La administración del brasileño quiere suavizar una resolución crítica que denuncia represión y violaciones a los derechos humanos por parte del régimen de Daniel Ortega en el país centroamericano
La Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) se reunirá la semana próxima en Washington y tiene entre sus planes aprobar una resolución crítica de la situación en Nicaragua que denuncia represión y violaciones a los derechos humanos y al derecho de propiedad.
Para ello, las delegaciones de cinco estados habían redactado una propuesta de declaración que buscan consensuarla con todos países para que los cancilleres la aprueben la próxima semana. Sin embargo el gobierno de Brasil envió esta semana un texto alternativo que le baja el tono, quita algunas críticas a la dictadura de Daniel Ortega y le agrega condicionales a algunos de los graves hechos que ocurren en el país centroamericano.
Tal vez uno de los cambios más importantes que propone el gobierno de Lula está en el párrafo anterior al último, cuando en vez de pretender que la OEA pida el “retorno” de la democracia a Nicaragua, propone solicitar “el fortalecimiento” de la democracia en el país.
En la fase de diagnóstico de lo que pasa en Nicaragua, el texto original propuesto hablaba de una “profunda alarma” por los informes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos sobre el escalamiento de la represión en Nicaragua. Brasil pide sustituir ese calificativo por “expresar preocupación”.
Brasil también pide quitar las líneas que hablan “la confiscación de bienes y activos y la denegación de pensiones para aquellas personas privadas de la nacionalidad por el gobierno” y agregarle la palabra “supuestas” a las violaciones al derecho de propiedad y seguridad social que hizo la dictadura al quitarle la nacionalidad y deportar a cientos de ex presos políticos.
El gobierno de Lula pide que se quite la frase que dice que el “empeoramiento de las condiciones ha provocado que cientos de miles de nicaragüenses hayan abandonado el país desde 2018″ y quita las líneas en la que los países hablan de su preocupación por el rechazo de Nicaragua a comprometerse con los mecanismos internacionales de derechos humanos.
Los condicionales
A lo largo de toda la nueva propuesta de Brasil para la resolución de cancilleres, le agrega condicionales a muchos hechos que ocurren en el país. Por ejemplo, en un párrafo que se pedía a Ortega “que deje sin efecto las normas que han permitido” privar arbitrariamente de su nacionalidad a ciudadanas y ciudadanos nicaragüenses, le cambia la redacción para que diga que “puedan habar permitido”.
Donde decía que las acciones de Ortega “restringen” libertades públicas, propone escribir que “puedan restringir”.
En el texto original se pedía “cesar” toda acción violenta en contra de las personas, así cómo “reestablecer” los derechos civiles y políticos y que “detenga” la intimidación y acoso a periodistas y comunidades religiosas. Brasil propone cambiar esas palabras y pretende que se le pida a Ortega “frenar” acciones “que puedan considerarse como una violación a los derechos humanos”. Pero no las reconoce como tal.
Además de los condicionales, la propuesta de Brasil cambia tiempos verbales para evitar reconocer violaciones de Derechos Humanos. En eso casos la redacción alternativa a los pedidos de “cesar” la represión que propone es pedirle que “se abstenga” de reprimir, ignorando que esos hechos ya han sucedido.
El diálogo
¿Por qué Lula defiende de esta manera a la dictadura de Ortega? El argumento que manejan en el gobierno de Brasil es que si realmente se quieren producir cambios en Nicaragua se necesita bajar el tono de la confrontación y permitir tender puentes de diálogo.
En ese sentido, una de las modificaciones que propone Brasil es cambiar un párrafo que hablaba de mostrar a la Asamblea General de la OEA como “preocupada por el desconocimiento de Nicaragua y su rechazo a comprometerse con los mecanismos internacionales de derechos humanos”, por un texto que diga que la organización está “dispuesta a comprometerse de manera constructiva con Nicaragua con miras a que cumpla sus obligaciones internacionales de derechos humanos”.
Lula el mes pasado también hizo una defensa de otro dictador regional, el venezolano Nicolás Maduro. Luego de invitarlo a una cumbre con otros presidentes en Brasilia, dijo que Venezuela sufre de una “narrativa” impuesta.
En un Consejo Permanente de hace dos semanas, cuando Chile y Canadá, que presiden la comisión de seguimiento sobre Nicaragua, hicieron un informe y presentaron sus críticas a la dictadura de Ortega, fue notorio el silencio de Brasil, que también integra esa comisión y hasta que asumiera el gobierno de Lula era crítico de la dictadura de Ortega.
infobae.com
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