para buscar rastros de esta vida pasada? Los investigadores franceses sugieren el inexplorado Hellas Planitia, o llanura, y el cráter Jezero en el borde noroeste de Isidis Planitia, donde el rover Perseverance de la NASA está recolectando rocas para regresar a la Tierra en una década. Lo siguiente en la lista de tareas pendientes de Sauterey es investigar la posibilidad de que la vida microbiana aún pueda existir en las profundidades de Marte. “¿Podría Marte todavía estar habitado hoy por microorganismos que descienden de esta biosfera primitiva? ¿Si es así, donde?”, se preguntó el experto. Los autores, que simularon en un modelo la interacción entre el entorno primitivo de Marte y un ecosistema de microorganismos que sobreviven consumiendo hidrógeno y produciendo metano.
Sus simulaciones mostraron que la corteza marciana habría sido un lugar viable para este ecosistema, siempre que la superficie no hubiera estado completamente cubierta de hielo. La producción de biomasa habría sido comparable a la que había en los primeros océanos que hubo en la Tierra. Este ecosistema habría desencadenado un evento de retroalimentación con el clima de Marte, enfriándolo globalmente hasta 40 grados y creando condiciones menos habitables más cerca de la superficie, lo que habría obligado a los microbios a desplazarse progresivamente a más profundidad dentro de la corteza del planeta.
Jorge Pla-García, investigador del Centro de Astrobiología (CAB/CSIC-INTA) y miembro de las misiones marcianas de la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), es uno de los científicos que más ha estudiado el metano marciano: “Lo primero que hay que dejar claro es que tenemos un gran misterio con el metano en Marte. Lo estamos detectando en superficie con el rover Curiosity (NASA), pero no detectamos nada de metano desde la órbita con la sonda TGO (de la ESA), que tiene instrumentación más avanzada para hacerlo. Si que es cierto que TGO solo puede observar desde 3-5km sobre el suelo hasta la parte alta de la atmósfera, es decir, no se acerca ni de lejos al suelo marciano donde esta Curiosity”, señaló al diario El Mundo.
Regis Ferrière, profesor del Departamento de Ecología y Biología Evolutiva de la Universidad de Arizona y uno de los dos autores principales en el artículo afirmó: “El Marte primitivo habría sido muy diferente de lo que es hoy, con tendencia a ser cálido y húmedo en lugar de frío y seco, gracias a las grandes concentraciones de hidrógeno y dióxido de carbono, ambos fuertes gases de efecto invernadero que atrapan el calor en la atmósfera. Creemos que Marte pudo haber sido un poco más frío que la Tierra en ese momento, pero no tan frío como ahora, con temperaturas promedio muy probablemente por encima del punto de congelación del agua. Mientras que el Marte actual ha sido descrito como un cubo de hielo cubierto de polvo, imaginamos el Marte primitivo como un planeta rocoso con una corteza porosa, empapado en agua líquida que probablemente formó lagos y ríos, tal vez incluso mares u océanos”. Esa agua habría sido extremadamente salada, agregó, según mediciones espectroscópicas de rocas expuestas en la superficie marciana.
Para simular las condiciones que habrían encontrado las primeras formas de vida en Marte, los científicos aplicaron modelos que predicen las temperaturas en la superficie y en la corteza para una composición atmosférica dada. Luego combinaron esos datos con un modelo de ecosistema que desarrollaron para predecir si las poblaciones biológicas habrían podido sobrevivir en su entorno local y cómo lo habrían afectado con el tiempo.
La superficie de Marte primitivo pronto se habría vuelto glacial como consecuencia de la actividad biológica. En otras palabras, el cambio climático impulsado por la vida marciana podría haber contribuido a que la superficie del planeta fuera inhabitable muy pronto.
“El problema al que se habrían enfrentado estos microbios es que la atmósfera de Marte básicamente desapareció, se diluyó por completo, por lo que su fuente de energía se habría desvanecido y habrían tenido que encontrar una fuente alternativa de energía”, dijo Sauterey. “Además de eso, la temperatura habría bajado significativamente y habrían tenido que profundizar mucho más en la corteza. Por el momento, es muy difícil decir cuánto tiempo habría permanecido Marte habitable”. Las futuras misiones de exploración de Marte pueden proporcionar respuestas, pero según los investigadores, los desafíos permanecerán.
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