“Hago un llamado al Gobierno de Colombia y de otros países que están en situaciones similares para que despierten y escuchen a su gente (…). Muchas veces hablamos de este sueño, y Memoria es acerca de la vibración de esas energías y conexiones. Del sueño de mejorar”, dijo el director tailandés en su discurso de agradecimiento, en el que mencionó el apoyo de la productora colombiana Diana Bustamante y de todo el equipo de producción con el que trabajó en Bogotá y el Quindío durante el rodaje.

También dedicó el premio a sus actores: la ganadora del Óscar Tilda Swinton, la francesa Jeanne Balibar y los colombianos Elkin Díaz y Juan Pablo Urrego. “He tenido una suerte extraordinaria”, admitió Weerasethakul, de 51 años, que recordó a todos aquellos afectados por el covid-19 y la pandemia. “Pienso en mis conciudadanos que no están en condiciones de viajar. Muchos han sufrido la pandemia, que no siempre se ha gestionado bien. Los recursos no siempre han estado accesibles”, expresó.

El jurado de esta edición, Spike Lee (como presidente), Maggie Gyllenhaal, Mélanie Laurent, Song Kang-ho, Tahar Rahim, Mati Diop, Jessica Hausner, Kleber Mendonça Filho y Myléne Farmer, escogió entre las 24 películas en la competencia oficial a ‘Titanio’, de la francesa Julia Ducournau, como la ganadora de la Palma de Oro. Lee anunció el nombre de la ganadora de forma accidental, al inicio de la ceremonia del palmarés, cuando debía mencionar otro galardón.

Ducournau, de 37 años, se convierte en la segunda mujer en ganar el máximo galardón en la historia del certamen, 28 años después de que lo hiciera la neozelandesa Jane Campion por ‘El piano’, en ese año que fue ex aequo con ‘Adiós a mi concubina’, del chino Chen Kaige.

Julia Ducournau es la segunda mujer en ganar la Palma de Oro en la historia de Cannes.

La Palma para el mejor actor recayó en Caleb Landry Jones por su papel en ‘Nitram’, y la mejor actriz fue para la noruega Renate Reinsve, por su papel en ‘The Worst Person in the World’.

‘Drive my Car’, del japonés Ryusuke Hamaguchi, –que era otra de las favoritas de la selección oficial– obtuvo la Palma al mejor guion y fue reconocida por la crítica internacional, agrupada en la Fipresci, y por el jurado ecuménico como el mejor filme.
“Es una cinta extremadamente sutil, una obra de arte fantástica sobre el poder eterno del arte”, que está firmada “por uno de los directores actuales más prometedores”, expresó la Fipresci en su fallo.

El francés Léos Carax fue reconocido como el mejor director, por su película ‘Annette’; mientras ‘A Hero’ (‘Un héroe’), del iraní Asghar Farhadi, y ‘Compartment n.º 6’, del finlandés Juho Kuosmanen, recibieron ex aequo el Gran Premio del Jurado.

La Cámara de Oro, galardón que concede el certamen a la mejor ópera prima en todas sus secciones competitivas, la obtuvo la película croata ‘Murina’, de Antoneta Alamat Kusijanovic, que se estrenó en la Quincena de los Realizadores.

‘Tout les corbeaux du monde’, de la hongkonesa Tang Yi ganó la Palma de Oro al mejor cortometraje, y el corto brasileño ‘Céu de agosto’, de Jasmin Tenucci, recibió una mención especial.

La Palma de Oro de Honor fue para Marco Bellocchio, director y guionista italiano de 81 años.

‘Memoria’ se estrenó el jueves 15 de julio en el Gran Teatro Lumiere donde recibió una ovación de siete minutos, además de muy buenas reseñas de parte de la crítica internacional. Al finalizar la proyección, se escucharon los aplausos y bravos del público para el director y los actores que estaban presentes en el recinto.

Minutos antes de esa primera proyección, los actores y el director se pasearon por la alfombra roja exhibiendo una bandera de Colombia con la inscripción ‘SOS’. “Queremos llamar la atención sobre la terrible situación actual del país’, dijo el intérprete Juan Pablo Urrego a la prensa.

‘Memoria’ recorre los caminos de la mente, esas sensaciones inexplicables que retumban en la cabeza y a las que a veces les buscamos sentido; Jessica, el personaje de Swinton, encarna la mirada externa de un conflicto en un país que le duele. La atormenta un ruido, como una explosión, que solo ella puede escuchar; en esa búsqueda de ayuda y explicaciones descubre seres y conexiones inesperadas. La película fue rodada en locaciones de Bogotá y Pijao, en el Quindío