Por Dra Graciela Vizcay Gomez/ Nova Paraguay
Muchas serán las conjeturas sobre esta tremenda desgracia que pudo evitarse. Lamentablemente, el impresentable Ministro Jorge Gattini, la Ministra Morales y su par Antonio Barrios no están a la altura de las circunstancias. El primero de los nombrados ya debería haber presentado su renuncia hace rato, porque avergüenza su sola presencia donde se desplace.
El relato de médico de guardia César Cáceres es inconsistente, además de vergonzoso. Confundir gripe con inhalación de agrotóxicos es motivo de un pedido de renuncia urgente. Las familias deben accionar por Mala Praxis, en forma urgente, por su diagnóstico errado al mandar a su casa a una de las niñas.
Hubo imprudencia, negligencia e impericia. El diagnóstico de la intoxicación pediátrica se complica por el hecho de que los síntomas no específicos de toxicidad aguda por plaguicidas son fácilmente atribuibles a los diagnósticos pediátricos comunes, como infecciones respiratorias o síndromes virales, pero un profesional no puede afirmar que no fue intoxicación cuando hay 33 personas con los mismos síntomas y enviarla de vuelta a la casa donde la niña falleció.
El Director del Hospital Dr. Virgilio González es responsable solidario del delito, además de su exabrupto al afirmar, sin pruebas, que las víctimas murieron de neumonía. Sus responsabilidades son inherentes a la “culpa in vigilando” que debió ejercer para cumplir con sus funciones. Por cuanto todo lo actuado es producto de la Inobservancia de los Reglamentos y/o un claro Apartamiento de la Normativa Legal Aplicable.
Ningún médico con dos dedos de ética puede sostener que una gripe causó la muerte de dos niñas, cuando siguen internadas 3 criaturas y otras 33 personas que presentan síntomas similares, 18 de los cuales son niños. Fiebre, dolor de cabeza, náuseas, diarrea entre otros síntomas, hasta un veterinario recién recibido los tendría en cuenta. Afirmar que la causa fue un cuadro de infección respiratoria habla del gran desconocimiento que tienen sobre los efectos de los venenos que se esparcen a mansalva sobre los paraguayos como si fueran insectos.
Es un genocidio, una muerte silenciosa que no termina aquí, esto va a volver a suceder porque los organismos públicos en Paraguay son corruptos, ineptos y mercenarios de las corporaciones, al igual que los medios que publican los hechos livianamente, como el amarillista ABC.
La justicia inexistente en el país tiene hoy “una papa que quema” entre las manos y no está a la altura de las circunstancias. Hubo mala praxis, y hay responsables en los tres Ministerios nombrados. Todos son responsables, el que envenena fumigando lo hace con el consentimiento y la connivencia de todas esas autoridades y de un Estado ausente, corrompido por la renta sojera, la impunidad y las mafias militarizadas.
¿Qué nos queda por exigir? Estudios y autopsias, porque no existe ni neumonía ni gripe, hay una clara intoxicación, y quien sostenga lo contrario MIENTE.
Sorprende la presencia nuevamente del forense Matías Arce, que parece estar designado “a dedo” en los casos más sospechosos, como lo ocurrido en Curuguaty, caso Marina Cué, del 18 de junio de 2012 (Poder Judicial, 2012b: 637), pues bien, este señor “figuretti” lo que DEBE hacer para que le creamos un 10% de todo lo que han inventado hasta el momento, es análisis completos y una exhaustiva autopsia.
Tomar muestras a los internados y a las 33 personas con los mismos síntomas. Estudios toxicológicos de averiguación de Clorofenólicos, exámenes complementarios toxicológicos de Cromatografía de gases, muestras de humor vítreo para investigación tóxica, de tejido adiposo para plaguicidas, ya que estos son bioacumulativos. Dosaje de agrotóxicos y ensayos de biomarcadores celulares especiales, método de dispersión de núcleo y método de ensayo cometa, como mínimo.
Los biomarcadores son medidas en los niveles moleculares que se realizan tanto en poblaciones y organismos contaminados, que indican que el organismo ha estado expuesto a sustancias tóxicas y la magnitud de la respuesta del organismo al contaminante
Silvino Talavera no tuvo justicia, porque no existe justicia contra los sojeros en Paraguay, su caso fue elevado a organismos Internacionales, esta causa sigue el mismo camino, que el mundo sepa que no hay Estado sino un feudo llamado Paraguay, manejado por la mafia sojera, el narcotráfico y la corrupción avalada por Estados Unidos.
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