Hace unos días caí en la tentación y decidí probar la novedosa plataforma de inteligencia artificial ChatGPT — un asistente virtual capaz de responder preguntas, redactar, planificar, traducir, desarrollar códigos y resolver matemática compleja—. Su funcionamiento es revolucionario porque se obtienen frases con particular lenguaje humano, con coherencia y semántica. Un ‘bot’ (diminutivo de robot) que al parecer interactúa con cierto razonamiento.
Si bien las opiniones son diversas, en el ámbito educativo existen preocupaciones porque dicen que podría estar en riesgo el aprendizaje de los estudiantes para escribir o investigar. A nivel mundial, hay sistemas que han prohibido el uso de la herramienta porque se prevé que los ingeniosos adolescentes utilicen la aplicación ChatGPT para escribir sus tareas y que, en general, reciban asistencia para hacer su vida menos complicada.
Pero también hay quienes ven esta herramienta como una oportunidad de evolución para la educación y que puede ayudar a mejorar la eficacia de la enseñanza. Para los chicos, la aplicación podría ser un punto de arranque cuando no existe inspiración o no se sabe cómo iniciar un ensayo. ChatGPT también podría proporcionar retroalimentación en tiempo real y apoyar al maestro con la generación de herramientas interactivas.
Recordemos que no es la primera vez que la educación debe enfrentar desafíos tecnológicos. En su momento también hubo dilemas con motores de búsqueda —Google, Yahoo o similares—, páginas de tesis como el ‘Rincón del Vago’ y hasta con el uso de los smartwatch. Y es que hoy ya no es un desafío responder fechas históricas, identificar fórmulas químicas o descripciones de ciencias naturales, porque todo está en internet.
Está claro que es muy complicado resistirse o luchar contra la innovación, y la educación debe adaptarse y coexistir con la inteligencia artificial. El modelo educativo no puede ni debe ser estático y será necesario actualizar al maestro con nuevas metodologías de enseñanza y replantear los programas.
Es previsible que ChatGPT también impacte el mundo laboral. Ciertos oficios con actividades repetitivas como en un call center, servicio al cliente o hasta en industrias podrían ser sustituidos y quedar obsoletos. Pero así también vendrán nuevas oportunidades laborales vinculadas a la innovación.
Como no todo lo que brilla es oro, sugiero probarla y que ustedes mismos descubran sesgos y errores en su funcionamiento. Incluso personajes de la industria como Elon Musk han advertido que la inteligencia artificial podría llevar a la «destrucción de la civilización», pero sin embargo continúan involucrados a través de sus muchas empresas.
Nuestras mejores herramientas como humanos: la sensibilidad, el escrutinio, el debate, y la capacidad de verificación. Con seguridad y sin miedos, aprovechemos la innovación y descubramos los límites de la máquina.
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