Una reciente investigación ha revelado hallazgos sorprendentes que podrían reescribir la historia antigua de Jerusalén.
Según un estudio, liderado por el reconocido profesor Yosef Garfinkel del Instituto de Arqueología de la Universidad Hebrea, se ha localizado una red de ciudades fortificadas alrededor de Jerusalén que se remonta a la época del rey David. Esto desafía la creencia previa de que la expansión del reino de Judá ocurrió mucho más tarde, casi 200 o 300 años después del reinado de David, a finales del siglo IX o VIII a.C.
Estos hallazgos respaldan así la teoría de que el rey David gobernó un reino extenso y altamente desarrollado, con una infraestructura bien establecida, incluyendo una red de carreteras que conectaban las ciudades fortificadas, lo que suscita otra ronda de acalorado debate sobre si el reino de estos monarcas bíblicos era realidad o mito y plantea la posibilidad de que el rey David no fuera simplemente un humilde pastor, sino un líder poderoso, según los informes de varios medios en Israel.
Cinco ciudades fortificadas
En concreto, en su nuevo artículo, publicado en el Jerusalem Journal of Archaeology y revisado por pares de la Universidad Hebrea, Garfinkel afirma haber hallado pruebas de asentamientos urbanos en ciudades organizadas, una red de cinco ciudades fortificadas, que datan de alrededor del año 1.000 a.C., durante el reinado del rey David.
Según el estudio, las cinco ciudades parecen tener un diseño similar, en particular dos murallas paralelas que abarcan la parte interior de la ciudad, lo que sugiere que formaban parte de una red unificada. También están unidas por una serie de caminos organizados, lo que implica además que estaban profundamente conectadas como parte de un reino.
La descripción bíblica de David
Según informa Times of Israel, esto iría así en contra de la creencia de algunos estudiosos de la escuela minimalista de pensamiento que han sugerido anteriormente que, dado que hay escasas pruebas de la existencia de ciudades durante el reinado del rey David, su posición como gobernante de un gran reino, tal como está escrito en la Biblia, podría ser exagerada.
En ese sentido, la nueva investigación de Garfinkel apoya una lectura más cercana a la descripción bíblica de David que, en términos bíblicos, llegó a ser rey de la tribu de Judá y, con el tiempo, de todas las tribus de Israel.
“Odio usar el término ‘intentar demostrar la Biblia’, porque no intento demostrar nada”, dijo Garfinkel a Times of Israel. “Hay tradiciones bíblicas, y podemos ver si tienen relatos históricos o no… Eso no significa que todo, el 100 %, sean relatos históricos. A veces hay errores, a veces hay inventiva, a veces hay ideología”.
El arqueólogo Yosef Garfinkel de la Universidad Hebrea inspecciona un artefacto, en el sitio de Khirbet a Rai en las estribaciones de Judea, previamente identificado como la ciudad bíblica filistea de Ziklag de los días del rey David, el lugar en el que David encontró refugio mientras huía del rey Saúl y desde aquí se dirigió a Hebrón para ser ungido como Rey.
Garfinkel advirtió contra la suscripción a extremos en cualquiera de las dos escuelas de pensamiento. “Hay quien piensa que todo [lo de la Biblia] es útil, y hay quien piensa que nada es útil, pero eso no es ciencia, es teología”, dijo.
“Los minimalistas quieren decir que David gobernaba una pequeña aldea y que no hay reino, y yo digo que había un reino con ciudades fortificadas a un día de camino de Jerusalén”, declaró, por su parte, Garfinkel al diario israelí Haaretz.
“No soy tan maximalista. Lo que digo es que el reino de David incluía Jerusalén, Hebrón y algunas ciudades a su alrededor: ése es el núcleo urbano del reino de David. Creo que es realista”, añadió Garfinkel.
Algunos críticos no están tan seguros
El estudio de Garfinkel fue recibido con grandes dosis de escepticismo por muchos colegas arqueólogos, que afirman que sus conclusiones se basan en suposiciones y en datos mal interpretados. Otros consideran que su interpretación es reduccionista y marca un intento de afirmar la narrativa de la Biblia hebrea.
“Creo que es una simplificación excesiva y que está aplanando los detalles. Hay muchos pequeños detalles con los que no estoy de acuerdo, y hay generalizaciones sobre un amplio periodo que son problemáticas”, dijo a Times of Israel el profesor Aren Maeir, arqueólogo de la Universidad de Bar Ilan.
Por ejemplo, hay controversia en torno a si Khirbet Qeiyafa, que Garfinkel citó como una de las ciudades de la red, era en realidad una ciudad judaíta o cananea, dijo Maeir. “Una vez que empiezas a construir todo un escenario del tamaño del reino en varios puntos, y se basan en suposiciones no claramente probadas, estás construyendo un castillo de naipes”, dijo.
Maeir cree que hubo un rey David histórico que gobernó un reino en Jerusalén, pero no ha visto pruebas suficientes para establecer claramente el tamaño o la complejidad de la zona bajo el dominio del rey David.
“Es como cuando un pescador te cuenta el tipo de pez que ha pescado y, con cada relato, sus brazos se van ensanchando”, dijo el profesor Maeir. “¿Es una sardina, una caballa o una ballena azul? Si se lee el texto bíblico y se toma al pie de la letra, entonces es una ballena azul. Creo que probablemente hubo un pequeño reino en Jerusalén, pero no sabemos la influencia que tuvo este reino”, concluyó.
DW
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