Economistas consultados analizaron el comportamiento que la moneda estadounidense puede asumir tras las elecciones.
En la recta final para las PASO de este domingo, la expectativa en torno a la apertura de los mercados cambiarios el lunes a la mañana compite mano a mano con la de conocer los resultados electorales.
En un contexto de reservas negativas en el orden de los US$10.000 millones, en los últimos 10 días el dólar blue escaló $55 y cerró la semana a $605 con un aumento de $31 desde el último lunes.
Ante la consulta de TN, los economistas enfocaron el análisis en dos cuestiones clave: el resultado electoral -y la fuerza que asuman los distintos candidatos con vistas a las generales de octubre-, y la incertidumbre respecto del desembolso de US$7500 millones en agosto por parte del Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Estos días hubo demasiada demanda de cobertura por miedo al resultado de las elecciones. Si gana la oposición puede llegar a jugar a favor y el dólar blue va a descomprimir. Sobre todo, porque habría apoyo de los organismos internacionales que incluso podrían contribuir a alivianar el panorama para que el potencial gobierno de Juntos por el Cambio asuma con algo de aire”, explicó Claudio García, de PR corredor de cambio.
En la misma línea, el economista de Eco Go, Sebastián Menescaldi analizó: “La reacción puede ser positiva en caso de que gane la oposición promercado de manera clara, eso debería mejorar el precio de los activos y bajar un poco el blue. De lo contrario, un Milei con un porcentaje mayor al esperado o mucho voto en blanco deriva en menor gobernabilidad. En ese caso el dólar podría llegar a pegar algún salto”.
“Con todo, el asunto no es tan binario como en 2019 (el lunes posterior a las PASO de ese año el tipo de cambio oficial saltó un 26%) y en términos generales es probable que por un tiempo el paralelo siga con este nivel de incertidumbre”, enfatizó Menescaldi.
“Si las PASO le dan un buen resultado a Juntos por el Cambio probablemente haya cierto grado de optimismo en el mercado, al menos en el cortísimo plazo. Pero la situación está atravesada por la renegociación del acuerdo con el FMI que se tiene que dar en agosto y si efectivamente va a entrar plata o no”, sostuvo otro economista que prefirió no ser mencionado.
En rigor, el ministro de Economía y precandidato a presidente por Unión por la Patria, Sergio Massa, negoció a contrarreloj con el FMI para afrontar el vencimiento de casi US$2700 millones y confirmó que el pago se cubriría con un préstamo de US$1000 millones del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF) y yuanes provenientes del swap con China.
Finalmente, el organismo llegó a un acuerdo con la Argentina y determinó que desembolsará US$7500 millones en agosto. Por su parte, desde el gobierno expresaron que habrá otro giro en noviembre.
“Massa tuvo que salir a pedir plata a cualquier lado para pagar y no obtuvo el giro de dinero antes de las PASO porque no está en la mejor situación a los ojos del Fondo. El FMI pide frenar la emisión y el gobierno anuncia bonos y políticas que precisamente requieren emisión”, indicó Claudio García.
El análisis no difiere del panorama que apuntó el Fondo en ese momento al expresar a través de un comunicado que “desde la finalización de la cuarta revisión el 31 de marzo, la situación económica de Argentina se ha vuelto muy desafiante. Los objetivos clave del programa hasta finales de junio no se cumplieron debido al impacto mayor de lo previsto de la sequía, así como los desvíos y retrasos en las políticas”.
“El cisne negro sería que Massa haga una muy pero muy buena elección, más allá de lo esperado. En ese caso la demanda de dólares va a seguir y por ende seguirá la presión sobre el BCRA”, concluyó el economista Claudio García.
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