En dos semanas, Sabrina Farías (31) irá a juicio por matar a puñaladas a “Juanjo” Ledesma (27) en julio de 2021, cuando llevaba cinco meses de embarazo. La familia de la víctima la denunció por vender recetas médicas truchas desde la prisión domiciliaria.
Recién asomaban los primeros rayos de sol. Juan Carlos escuchó un portazo y fue a ver qué pasaba en una de las tres casas unidas por un pasillo, muy cerca del Aeropuerto de Ezeiza. Fue allí que divisó a su nuera con un cuchillo Tramontina de mango rojo en la mano.
“¡Córrase, lo voy a matar!”, le gritó Sabrina Farías, embarazada -entonces- de cinco meses. “No pasa nada, pa. Andá tranquilo. Es solo una discusión de pareja”, intentó calmarlo su hijo. Minutos más tarde, tirado en medio de un charco de sangre, “Juanjo” Ledesma (27) comenzaba una agonía que duraría 21 días.
Farías (hoy tiene 31 años) es la única acusada por el ataque ocurrido durante la mañana del 10 de julio de 2021. Desde el 29 de este mes será juzgada por homicidio agravado por el vínculo. A raíz de la gestación y -luego- el período de lactancia, le concedieron la prisión domiciliaria. El beneficio permanece vigente hasta hoy, a pesar de que le quitaron la guarda de la beba.
La familia de la víctima ahora la acusa de un nuevo delito: vender recetas truchas a través de las redes sociales. “Hacía recetas de clonazepam con el sello del médico psiquiatra que la atendió el mismo día que apuñaló a mi hijo”, cuenta Norma Arbel, madre de “Juanjo”, en conversación con TN. “Tiene un perfil falso en Facebook. Además de recetas, hace certificados médicos y altas de Anses. Ya está todo presentado en fiscalía”, agrega.
Norma dice que en estos días le cuesta conciliar el sueño. “La ansiedad de que llegue el día del juicio es terrible, pero tengo mucha fe. Ella nos destruyó la vida. Lo único que espero es que le den perpetua y mi hijo, por fin, pueda descansar en paz”, palpita, y proyecta que la estrategia de la acusada será alegar que era víctima de violencia de género por parte del joven asesinado. “Es lo que hizo hasta ahora”, menciona.
“Descubrimos la violencia cuando abrimos el WhatsApp de ‘Juanjo’”
La relación entre “Juanjo” y Farías comenzó en Facebook durante el período de aislamiento obligatorio a raíz de la pandemia de Covid. Se conocieron en junio de 2020. Él tenía 26 años y ella era dos años mayor.
Unos meses después, la acusada quedó embarazada y los padres de “Juanjo” cedieron a la incipiente pareja una de las tres viviendas del terreno emplazado sobre la calle Uruguay al 400, a dos cuadras de la autopista Ezeiza-Cañuelas. En otra vivían ellos y la restante era ocupada por Débora (32), hermana mayor de ‘Juanjo’.
El noviazgo parecía fluir en armonía, a punto tal de que la familia de la víctima dice que con anterioridad al crimen no percibió señales que pudieran advertir el horror posterior. Sin embargo, la investigación llevada adelante por la fiscal Lorena González, de la UFI N° 3 de Ezeiza, concluyó que el joven era víctima de violencia por parte de su novia.
“Mi hija y el papá habían notado en ella algunas formas feas de contestar. La violencia la descubrimos en su verdadera dimensión cuando abrimos el WhatsApp de él”, menciona Norma, y amplía: “Ella vivía hostigándolo. Lo controlaba y le recriminaba cosas todo el tiempo. Le preguntaba si había llegado de trabajar, y él le contestaba con una foto para mostrarle que todavía estaba en el trabajo”. ‘Juanjo’ se ganaba la vida como empleado en una empresa de logística.
“No solíamos escuchar gritos ni peleas. Ella era una chica muy reservada y no teníamos mucho contacto. Mi hermano nunca me contó que tuvieran problemas. Por eso, nunca imaginamos que lo iba a atacar”, situó entonces Débora.
En un momento, el papá de ‘Juanjo’ dijo haber presenciado una escena que despertó su preocupación. “Mi hijo y Sabrina miraban un programa policial y, en ese contexto, ella le dijo: ‘Vos portate bien porque te voy a matar y todo esto va a ser mío’”, cuenta. Después, cuando lo encontró solo, el papá le consultó por aquella situación y él la minimizó: “‘Era un chiste, papi. Estábamos mirando la televisión’, le dijo”.
El crimen
Aquel 10 de julio, el joven recibió tres puñaladas: una en el estómago y las otras dos en la espalda. Perdió tres litros y medio de sangre y fue trasladado de urgencia al Hospital de Ezeiza. Su familia esperó una mejoría que nunca llegó: uno de los pulmones colapsó, “Juanjo” se fue debilitando día a día y finalmente, el 31 de julio, murió.
La familia reveló que la escena del crimen fue presenciada por cuatro menores: según contaron, ese día se habían quedado a dormir la hija de Sabrina de un matrimonio anterior y tres amiguitos de entre 12 y 14 años.
Lo que ocurrió minutos después del ataque también fue dantesco. Farías salió corriendo hacia la calle, donde fue interceptada por dos vecinas que impidieron que escapara. Mientras llamaban a la Policía, testigos contaron que la acusada se golpeaba la panza contra el piso y la pared.
El embarazo, sin embargo, siguió adelante sin inconvenientes. La hija de ‘Juanjo’ nació el 5 de diciembre de 2021, cuatro meses después del crimen. Durante un tiempo, la beba permaneció en un hogar de menores y la familia de la víctima reclamó la tenencia. Sobre ese asunto, Norma concluyó: “No podemos hablar. Tenemos un bozal legal”.
Por Mariano López Blasco / TN AR
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