
Tarija vive en diciembre uno de sus momentos más especiales. Las calles, las plazas, los barrios y las familias se llenan de un espíritu que combina devoción, música, emociones profundas y un fuerte sentido de identidad. Las tradicionales adoraciones, las actividades para los niños, los encuentros comunitarios y la calidez propia de la Navidad tarijeña conforman un paisaje único que cada año reafirma nuestras raíces y nuestra manera de celebrar la vida.
Son días en los que la ciudad vibra con un encanto particular. Las familias salen a recorrer los pesebres, los coros alegran las noches, los niños disfrutan de presentaciones y actividades que fortalecen su vínculo con las tradiciones, y la comunidad entera se reúne en espacios que conectan a generaciones. Esta es, sin duda, una de las épocas más bonitas y representativas de nuestra identidad cultural.
Sin embargo, junto con esa belleza que nos distingue, emerge también un desafío que año tras año afecta la dinámica diaria de la ciudad, el cierre de calles en el centro para diferentes actividades. Si bien estas expresiones culturales merecen ser promovidas y preservadas, la forma en que se gestionan los espacios urbanos termina generando un caos vehicular que perjudica a miles de personas.
En estas semanas de fin de año, Tarija recibe además a numerosos turistas —muchos más que en otros meses—, y la congestión en las principales vías del centro termina dando una mala impresión a quienes nos visitan. Comerciantes, trabajadores, conductores de transporte público y familias que necesitan cumplir sus actividades cotidianas se encuentran atrapados en un tráfico que no solo frustra, sino que también evidencia la falta de planificación y orden en momentos de alta demanda.
La ciudad necesita encontrar un equilibrio, proteger y promover nuestras tradiciones sin renunciar a un tránsito ordenado, fluido y respetuoso tanto para quienes viven aquí como para quienes llegan a disfrutar de su encanto. Es posible combinar ambas dimensiones. Con organización, horarios adecuados, espacios alternativos y una planificación urbana que priorice la movilidad y el bienestar colectivo, Tarija puede vivir su Navidad con alegría sin convertir sus calles en un problema.
Las tradiciones nos unen, nos enriquecen y nos identifican. Cuidarlas es importante. Pero cuidar la ciudad y la experiencia de quienes la transitan también lo es. Este fin de año debería impulsarnos a reflexionar y a trabajar en soluciones inteligentes que permitan que la magia navideña se viva plenamente, sin caos ni malestar.
Publicado por: La Voz de Tarija
Fuente de esta noticia: https://lavozdetarija.com/2025/12/08/editorial-tradicion-y-movilidad-un-equilibrio-necesario-para-la-tarija-de-fin-de-ano/
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