Luego de semanas de negociaciones fallidas, es incierto el panorama de la industria del entretenimiento en EEUU. La huelga podría perjudicar la próxima temporada de premios de cine.
Piquetes, series y películas reprogramadas e incluso estrellas de Hollywood abandonando estrenos: la huelga del Sindicato de Actores de EE.UU. (SAG-AFTRA) causa estragos en una industria que podría sufrir pérdidas cifradas en miles de millones de dólares.
El distanciamiento entre el colectivo de intérpretes y la Alianza de Productores de Cine y Televisión (AMPTP) por la firma de un nuevo convenio colectivo que los vincule durante los próximos tres años se torna en un enquistado conflicto de intereses cuya resolución es una incógnita para los expertos del sector del entretenimiento.
La jornada inicial de esta huelga, la primera que se realiza de forma simultánea junto al Sindicato de Guionistas (WGA) en 63 años, se desarrolló este viernes ante las oficinas de grandes conglomerados Disney o gigantes del streaming como Netflix o HBO.
“Los Ángeles es una ciudad de sindicatos. Somos trabajadores unidos y lucharemos juntos y en solidaridad con nuestros compañeros de WGA”, expresó la presidenta de SAG-AFTRA y estrella de la extinta serie The Nanny, Fran Drescher, ante un millar de manifestantes.
Después de 4 semanas de negociaciones con una prórroga adicional incluida, SAG-AFTRA fue incapaz de acordar un nuevo contrato que satisficiera sus demandas de apostar por un modelo regulado en el uso de la inteligencia artificial (IA) en Hollywood, aumentar notablemente sus derechos residuales e incrementar su salario mínimo general un 11 %.
Sin embargo, AMPTP hizo público el jueves que ofreció una “innovadora propuesta” para poner coto a la IA, que presentaron una subida “histórica” de los derechos residuales y que propusieron que la remuneración mínima para protagonistas crezca un 58 %. Un contraste de versiones que refleja la encrucijada en la que se encuentra un sector audiovisual estadounidense que ya cuenta con los primeros títulos de series y películas reprogramadas o en compás de espera.
AFECTADAS. Más de una veintena de series y películas han anunciado en las últimas horas que interrumpen su fase de producción y que sus rodajes, en el mejor de los casos, deberán adaptarse a las circunstancias.
Formatos tan aclamados por los espectadores como Stranger Things, Abbott Elementary (Colegio Abbott, en español) o Severance se paralizaron. Algunos proyectos incluso antes de salir, como Special Ops: Lioness, la serie de intriga protagonizada por Nicole Kidman, Zoe Saldaña y Morgan Freeman.
Un contexto que se extiende también al ámbito de la gran pantalla, en el que filmes tan esperados como Gladiator 2 paró su producción; la secuela de Beetlejuice, liderada por Jenna Ortega y Michael Keaton, puso en pausa su rodaje; y Mission: Impossible – Dead Reckoning Part 2 no retoma producción momentáneamente.
Ahora, todas las miradas están puestas en Barbie y Oppenheimer, dos pesos pesados de la temporada, que estrenan el viernes que viene y cuyos actos promocionales podrían verse perjudicados.
El propio Sindicato de Actores detalló el jueves último que sus miembros tenían prohibido formar parte de giras promocionales, dar entrevistas, intervenir en convenciones (como la Comic-Con 2023), exposiciones o festivales, e incluso prodigarse en formatos como los pódcast. El negociador jefe y presidente de la ejecutiva nacional de SAG-AFTRA, Duncan Crabtree-Ireland, dijo a EFE que la intención de la institución es que “todas las producciones ya finalizadas acaben sus labores de promoción”. EFE
160.000 actores y artistas están representados en el Sindicato de Actores de Estados Uniodos (SAG-AFTRA).
EFE
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