A un año de la promulgación de la ley que habilita la producción con la planta de marihuana, el Ejecutivo presentará en los próximos días la normativa para este nuevo sector productivo. Qué tipos de licencia otorgará la Agencia Regulatoria y todos los detalles en este adelanto exclusivo.
Casi un año después de su promulgación con un acto encabezado por el presidente Alberto Fernández en Casa Rosada, el gobierno nacional se encamina a presentar públicamente la reglamentación de la ley de producción industrial de cannabis. Fuentes oficiales adelantaron off the record a Infobae que el evento será, si no cambia algo a último momento, con un acto en el CCK “en las próximas semanas”.
Mientras tanto, el documento con la normativa que servirá para ejecutar la legislación ya fue redactado y consensuado por las autoridades y por el Consejo Consultivo de la flamante Agencia Regulatoria de la Industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal (ARICCAME), y tiene el okey del ministro de Economía, Sergio Tomás Massa, cartera de la que depende el organismo.
Según confirmaron a este medio fuentes oficiales, la reglamentación ya fue derivada a Vilma Ibarra, secretaria de Legal y Técnica de la Presidencia. En principio no se esperan objeciones, lo que facilitaría la rapidez del trámite. Una vez presentada la reglamentación en el Boletín Oficial, se iniciarán los procesos de licencias para poner en marcha al 100% esta nueva industria. En Economía estiman unos 300 emprendimientos listos para ser autorizados a producir.
La primera gran novedad del “Marco Regulatorio para el Desarrollo de la Industria del Cannabis Medicinal y el Cáñamo Industrial”, un documento presuntamente de 12 páginas, será que el Estado argentino admitirá la producción industrial de la célebre planta hasta con 1% de THC en su composición.
El tetrahidrocannabinol (THC) es la principal molécula psicoactiva de la cannabis sativa. La ley de drogas -sancionada en 1989 y totalmente desactualizada respeto de los avances científicos que se lograron con la planta- prohíbe su tenencia y comercialización para uso adulto, excepto a las personas que estén inscriptas en el Registro de Usuarios medicinales (Reprocann) y autorizadas por el Ministerio de Salud.
Para todo lo demás, la manipulación de marihuana con más de 1% de THC será considerada “cannabis psicoactivo” y quedará bajo la órbita penal de la ley de drogas. Hasta ese número se podrá producir todo tipo de productos: aceites, cosméticos, alimentos, entre muchos otros.
Originalmente se había pensado en un límite de 0,2% de THC para la producción industrial, que es lo que marcan reglamentaciones de países como Holanda o Austria, entre otros. La Unión Europea establece una frontera de hasta el 0,3% para cultivos industriales aunque las cámaras de productores de aquel continente también piden que se suba al 1%.
Las autoridades de la ARICCAME aceptaron el pedido de organizaciones, inversores, ingenieros, médicos y usuarios sobre los beneficios terapéuticos de productos con un mínimo considerable de la famosa molécula. Eso evita que los que fabriquen productos con hasta 1% de THC deban pasar por los filtros técnicos de la Agencia Nacional de Medicamentos (ANMAT).
Los especialistas en producción de cáñamo explican que una mayor tolerancia en el porcentaje de THC permite manejar mejor la estabilidad de las nuevas genéticas y la producción del CBD, otra molécula esencial del cannabis para tratamientos terapéuticos pero que no tiene efectos psicoactivos. La marihuana que se produce (ilegalmente o autorizada por el Reprocann) para uso medicinal o adulto contiene mucho más que el 1% de tetrahidrocannabinol. Hay genéticas que rozan o incluso superan el 20%.
En ese sentido, la ARICCAME tendrá la facultad de actualizar esa proporción conforme a los avances legales, científicos, tecnológicos o industriales que vayan sucediendo a lo largo de los años. También podrá establecer categorías especiales por sobre el índice fijado, de acuerdo al destino de la producción.
La reglamentación de la ley N°27.669 establece que será considerada como legítima la producción para usos medicinal humano, veterinario, nutricional, cosmético, industrial, de sanidad y fertilidad vegetal, y todos los que surjan a partir de la investigación científica y el desarrollo tecnológico e industrial. Además de los usos mencionados párrafos arriba, con esta planta milenaria se pueden fabricar biocombustibles, materiales de construcción, autopartes, productos textiles que reemplacen materiales contaminantes, alimentos para animales y muchas otras aplicaciones.
El directorio de ARICCAME (conformado por representantes de los ministerios de Salud, Economía, Ciencia y Tecnología y Seguridad) fijará las condiciones para los pedidos de licencias y autorizaciones. Según pudo saber este medio la prioridad la tendrán quienes cumplan con los estos requisitos: que el capital social sea total o mayoritariamente de origen nacional; que la sede social coincida con la jurisdicción en la que se desarrolla la actividad económica objeto de la solicitud (por ejemplo, que una empresa de San Juan produzca en San Juan); que el 50% o más de la participación accionaria o del capital social, los puestos de toma de decisión (presidencia, administración, dirección y gerencias) o los puestos de trabajo del plantel general sean ocupados por mujeres o por otras identidades no binarias.
Tal como lo adelantó meses atrás a Infobae el presidente de ARICCAME (y, en simultáneo, intendente de Castelli), Francisco Echarren, se establecerá una Ventanilla Única para tramitar las autorizaciones y licencias para realizar las operaciones de cultivo, cosecha, almacenamiento, fraccionamiento, procesamiento, producción industrial, transporte y distribución, comercialización, y cualquier otra actividad económica que integre la cadena productiva del cannabis, de la planta de cannabis, de las semillas y productos derivados con fines medicinales, industriales y de investigación.
La Ventanilla Única para la Industria del Cáñamo y el Cannabis Medicinal tiene como objetivo evitar que los aspirantes a las licencias tengan que sortear evaluaciones y burocracia de varios organismos a la vez, desde el SENASA al Instituto Nacional de la Semilla, entre otros.
“El objetivo es unificar procesos, normas, reglamentos y trámites para optimizar el funcionamiento de los dispositivos de aplicación para el otorgamiento de licencias y autorizaciones. Y simplificar, agilizar y optimizar la gestión administrativa de los trámites”, explicó un jugador del equipo técnico de ARICCAME consultado por este medio.
Las licencias, según pudo saber Infobae, no serán transferibles y se otorgarán por un plazo no menor a cinco años. Habrá seis tipos: 1) licencia de criadero, multiplicación y cultivo; 2) de servicios logísticos; 3) de producción de derivados; 4) de comercialización de semillas, esquejes y plantas; 5) para estudios y pruebas analíticas y 6) para comercio exterior.
Una vez presentada la solicitud de licencia o autorización ante la Ventanilla Única se abrirá un expediente que seguirá el circuito administrativo de ARICCAME. Los organismos integrados tendrán 20 días para presentar objeciones en la evaluación, caso contrario se dará por entendida una opinión favorable al solicitante.
Las autoridades de la Agencia se basaron, sobre todo en modelos de reglamentación de algunos estados de Estados Unidos, Canadá, Colombia, Israel, Uruguay y Marruecos, donde en 2021 también crearon una Agencia Nacional.
Si bien Echarren no desmintió ni confirmó la información obtenida por este medio, sí reconoció que la reglamentación está pronta a salir. “Nos demoramos 50 días desde que asumí y fue un trabajo impecable en coordinación y acuerdo con todos los sectores y los ministerios. Va a ser una reglamentación de vanguardia en el mundo”, adelantó, entusiasmado. El funcionario estimó que para junio de este año esperan haber iniciado el trámite de unas 300 licencias.
Los múltiples usos de la planta de cannabis son conocidos desde hace miles de años: el aprovechamiento de su fibra para uso textil fue clave, por ejemplo, para la industria naval que permitió a los países de Europa conquistar otros continentes y el valor nutricional de las semillas es considerado en libros de medicina oriental de hace 5.000 años (REUTERS)
Los múltiples usos de la planta de cannabis son conocidos desde hace miles de años: el aprovechamiento de su fibra para uso textil fue clave, por ejemplo, para la industria naval que permitió a los países de Europa conquistar otros continentes y el valor nutricional de las semillas es considerado en libros de medicina oriental de hace 5.000 años (REUTERS)
La ARICCAME es un organismo descentralizado, bajo la órbita del Ministerio de Economía, que articula las acciones con todas las provincias de la Argentina. Echarren ya se comunicó con los gobernadores y la reglamentación también prevé la creación del Consejo Federal para el Desarrollo de la Industria del Cáñamo y Cannabis Medicinal, que estará constituido por un representante de la Nación y uno por cada provincia y por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El directorio de la Agencia ya está determinado en el decreto de creación y designación del Presidente. Está conformado por el médico Marcelo Morante, como vicepresidente (por parte del Ministerio de Salud); Mercedes La Gioiosa (designada por Aníbal Fernández en representación de Salud); Gabriel Giménez (por Agricultura, viene del Instituto Nacional de la Semilla y es un gran conocedor del mundo cannábico local) y la bióloga Varleria Rudoy (por Ciencia y Tecnología).
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