En Yeruham, pequeña ciudad perdida entre las dunas del inmenso desierto de Néguev, en Israel, no hay rascacielos ni cafés de moda como en la metrópolis de alta tecnología de Tel-Aviv, pero sí existe el primer incubador tecnológico de cannabis médico del país.
El incubador Canneguev se erige en la calle principal, en un ultramoderno edificio que está frente al desierto, generando un asombroso contraste.
“Hemos decidido convertir al cannabis terapéutico en el centro de nuestra actividad, aquí, en Yeruham, una de las ciudades más periféricas de Israel, una ciudad olvidada”, dice el fundador de Canneguev, Ziv Bet Or, en el laboratorio del incubador que alberga a cuatro startups.
“Mi sueño es convertir a Yeruham en la capital del cannabis médico en Israel”, declara a la AFP la alcaldesa Tal Ohana, de 37 años, en el origen del proyecto.
Elegida en el 2018 alcaldesa de esta localidad de 12.000 habitantes, Ohana apuesta por la industria tecnológica para transformar la imagen de Yeruham, cuyo índice de desempleo (7,8%) es superior a la media nacional.
Primer importador mundial
El consumo recreativo de cannabis es ilegal en Israel, aunque a menudo tolerado, pero el Estado alienta desde hace una década su uso terapéutico para tratar ciertas enfermedades graves, degenerativas o el estrés postraumático en los militares.
En octubre, el Parlamento aprobó en lectura preliminar un proyecto de ley para flexibilizar la industria del cannabis, facilitar su acceso y favorecer el desarrollo de un mercado que atrae cada vez a más empresarios en Israel, entre ellos figuras políticas como los ex primeros ministros Ehud Olmert, consejero especial de la firma Univo, y Ehud Barak, presidente de la sociedad InterCure.
“El ecosistema del cannabis médico ha recibido USD 60 millones de inversiones estos últimos años, cuenta con 220 investigadores y unas 100 startups, una cuarta parte de ellas creadas en el 2019”, explica Dana Gourevich, directora de tecnología de la Autoridad israelí de la Innovación.
La importación masiva, en especial de Canadá, país que legalizó el cannabis recreativo, ha permitido desarrollarse a este sector, agrega.
Según datos oficiales, el Estado hebreo importó 22 toneladas de cannabis médico en 2021 (contra 14 toneladas en 2020), lo que lo convierte en el primer importador mundial, destaca el Israelí Cannabis Magazine.
CBD para todos
Hace algunas semanas, el Ministerio de Salud indicó examinar la posibilidad de retirar el cannabidiol (CBD) de la lista de drogas peligrosas, medida esperada por los actores del mercado que podrán comercializar a mayor escala productos conteniendo esta sustancia.
En el sur de Israel, cerca de la ciudad de Ashdod, B.O.L Pharma cultiva cada año, en 3,5 hectáreas, cerca de 400.000 plantas de cannabis destinadas exclusivamente a un uso terapéutico.
La empresa, la más importante en el ámbito del cannabis médico en Israel, es socia del incubador de Yeruham al que suministra las flores para las diversas experiencias científicas.
Canneguev desarrolla además un robot capaz de recoger de forma autónoma las flores. Para Dvir Taler, agrónomo jefe de B.O.L Pharma, no hay duda alguna de que la alcaldesa Tal Ohana tiene razón en apostar por la tecnología, “el valor añadido” de Israel denominado la “startup nación”.
Con la esperanza de convertirse en el centro ineludible del “oro verde” en Israel, la Municipalidad de Yeruham ha destinado también 50 hectáreas al cultivo de cannabis médico, alegando que el clima soleado del desierto israelí era ideal. Y dos fábricas que producirán productos no terapéuticos a base de cannabis se van a instalar en los próximos años en Yeruham.
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