El precandidato a Presidente por Unión por la Patria busca contener a la plana mayor de la organización kirchnerista. Cuál es el principal temor del ministro. El rol de la mesa política bonaerense para articular con los intendentes.
Del “voy a barrer a los ñoquis de La Cámpora” a ser el candidato de consenso del oficialismo, Sergio Massa ya se muestra con Máximo Kirchner y Wado de Pedro. (Foto: prensa Unión por la Patria)
Sergio Massa logró su objetivo. Por el que siempre trabajó. Ser candidato a Presidente, aunque en el peor momento. Por esa razón, debe sumar y nunca restar. Ahí está el problema.
Debe lograr que el kichnerismo duro, representado mayoritariamente en La Cámpora, le dé sus votos sin importar las cuentas pendientes de la época en que prometía barrer a los ñoquis de esa agrupación.
No es poco lo que logró hasta el momento: el apoyo de Cristina y Máximo Kirchner. Como suele decirse, no los une el amor sino el espanto, con la posibilidad de sufrir una dura derrota en manos de una oposición que no deja de meterse los dedos en los ojos con las peleas entre el tándem de Mauricio Macri, Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta.
Enamorar a La Cámpora no será una tarea sencilla, pero por algo se empieza y Massa está acostumbrado. El viaje con Máximo Kirchner a China sirvió para empezar a poner las cosas en orden.
El ministro de Economía aceptó entregar las principales candidaturas de la provincia de Buenos Aires al kirchnerismo, empezando por Máximo y acaba de nombrar a Wado de Pedro como jefe de Campaña. Pensar que lo hizo solo porque el ministro del Interior tuvo un paso fugaz por la candidatura presidencial sería un error.
Wado sigue siendo el preferido de Cristina, a pesar de los chispazos que esto generó en su relación con Máximo. Es un Cámpora de pura cepa. El puente que el tigrense necesita.
Tiene en claro, entre otras cosas, que necesita de esos votos para que Malena Galmarini, su esposa, sea ungida intendenta de Tigre.
Después de todo, una de las cuestiones que obsesiona a Massa es evitar que La Cámpora corte boleta y deje su imagen en los pupitres de las escuelas.
Aunque no solo la tijera puede llevarla el kirchnerismo. Los intendentes peronistas del conurbano tienen una vasta experiencia en eso de cortar boletas. Y ahí también se la juega Massa.
La mesa política bonaerense, creada en la semana que acaba de terminar, será el escenario adecuado para discutir la estrategia en el principal distrito del país, donde todos se juegan todo.
Massa por la presidencia, Axel Kicillof por la reelección como gobernador al igual que muchos intendentes del conurbano, y La Cámpora por hacer una elección que garantice a sus miembros una buena representación en el Congreso Nacional y la legislatura bonaerense.
Por esa razón, Massa comenzará a caminar y mucho la provincia. Y lo hará de la mano de los tradicionales barones del conurbano y de las principales espadas del kirchnerismo.
El viernes, en San Fernando y en medio del conflicto por el paro de colectivos, se vio a un Massa endureciendo el discurso contra los empresarios del sector, a modo de campaña y usando términos que bien podrían haber estado en boca de Cristina o Máximo Kirchner. Por algo se empieza.
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