Revelan que varios electores de Bolsonaro podrían ir con Lula

A pocos meses de las elecciones presidenciales, una encuesta de la División de estudios de mercado y opinión de diarios digitales (PoderData) reveló que al menos el 13  por ciento de los votantes que eligieron al presidente Jair Bolsonaro, votarían ahora por el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva.

De acuerdo con la encuesta realizada del 5 al 7 de junio, el 74 por ciento de los votantes del ultraderechista en la segunda vuelta de 2018 repetiría el voto en 2022. Esta cifra en el sondeo del 8 al 10 de mayo fue de un 61 por ciento.

Además de Lula, otros precandidatos que recibirían votos contra Fernando Haddad del Partido de los Trabajadores (PT) serían Ciro Gómez, del Partido Laborista Democrático (PDT), Simone Tebet, del Movimiento Democrático Brasileño (MDB) y José María Eymael, de Democracia Cristiana (DC), quienes se quedarían con el 7 por ciento restante de los votantes de Bolsonaro en las elecciones pasadas.

En este sondeo, Lula mantiene el 43 por ciento de las intenciones de voto, al igual que hace 15 días, mientras Bolsonaro se mantiene en un 35 por ciento. La brecha entre ambos es de ocho puntos porcentuales.

Tras la renuncia de João Doria, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) a su carrera presidencial el pasado 23 de mayo, la senadora Simone Tebet se convirtió en la única representante de la denominada tercera vía. A pesar de su exposición mediática en las últimas semanas, no logró efecto en los votantes, pues, de un 2 por ciento en intención de voto en el estudio de mayo, descendió a un 1 por ciento.

Mientras tanto, en Brasil son varias las dificultades que enfrentan los ciudadanos diariamente. El hambre ha impactado de 19 millones a 33 millones de personas en tan solo un año. Esto implica que más de la mitad de la población (58,7 por ciento) brasileña sufre inseguridad alimentaria, de acuerdo con datos de Red Brasileña de Pesquisa en Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional (Red Penssan).

A esto se le suma el déficit de 6 millones de viviendas, por lo que miles de personas están en situación de calle, muchas de ellas, también imposibilitadas de obtener empleo.

Gran parte de esta situación ha sido generada por la ausencia de políticas públicas diseñadas en este sentido por el Gobierno del ultraderechista en estos cuatro años y el desmantelamiento de los programas sociales de los Gobiernos anteriores, como la Bolsa Familiar, implementado por Lula, que desde 2003 favoreció la seguridad alimentaria de unas 13 millones de personas.

El exmilitar profundizó las políticas de corte neoliberal iniciadas por el exjefe de Estado, Michel Temer. Privatizó Eletrobras, la mayor empresa energética de América Latina y extinguió programas de salud, educación, alimentos, medioambiente, vivienda y cultura.

Ante toda esta situación de precariedad, el descontento aumenta y se ha expresado en múltiples y multitudinarias manifestaciones en estos años contra la figura del gobernante. Bolsonaro se vendió como una alternativa fuera del sistema político, un antisistema y ganó muchísima popularidad en su tiempo de campaña. Varios familiares y aliados del bloque parlamentario del mandatario están siendo investigados por hechos de corrupción.

El Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) registró una desaceleración de la inflación un 0,47 por ciento en el mes de mayo. Ese fue el aumento mensual más bajo desde abril de 202 y en lo que va de 2022 la inflación está ubicada en un 11,73 por ciento cuando el mes anterior estaba en 12,13.

Para el 42 por ciento de la población, Bolsonaro es el principal responsable del aumento de los precios, según datos de otra encuesta de PoderData en junio. Un 18 por ciento culpa a los gobernadores de los estados y otro 13 por ciento culpa a la pandemia de la Covid-19, frente al 8 por ciento que menciona como principal causa la crisis bélica en Ucrania.

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