“El verdadero y hondo liberalismo no se ve en las concordancias sino cuando se asegura la convivencia de lo diferente, con respeto y tolerancia, sin pretender la claudicación de nadie”, reflexionó el Presidente José Mujica. En su saludo al pueblo uruguayo por el comienzo de 2015, insistió en que “nadie es más que nadie”, afirmación que tiene profundo sentido republicano, marcado ya en la gesta libertadora por el artiguismo.
“¡Feliz año compatriotas, feliz vida, feliz contenido al milagro de la vida!”, expresó el Presidente Mujica en su primera audición de 2015 por la emisora M24. Tras la expresión de ese deseo, dijo que un ciclo se está cerrando, pero que la vida continúa.
En este contexto, dedicó su alocución a hablar de la convivencia y la importancia de respetar al que piensa distinto, sabiendo que “nadie es más que nadie”, frase que repitió una y otra vez, fortaleciendo el concepto de tolerancia.
“Todos sabemos que existen naciones, países, culturas y religiones diversas. La humanidad como ha podido, con sus avatares, construye sistemas jurídicos más o menos eficientes para intentar guiar sus conflictos sociales, sus relaciones de propiedad, sus relaciones de trabajo.
Eso acontece en nuestra América y en el mundo entero. Existen también inevitablemente las épocas de la historia humana que en su devenir van generando situaciones de cambio”, relató Mujica.
“Seguramente para el sistema jurídico imperial de España (colonialista), Simón Bolívar, José Artigas y todos los libertadores no eran otra cosa que traidores a lo que consideraban su legítimo derecho”, repasó históricamente.
“Pero para el derecho naciente de todas nuestras repúblicas, esos nombres constituyeron lo que fueron la gesta de nuestros independentistas”, remarcó.
“Es que es muy difícil que exista algo que sea más político en esencia que una revolución. Todas las revoluciones triunfantes cambiaron constituciones, leyes, códigos y valores con que se movía una sociedad.
Y más cuando esas revoluciones, legítimas fuentes de derecho, expresan en su devenir la emergencia triunfadora de clases sociales que se imponen”, agregó.
Mujica recordó que en nuestra época, en Uruguay se gestó un largo período de afirmación republicana, “que tomó la decisión de decirle no al derecho divino y nobiliario”, algo que fue cotidiano a lo largo de muchos siglos.
Es una nueva visión teórica del hombre que indica que los hombres somos iguales en derecho, que nadie es más que nadie. Este es el advenimiento del republicanismo, que quedó definido por el artiguismo desde los inicios de la gesta libertadora, apuntó.
Agregó que ese concepto es aparentemente cotidiano, pero, sin embargo, muy frecuentemente se olvida. “Creo que conviene refrescarlo, entender que nadie es más que nadie, y recalcarlo entre nosotros y a las generaciones que vienen, porque inevitablemente en nuestras sociedades existen diferencias, algunas muy profundas, de clase, que generan visiones antagónicas”, explicó.
El mandatario uruguayo insistió en que esto existe y que, por ende, la sociedad tiende a expresarse en formas distintas generando conflictos. “Es una ubicación distinta de ver la realidad del mundo y las relaciones humanas hijas del sentido de pertenencia a clases distintas”, agregó.
“Hay que recordar el sentido republicano de que nadie es más que nadie; hay que construir permanentemente la vida y la convivencia de la sociedad entendiendo esta realidad”, dijo.
Mujica manifestó que, si se tienen visiones distintas, inevitablemente surgirán conflictos.
Justamente en esas diferencias es que se debe profundizar el concepto de que “nadie es más que nadie”, porque lo esencial es aprender a convivir con diferencias, a soportarlas, sabiendo que nadie va a renunciar a lo que piensa y siente.
Indicó que hay que ser responsable de la tolerancia que asegura la convivencia.
En línea con estas afirmaciones, el Presidente precisó que el verdadero y hondo liberalismo no se ve en las concordancias, sino cuando asegura la convivencia de lo diferente, con respeto y con tolerancia y sin pretender la claudicación de nadie.
Dijo que, en este sentido, la filosofía de que nadie es más que nadie, adquiere un contenido como país y como nación, “que todos estamos obligados a recordad y defender”.
Al cierre de su audición de los viernes por la radio M24, Mujica sostuvo que un año que finaliza no es otra cosa que otro que se abre.
“La vida continúa, pero tenemos responsabilidad para la marcha de esa vida, porque la evolución de una sociedad necesita una sucesión de cambios inevitables, porque el tiempo no pasa inútilmente, pues siempre aparecen nuevas causas, nuevos deberes y surgen nuevos antagonismos”, sostuvo.
“Por grandes que sean nuestros antagonismos, es mucho lo logrado en este pacto colectivo tácito que constituye la creación de la nación”, observó.
“Multiplicar, ahondar y defender significa no solo cultivar la nación, sino también la libertad en el seno de la nación, implica libertad para pensar distinto, para ser diferente y para seguir luchando por lo que pensamos y sentimos”, puntualizó.
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