El acuerdo entre Scholas Occurrentes, organización impulsada por Francisco, y el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia se firmó por un período de 5 años con un enfoque en poner fin a la violencia.
El papa Francisco y el director ejecutivo de Unicef, Anthony Lake, se reunieron este martes en Roma y formalizaron una nueva alianza, que proporcionará a los adolescentes más desfavorecidos las herramientas educativas que necesitan para ser ciudadanos que participen plenamente en la sociedad mundial.
El acuerdo entre Scholas Occurrentes, una organización educativa impulsada por el papa Francisco, y Unicef se basa en la creencia compartida por ambas organizaciones en el potencial de los jóvenes.
La colaboración de cinco años se centrará en ampliar el acceso de los más jóvenes, especialmente los más desfavorecidos, a la tecnología, el deporte y las artes; plataformas para la educación, la participación y la construcción de la paz que facilitan que los jóvenes se reúnan para aprender sobre sí mismos, sobre los demás y sobre el mundo que los rodea.
“Scholas quiere, de alguna manera, reintegrar el esfuerzo de todos por la educación, quiere rehacer armónicamente el pacto educativo, porque solamente así, si todos los responsables de la educación de nuestros chicos y jóvenes nos armonizamos, podrá cambiar la educación,” dijo el papa Francisco, según un comunicado de la entidad.
“Y, para eso, Scholas busca la cultura, el deporte, la ciencia; para eso, Scholas busca los puentes, sale del ‘chiquitaje’ y va a buscarlos más allá. Y hoy día está manejando, en todos los continentes, esta interacción, este entendimiento.”
Scholas y Unicef explorarán los vínculos entre sus respectivas plataformas de movilización de las redes sociales y los medios de comunicación y apoyarán conjuntamente campañas digitales y movimientos sociales en favor de los niños más desfavorecidos.
Los jóvenes entre las edades de 10 y 19 años representan casi el 20% de la población mundial. La gran mayoría de los 1.200 millones de adolescentes en el mundo viven en los países en desarrollo. Proporcionar a los adolescentes más desfavorecidos oportunidades significativas para participar y nuevas formas de conectarse y aprender unos de otros pueden ayudarlos a alcanzar su propio potencial y a que contribuyan con sus propias sociedades. Esto puede ser especialmente importante en los países que viven en medio de conflictos, donde acercar a los jóvenes más allá de las divisiones étnicas, raciales y religiosas puede ayudar a romper el ciclo intergeneracional de la violencia y fortalecer el tejido social.
“Unicef está encantado de apoyar a Scholas en esta labor y unir nuestros esfuerzos para mejorar las vidas de los adolescentes”, dijo el director ejecutivo de Uunicef, Anthony Lake. “La adolescencia es un momento crucial, una edad de riesgo pero también una época de oportunidades. Los jóvenes que aprenden a trabajar juntos y resolver problemas comunes están desarrollando habilidades que van a hacer más que ayudar a construir un futuro mejor para sí mismos. Están desarrollando hábitos de ciudadanía que pueden ayudar a construir un futuro mejor para el mundo”.
Infobae
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