El sexo se inventó donde menos imaginas
Por: Ramiro Rivera/SinEmbargo
Ciudad de México – Puede que no se trate del concepto abstracto de “hacer el amor”, tal como lo conocemos en la actualidad, pero hace unos 385 millones de años, unos peces blindados llamados placodermos (los vertebrados con mandíbula más primitivos y antiguos ancestros nuestros) fueron los primeros seres que desarrollaron la habilidad para copular, sostienen científicos australianos.
El responsable: un pez llamado “Microbrachius dicki”, el primer animal conocido en dejar de reproducirse por desove para, en lugar de ello, aparearse por medio de relaciones sexuales. “Hemos definido el punto de evolución en que se inició el origen de la fertilización interna en todos los animales”, dijo el profesor John Long, de la Universidad de Flinders en Australia, quien además es el autor principal del estudio.
Mientras tanto, el fósil en el que está basado el descubrimiento es el órgano sexual más primitivo conocido de los vertebrados encontrados alguna vez, convirtiéndose así en la evidencia del primer uso que se conoce de la fertilización interna y la cópula como estrategia reproductiva.
De acuerdo con los especialistas, las extremidades genitales óseas en forma de “L” llamadas “claspers” se trataban de una especie de pene, mientras que las hembras desarrollaron pequeños huesos pareados para bloquear el órgano masculino durante el apareamiento.
El primitivo pez óseo, medía alrededor de 8 centímetros de largo, y vivía en lagos antiguos en lo que hoy es Escocia, así como en algunas partes de Estonia y China. Long cree que los peces probablemente copulaban lateralmente, sujetándose con sus huesudos brazos articulados como si se tratara de un baile. Esto permitía a los machos maniobrar sus órganos genitales en la posición correcta para el apareamiento.
“Microbrachius significa ‘pequeños brazos’, pero los científicos han estado desconcertados durante siglos sobre el motivo de por qué estaban allí esos brazos huesudos pareados. Hemos resuelto este gran misterio: estaban allí para el apareamiento, para que el macho pudiera posicionar su clasper en el área genital de la hembra”, agregó Long.
Por otra parte, este descubrimiento representa la primera vez en la historia evolutiva que los machos y las hembras mostraron claras diferencias en su apariencia física. “Hasta este momento de la evolución, los esqueletos de los vertebrados con mandíbula no podían distinguirse porque machos y hembras tenían las mismas estructuras”, agregó Brian Choo, coautor del artículo.
Cubiertos con placas óseas gruesas que les cubrían la cabeza y el tronco, los placodermos gobernabron los océanos, ríos y lagos del mundo durante, aproximadamente, 70 millones de años. Sin embargo, desaparecieron de manera tajante hace alrededor de 360 millones de años en una extinción en masa misteriosa.
Durante décadas, fueron consideradas por muchos paleontólogos como una curiosidad; una rama evolutiva fallida. Sin embargo, gracias al trabajo de Long y otros especialistas parecieron ser mucho más importante. Ahora se sabe que el sexo con penetración apareció hace 385 millones de años en los lagos de Escocia entre estos peces que lo hacían “de lado”.
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