En la víspera del funeral de la reina Isabel II, turistas, jefes de Estado, reyes del mundo y británicos de luto se agolparon en torno al Castillo de Windsor, en Londres, para el último adiós de la monarca.
Un día de emoción ceremonial se prepara para este lunes 19 en Londres, Inglaterra, para dar el último adiós a la reina Isabel II, quien fue su monarca durante 70 años, en una capilla ardiente que cerrará sus puertas a las 06:30, hora local, (01:30 hora paraguaya), para iniciar la ceremonia de entierro o funeral de Estado.
Tras una ceremonia privada dentro de los muros del castillo, la soberana será enterrada en la capilla de San Jorge, donde ya descansan sus padres y su hermana, y adonde se trasladarán los restos de su esposo Felipe. Según el mismo Palacio de Buckingham, la reina Isabel II contribuyó personalmente en la elaboración de los planes.
Los funerales arrancarán con el traslado del féretro de la monarca desde la capilla ardiente instalada en el Parlamento británico, en la sala Westminster, a la cercana abadía del mismo nombre.
A las 11:00 (10:00 GMT) empezará el servicio fúnebre oficiado por el deán de Westminster, David Hoyle, y con un sermón de Justin Welby, líder espiritual de la Iglesia Anglicana, de la que el rey de Inglaterra es cabeza desde la ruptura de Enrique VIII con Roma en el siglo XVI.
Tras el servicio, el féretro de Isabel II recorrerá en una estructura tirada por marineros las calles de Londres hasta el arco de Wellington, en Hyde Park Corner, en un cortejo en el que se esperan un millón de personas.
El recorrido
Desde allí saldrá en coche hasta el castillo de Windsor, a unos 30 kilómetros, donde tendrá lugar un nuevo servicio fúnebre, más familiar, y su entierro, ya en privado.
El coche fúnebre con el féretro de la reina llegará a Windsor a las 15:00, hora local (14:00 GMT), tras el funeral en la Abadía de Westminster de Londres, que acogerá a decenas de jefes de Estado y reyes.
“Cuando el coche fúnebre de su majestad atraviese las puertas, seguirá el largo camino de flores hasta la capilla de San Jorge. Será precioso”, dijo un guardia de seguridad, visiblemente emocionado.
En la ocasión se espera la presencia de mandatarios de distintas partes del mundo, como el estadounidense Joe Biden; el presidente de Francia, Emmanuel Macron, el de Brasil, Jair Bolsonaro.
Además, estarán presentes monarcas de España, Suecia, Noruega, Luxemburgo, Mónaco, Bélgica u Holanda, o el emperador japonés Naruhito, quienes asistirán al funeral de Estado.
La concentración de tantos mandatarios, y el funeral en general, presentan un desafío de seguridad “mayor que los Juegos Olímpicos de 2012”, dijo a la prensa el subcomisario adjunto de Scotland Yard, Stuart Cundy.
Además, se espera que cientos de miles de personas se congreguen en todo el recorrido, y que millones y millones sigan el funeral desde pubs, pantallas en parques y hasta cines que lo retransmitirán.
Cómo se vive la víspera
Durante la víspera del funeral de Isabel II, turistas y británicos de luto ponen rumbo al Castillo de Windsor, “donde le gustaba estar”, para presentar sus respetos y conseguir recuerdos de la difunta monarca.
Las ventas de los souvenirs se han disparado desde su muerte, el 8 de setiembre, según Samy Kesavan, que dirige la tienda de recuerdos “House of Gifts” al pie del castillo, al oeste de Londres, Inglaterra, donde la reina pasó la mayor parte de su tiempo desde la pandemia.
“La gente está desesperada por tener un recuerdo de la reina”, dijo a AFP. Las camisetas y bolsas con la inscripción “RIP Queen Elizabeth II 1926-2002” ocupaban un lugar privilegiado en su tienda, pero ahora están agotadas. En su lugar, ofrece artículos para el Jubileo de Platino de la reina, que marcó en junio sus 70 años en el trono.
“Es un momento histórico, queríamos estar allí”, dijo Yo Cousins, de 48 años, que estaba sentada con su hija de 10 años en la hierba junto al “Long Walk”, el camino de 4 kilómetros que conduce al castillo.
“Windsor es su casa, donde a la reina le gustaba estar”, añadió la profesora, que había llevado un ramo de rosas rojas y estaba escribiendo varios mensajes de despedida para rendir tributo a la difunta monarca.
Antes de poder ver las puertas del castillo, la familia, oriunda de Stubbington (sur de Inglaterra), tuvo que unirse a la procesión de varios miles de personas que recorrían las calles de la ciudad y los controles de seguridad.
Una vez que llegaron al castillo, madre e hija dejaron sus tarjetas al pie de las puertas junto a cientos de mensajes, fotos, dibujos y velas.
Los guardias recogen los homenajes escritos cada noche a las 22:00 para exponerlos en el Panteón Real, explica a AFP Neil Holt, un agente de seguridad vestido de un chaleco fluorescente.
Los ramos pasan por su parte un control de seguridad antes de ser colocados en el recinto real, formando un largo y colorido sector en el jardín.
“Lugar de peregrinación”
En la ciudad, la afluencia de gente bate récords, sobre todo teniendo en cuenta que esta época del año suele ser tranquila.
“Todos nos preguntábamos cómo sería el pueblo cuando muriera la reina, es precioso”, explica a AFP Donna Lumbard, gerente del restaurante “Plate at No. 6”.
La restauradora, de 32 años, dice estar “muy orgullosa” de que los restos de la soberana reposen en Windsor y cree que la ciudad se convertirá en un “lugar de peregrinación”.
Denise Hucinova ha sido contratada para ayudar al personal del pub “The Prince Harry”, que estaba desbordado de clientes en la víspera del funeral. “Windsor es también la residencia favorita del nuevo rey Carlos III, junto con Balmoral”, explicó.
Hucinova espera que las visitas periódicas del nuevo monarca, junto con el reciente traslado del príncipe Guillermo y su familia desde Londres, atraigan a los turistas a la bucólica ciudad.
Los comerciantes se comprometen a mantener vivo el recuerdo de la reina Isabel II. El restaurante de Lumbard ya tiene previsto añadir un nuevo cóctel a su carta. Todavía no sabe su nombre, pero dijo que “será morado o rosa, porque a ella le encantaban los colores vivos”.
Carlos III agradece apoyo recibido en víspera
El rey británico Carlos III agradeció este domingo a los británicos y al mundo su apoyo tras la muerte de su madre, Isabel II, en la víspera de sus funerales, que se anuncian históricos.
“Nos hemos sentido profundamente conmovidos por los numerosos mensajes de condolencia y apoyo que hemos recibido de este país y de todo el mundo”, expresó Carlos III en un mensaje, recordando la respuesta del público “en Londres, Edimburgo, Hillsborough y Cardiff”, en referencia a las cuatro regiones británicas (Inglaterra, Escocia, Irlanda del Norte y Gales).
El agradecimiento llegó tras un minuto se silencio observado en gran parte del país, y pone fin a una jornada intensa en que el nuevo monarca ofreció una recepción en el palacio de Buckingham a las decenas de mandatarios venidos para el funeral.
A las 20:00 (hora local) del domingo, el Reino Unido guardó un minuto de silencio que, en la capilla ardiente instalada en Westminster Hall, se tradujo en una paralización de la cola de británicos que desde el miércoles desfilan ante el féretro de la soberana para rendirle homenaje.
Los británicos aprovechaban las últimas horas para poder presentar sus respetos a la única reina que conocieron hasta su muerte a los 96 años el 8 de setiembre, tras pasar siete décadas en el trono.
La trascendencia de la monarca que más tiempo reinó su país, se pone de manifiesto en la lista de asistentes a unas exequias como no se veían en Londres desde la muerte, en 1965, de Winston Churchill, que lideró al país durante la Segunda Guerra Mundial.
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