Reinaldo Franks estudia Medicina en la Universidad Nacional de La Plata y habla de las dificultades, sobre todo a la hora de rendir los exámenes. En su cursada, 1 de cada 4 es de Brasil. La polémica con los profesores.
Ser extranjero en un país donde se habla otro idioma es todo un desafío. A los cambios culturales del país de origen, se le suman las dificultades para relacionarse y desarrollarse en el ámbito laboral. Pero todo se vuelve a un más complejo si uno trata de estudiar una carrera universitaria, en un idioma que no maneja del todo.
El caso de Reinaldo Franks es uno más entre tantos extranjeros que estudian en las universidades públicas de la Argentina. Él, en particular, estudia Medicina en la Universidad de La Plata (UNLP) hace dos años y le contó las dificultades que conlleva aprender una carrera tan compleja en otro idioma. Y tan sensible porque está de por medio la salud pública.
El aluvión de estudiantes brasileños en la Facultad de Medicina de La Plata se registró desde el 2019, cuando hubo 3.992 inscriptos, entre ellos 1.394 extranjeros y de esos, 840 de Brasil, es decir, el 60%. Desde entonces la tendencia se consolidó y en la clase de Franks, 1 de cada 4 alumnos es de Brasil.
Franks tiene 35 años y llegó desde Brasil con el objetivo de estudiar Medicina. Recibido de Administrador en su país natal, trabajaba para una multinacional y dejó a todos sus seres queridos porque, según él, es muy complejo poder estudiar esa carrera en las universidades brasileñas.
“Las universidades privadas son muy caras y para ingresar a una pública son muy pocos. Vi que el ingreso en la Argentina es más fácil y que la calidad es muy buena”, contó Reinaldo, quien extiende su realidad a la de sus compatriotas: “Eso pasa con los brasileños, venimos porque el costo de vida es más barato y el ingreso a la facultad es más tranquilo”.
Pese a todos los beneficios que encontraba con venir a la Argentina, no se esperó que la barrera idiomática fuese tan trascendental a la hora de desarrollar sus estudios. A la vez, su reclamo -y el de sus compatriotas que estudian en la UNLP- apunta contra el trato de los profesores.
Según Reinaldo, el 25% de los compañeros que componen las clases a las que asiste son brasileros. Y la gran mayoría sufre inconvenientes con el idioma. Los problemas van desde la toma de apuntes hasta la realización de los parciales o finales.
“Yo sé que lo correcto es adaptarnos, pero en el primer año de la facultad hay mucho contenido y se nos complica. Entiendo que es una universidad pública, que hay muchos alumnos y sé que me faltan palabras, pero pedimos a los profesores que tengan un poco más de paciencia con nosotros, que hablen más despacio y tengan en cuenta nuestras dificultades con el idioma”, explicó el brasileño de 35 años.
El reclamo de él y de sus compañeros está directamente dirigido al primer año de la carrera. Según él, luego de un año de adaptación, la mayoría de los alumnos extranjeros se adaptan a los métodos de estudio y no se atrasan, pero ese primer año es difícil de atravesar.
Reinaldo está hace dos años en La Plata y debe materias de primero. Algunas de ellas son correlativas, por lo que le es difícil avanzar en la carrera. Su caso es similar al de otros de sus compatriotas.
En ese aspecto, aseguró que ningún alumno exige que sea evaluado en portugués y pidió que “tengan paciencia en el primer año para poder procesar toda la información”. También pidió “empatía” a la hora de tomar las evaluaciones.
“En los exámenes hay literalmente un cronómetro y tenés que hacerlo en el tiempo que te dicen. Es complicado pedir más tiempo porque hay un montón de compañeros que tienen que rendir. Yo me pongo nervioso y me trabo, y ahí creo que falta empatía porque nosotros nos sentimos muy presionados con el idioma”.
Paralelamente, agradeció el apoyo que tiene desde el centro de estudiantes: “Ellos hacen pedidos por los extranjeros, pero es complicado porque hay un montón de otras demandas y esta no es una necesidad primaria”.
Franks señaló que no cree que sea justo “pedir tener clase en portugués” estando en la Argentina. Remarcó que deben adaptarse tanto a la cultura como al idioma, y aseguró que no detiene la clase a pesar de que haya palabras o frases que no entiende.
“No voy a molestar toda una clase por ser una minoría. No me siento cómodo para eso. A veces algunos compatriotas piden repetir. Algunos le ponen buena onda y otros profesores hacen como que no entienden”, dijo.
Reinaldo le contó que tiene pensado cambiarse a una universidad privada “para no perder más tiempo” y uno de los motivos tiene que ver con la estructura. “Las clases son más completas y eso agrega al conocimiento y la inserción”, señaló.
A su vez, agradeció poder estudiar en la Argentina: “Me siento cómodo en la facultad. La mayoría de los argentinos son muy receptivos, hay un intercambio lindo. Es muy tranquilo. En ese aspecto es bárbaro. Soy muy agradecido por estudiar acá y que sea gratuito me parece muy bien”.
Por otra parte, adelantó que le gustaría quedarse en el país algunos años para ejercer la carrera, algo que está dividido entre los compatriotas que estudian con él en la Universidad de La Plata.
“Quiero quedarme en la Argentina para agradecer lo que están haciendo por mí. La mitad de mis compañeros se quiere quedar y la otra mitad se quiere volver. Hay mucha gente que viene con la idea de volverse y cambia de opinión”, cerró.
Por Gonzalo Molina Prado / TN AR
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