El capítulo de los “héroes” de la fe, Hebreos 11, no es sobre ellos, ni siquiera sobre la fe. Una observación precisa nos hará entender que el protagonista es Dios, que está escribiendo una historia, inacabada, en la que cada uno de los que somos hijos de Dios somos parte.

La reflexión bíblica en Fórum GBU este domingo se centró en desmontar ideas preconcebidas e incorrectas sobre la fe, que en realidad, son ideas incorrectas sobre nosotros o sobre Dios. Laura Pérez, asesora de GBU en Madrid, ha hablado directamente al corazón cuando ha señalado que “la fe en el Dios atemporal pone en perspectiva nuestras circunstancias temporales”, trayendo paz y refugio en tiempos difíciles donde es tan difícil salir del bucle.

“Hay quien cree que la fe nos ayuda a vivir disociados de las circunstancias difíciles”, explicaba Laura al meditar en estos ejemplos bíblicos. Pero la fe no es eso, sino que es más como una armadura que nos equipa para atravesar las dificultades. Una fe no ciega, sino basada en la evidencia de “un Dios fiel”, una fe que nos capacita para el presente “porque mira al futuro” con esperanza. Una fe que no solo se cree, sino que se vive, en definitiva: que sigue el ejemplo supremo de Cristo.

Sobre esa fe genuina nos invitó a meditar, al cerrar el día, el joven artista Darío Prieto, cuya propuesta musical acústica, orquestal y visual, nacida de experiencias dolorosas, nos llevó a los pies de la cruz y a volver a cantar sobre la fidelidad de Dios, incluso cuando pasamos momentos oscuros y saboreamos la decepción de la caída propia o de quienes son cercanos a nosotros.

Despojarse de reproches y nostalgia

En la plenaria general Paul S. Williams continuó explorando el momento “umbral” que vivimos. El expositor no procura traer demasiadas respuestas, pero confía en que las preguntas correctas nos ayuden a contemplar el presente y ser conscientes de cómo afrontarlo. Nos preguntaba de qué forma estamos viviendo en el mundo, señalando varias posibilidades: como extraños, ajenos a lo que nos rodea; como cautivos, víctimas de lo que nos rodea, o como visitantes, turistas que pasan sin implicarse ni impactar. Los cristianos tenemos un llamado: vivir como “embajadores de Jesús”, siendo plenamente conscientes de que representamos Su reino.

Williams habló sobre aquello que tenemos que soltar para pasar el umbral hacia un mundo nuevo. Si el secularismo está en crisis, la ventana que se abre necesita de cristianos que no carguen con una mochila de errores, prejuicios o limitaciones autoimpuestas. Sabiendo que “Dios es nuestra fortaleza”, podemos avanzar dejando atrás el reproche, la nostalgia, la alienación o la tibieza.

Williams compartió la frase de Dean Inge: “la iglesia que se casa con una cultura en una generación, se queda viuda en la siguiente”. Llamó a una vida conectada con Dios, que se acerca a la cultura pero no se deja atrapar ni seducir por las tentaciones del poder temporal. En lenguaje paulino, animó a “proseguir a la meta” dejando lo que queda atrás, con los ojos puestos en Cristo.

Reflexiones sembradas

Fórum es un espacio de mucha conversación. Los seminarios son espacios participativos que permiten abordar temas de preocupación actual y contemporánea facilitando el intercambio de ideas con los asistentes.

Andreu Dionís, pastor de la Iglesia Bautista Unida de Terrasa, impartió un seminario sobre cómo ser una iglesia influyente. La influencia de una comunidad no se mide en número de asistentes, en tamaño del local o en su popularidad. Lo que hace a una iglesia realmente influyente es que provoque un impacto silencioso y transformador allí donde está, siempre basándose en el servicio, verdad, amor y presencia encarnada.

Francisco Mira, quien fuera secretario general de GBUnidos durantes décadas, ofreció un seminario sobre cómo ejercer un liderazgo sano. “Si queremos crecer como mandos, humildes e íntegros, debemos conocer la palabra”, expuso. “La integridad es una relación personal transformadora con Dios”.

Andrés Pérez, pastor de La Parroquia en Valencia y artista y productor musical, habló sobre cómo el arte abre espacios de diálogo para la fe y en la comunidad. Paula Casamayor expuso sobre la oportunidad de la iglesia para ser un factor de sanidad a través de la búsqueda de la justicia climática. Jordi Torrents y Lydia González expusieron el desafío de abrir los ojos a la necesidad de incluir a aquellos que muchas veces no vemos por causa de sus discapacidades, sean estas físicas o cognitivas. Joel Forster habló sobre cómo actuar como pacificadores en un mundo tan polarizado que lleva tensión a contextos macro como micro. José de Segovia habló sobre cómo encontrar la voluntad de Dios para la vida. Ruth Lorente, acerca del camino a Jesús.

Estos y otros muchos van dejando sembradas ideas como semillas. Es difícil procesar todo lo que ocurre durante una conferencia como ésta, pero confiamos que nuestras mentes y corazones, como tierra fértil, puedan atesorar estos momentos, conversaciones y aprendizaje que nos impulsan a vivir la misión inacabada, tomados de la mano de un Dios que no nos abandona.