En una entrevista con Télam, el expresidente de Ecuador se refirió a la deuda que el país afronta con el organismo de crédito internacional. También analizó el contexto latinoamericano y definió al “lawfare” en la región como una estrategia articulada y planificada por la inteligencia estadounidense y “sus agentes de política exterior”.
El expresidente ecuatoriano Rafael Correa destacó que “la Argentina tiene capacidad de negociación ante el FMI por la magnitud de la ayuda que recibió” ya que si el país “tiene un problema de pago, el Fondo también lo tiene”, y recordó que los U$S44.000 millones que el organismo le prestó al país para apuntalar sin éxito a Mauricio Macri en las urnas constituyen el “paquete de ayuda más grande en la historia”.
Correa, que entre 2007-2017 gobernó Ecuador y es economista con un master en la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica, país en el que hoy reside) y un doctorado en Illinois (Estados Unidos), se refirió a las negociaciones entre la Argentina y el FMI en una entrevista con Télam, en la que analizó lo que definió como una “guerra jurídica” contra los dirigentes progresistas de América Latina.
Correa llegó a la Argentina para participar de unas jornadas internacionales sobre el impacto del fenómeno conocido como “lawfare” que organizó la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, en las que hoy por la tarde hará el discurso de clausura junto al titular de ese área, Horacio Pietragalla Corti.
“‘Lawfare’ significa ‘guerra jurídica’, la judicialización de la política y busca abrumar con el abuso del Derecho, con causas judiciales de toda índole, a dirigentes de izquierda, para quebrarlos económica, moral y políticamente”, definió el exmandatario en el primer tramo de la entrevista.
Para Correa, la práctica del “lawfare” en la región responde a una “estrategia articulada, planificada a largo plazo” que adjudicó de todas formas a “la inteligencia de los estadounidenses, a sus agentes de política exterior”, quienes -añadió- “empezaron a infiltrar nuestro sistema judicial hace lustros, con becas a fiscales y escuelas de jueces, donde van creando lealtades, fidelidades y también van reclutando”.
Rafael Correa: Lawfare
En cuanto al escenario político que prevé para América Latina en 2022, el fundador del espacio Alianza País (que luego fue arrebatado por Lenin Moreno, por lo que en agosto último creó el Movimiento Revolución Ciudadana) consideró que un eventual triunfo de Luiz Inácio Lula Da Silva “cambiaría el balance geopolítico, sin duda”, dado que “Brasil es el país más grande en la región” y equivale a “la mitad de Sudamérica”.
“Todos tenemos la esperanza de que (Lula) corrija el rumbo de nuestra América y que volvamos a esa senda de progreso y dignidad, con gobiernos progresistas”, confió.
Rafael Correa: Coyuntura latinoamericana
Sobre la actualidad de Ecuador, describió a la gestión de Guillermo Lasso como “un gobierno en muerte clínica” que debió declarar el “estado de emergencia” mientras el país atraviesa “una grave conmoción política y social” por el motín en una cárcel de Guayaquil que dejó 68 muertos.
Ante ese panorama, que agravó el impacto producido por la aparición del nombre de Lasso en la megafiltración de Pandora Papers, el correísmo viene reclamando que se aplique un mecanismo previsto por la Constitución, la “muerte cruzada” (procedimiento para disolver el Congreso y convocar a elecciones simultáneas para Ejecutivo y Legislativo).
“Si le queremos hacer bien al país, por responsabilidad, hay que anticipar las elecciones. Y Lasso se podría presentar. Es necesario por el bien del país, o tendremos cuatro años un presidente y un gobierno clínicamente muerto, lo cual sería tremendamente riesgoso para Ecuador”, exhortó en la entrevista con Télam, que se realizó este jueves.
Los legisladores del Movimiento Revolución Ciudadana que solicitaron el adelantamiento de las elecciones terminaron siendo “procesados por falsificación ideológica”, medida que para Correa implicó “traspasar todos los límites” ya que los parlamentarios de su espacio proponían aplicar “una figura constitucional”.
Sin embargo, en el caso de un adelantamiento (hoy improbable), el expresidente no podría participar él mismo como candidato ya que la Corte Nacional de Justicia (CNJ, similar a Casación en Argentina) ratificó en septiembre de 2020 una condena por cohecho y le bloqueó los derechos políticos al mantener firme la inhabilitación para competir en las urnas o desempeñar cualquier cargo público.
–Télam: En los últimos años se repiten las conferencias sobre ‘lawfare’. En términos de resultados, ¿qué se ha logrado al plantear el debate?
–Correa: No se han logrado todavía avances, no se ha logrado evitar el ‘lawfare’ que significa “guerra jurídica” y, básicamente, es la judicialización de la política. Obtener por medio de esta persecución judicial lo que no pudieron obtener en las urnas. Y esto es coordinado. No existen casualidades.
–T.: -¿Quién lo coordina?
–C.: Detrás hay embajadas. Vea los fiscales y los jueces vinculados a quiénes están. Por ejemplo, la fiscal de Ecuador (se refiere a la fiscal general de Ecuador, Diana Salazar, NdT), vinculada a la embajada de EEUU. Se han infiltrado nuestro sistema judicial. Por eso hay que reconocer a EEUU, entre muchas otras cosas, por supuesto. Yo no soy anti norteamericano, ni mucho menos. Pero también están las élites nacionales, que están articuladas en esta estrategia. Que ha tenido resultado; no nos engañemos. Porque cuando atentan contra tu reputación, salpican de corrupción, la gente como que quiere alejarse un poco y así desmoralizan. Cuando le robaron la libertad a Lula y lo metieron preso, no sólo robaron su libertad: le robaron la democracia a Brasil. Impidieron que fuera candidato, para que Bolsonaro ganara. Y en Ecuador, cuando a mí me sacan (de las últimas presidenciales, en las que el correísmo finalmente presentó a Andrés Aráuz), dos o tres días antes de la inscripción, lo hicieron con una sentencia en la que hablan de “influjo psíquico”. No sólo atentaron contra mis derechos, le robaron la democracia de Ecuador.
Rafael Correa: Situación en Ecuador
–T.: La Argentina hoy está en plena negociación con el FMI por la deuda que contrajo la gestión anterior. ¿El endeudamiento es una estrategia para limitar las opciones de política económica de los gobiernos progresistas?
–C.: No todo endeudamiento es malo, cuidado. Si quieres comprarte una casa para evitar pagar arriendo (alquiler), ¿quién puede pagarse una casa al contado? Tienes que financiar. Y eso es el déficit, la deuda, el financiamiento. Deuda para inversión, e inversión muy rentable, es altamente deseable. Aunque siempre hay límite: cuestiones técnicas. Por otro lado, algunos creen que el financiamiento de los organismos (como el FMI) es más barato. Pero lo es sólo nominalmente. La tasa de interés puede ser, en efecto, de 2% o 3%, mientras que en los préstamos comerciales es del 7% u 8%. Pero con todos los condicionamientos que te imponen (los organismos), son socialmente mucho más caros. Hay que tener cuidado con esa clase de endeudamiento.
–T.: En la Argentina se trasladará al Congreso el debate por el acuerdo con el FMI. Parece una encrucijada compleja para el Frente de Todos. ¿Qué opina?
–C.: El gobierno actual recibió un problema, porque fue el gobierno de (Mauricio) Macri el que se endeudó y, paradójicamente, ni siquiera sirvió para atender la crisis, para mejorar la economía. Ahora hay que enfrentar ese problema heredado. Pero la Argentina tiene una ventaja: es un deudor tan importante. Ustedes recibieron el paquete de ayuda más grande de la historia del Fondo, que si la Argentina tiene un problema de pago, el Fondo Monetario también lo tiene. Yo creo que tienen capacidad de negociación. Hay que proteger el bienestar de la gente: hay que refinanciar la deuda y ese debe ser un principio claro.
–T.: El exfuncionario de Trump Mauricio Claver Carone dijo a diplomáticos chilenos que el crédito del FMI a la Argentina fue una decisión política de EEUU para ayudar a Macri.
–C: Eso es la ratificación de algo se descubrió en los ’90, en el gobierno de Clinton, cuando se creó una comisión para investigar por qué Clinton había “by-passeado” (pasado por alto) al Congreso para usar al FMI como instrumento de ayuda a gobiernos aliados, por política exterior. Y así se creó la Comisión Meltzer (Comisión Consultiva sobre Instituciones Financieras Internacionales, que dirigía el economista Allan Meltzer). Que al FMI lo maneja EEUU para generar efectos geopolíticos no es novedad. Pero a los estadounidenses no les molesta que se utilice el FMI para sus fines, lo que les indignó fue que no se le hubiera pedido autorización al Parlamento.
Rafael Correa: Paraísos fiscales y corrupción
–T: Ecuador impide por ley a presidentes y candidatos tener activos ocultos en el Exterior, en guaridas fiscales. La investigación internacional denominada Pandora Papers abrió un debate sobre si Lasso escondió información.
–C.: En mi país las guaridas fiscales no sólo son inmorales, son ilegales para todo funcionario, empezando por el Presidente, y para todo candidato. Lo de Lasso se sabía. Nosotros lo denunciamos, pero como en Ecuador todo está cooptado dijeron que estaba en orden. No hay ingreso por venta de acciones, no está registrado, no hay pago de impuestos a la herencia si se lo regala a los hijos. Fue una transferencia dentro del mismo grupo económico.
EN 2003 LA DERECHA ESTABA “DESPREVENIDA”, PERO AHORA “SABE Y BOICOTEA TODO”
El exmandatario ecuatoriano Rafael Correa consideró que los gobiernos progresistas en esta etapa de América Latina asumieron en un período menos favorable que a principios de siglo, ya que en aquel momento había “una presencia masiva” de administraciones de izquierda o centroizquierda, y la derecha “estaba como aturdida, desprevenida” mientras que en la actualidad “la derecha ya sabe adónde vamos y está preparada para boicotear todo desde el principio”.
“A principios de siglo, los gobiernos derechistas entreguistas del continente se habían derrumbado como castillo de naipes al final de la larga y triste noche neoliberal. En cambio, ahora están preparados y cada paso que das te van a hacer pagar un precio enorme”, evaluó en diálogo con Télam.
En ese sentido, consideró que “los gobiernos progresistas actuales, empezando por el de Alberto Fernández, tienen que enfrentar condiciones muchos más duras que las que enfrentamos nosotros”, y puntualizó que para “la primera oleada, la derecha no estaba preparada” mientras que para esta nueva serie de triunfos electorales del progresismo -que acaba de sumar a Xiomara Castro en Honduras- “la derecha sí está tremendamente preparada”.
Sobre el período de “giro a la izquierda” que se profundizó con la asunción de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil en su primer mandato presidencial, el 1° de enero de 2003, Correa sostuvo que se trató de “una alineación de astros” en el que “no sólo hubo gobiernos progresistas” sino también “líderes importantes en los diferentes países” y que, incluso, en un momento, de diez países sudamericanos (sin contar a Guayana y Surinam), “en ocho había gobiernos de izquierda”.
En relación con la actualidad de la Argentina y la gestión del Frente de Todos, el expresidente ecuatoriano elogió al presidente Alberto Fernández y a la vicepresidenta Cristina Fernández, y remarcó las condiciones económicas en que asumió el gobierno de la coalición oficialista en diciembre de 2019, con la combinación de inflación y endeudamiento.
“Alberto es un querido amigo, un extraordinario ser humano y un gran Presidente”, indicó Correa al tiempo que a la titular del Senado la definió como una “mujer brillante y extraordinaria” y una “presidenta extraordinaria que es parte de la historia latinoamericana”.
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