“La historia inacabada” es el lema general escogido para Fórum GBU, un encuentro que ha convocado a más de 700 evangélicos en Benidorm que durante la primera jornada completa celebrada este sábado ha permitido abordar cómo vivir la misión de Dios en el mundo.

Porque esta historia aún no ha acabado, es que podemos con esperanza “cantar una nueva canción”, como expresaba David Goodman en la última sesión de este sábado. El músico, que tras liderar varios proyectos se presenta ahora en solitario, presentó su colección de canciones en las que los salmos se funden con experiencias personales, pasado por el tamiz musical del brit-pop y la electrónica.

La sesión plenaria tuvo como hilo principal el identificar cuál es “el mundo” en el que estamos. Paul S. Williams explicó que el mundo occidental no está en una “época de cambios, sino en un cambio de época”, y esa idea se confirma por la confusión, el miedo o la inquietud con la que muchos analizan el presente, desde distintas posiciones ideológicas.

Sin querer cerrarse a una definición concreta -ya sea esta una sociedad líquida, poscristiana, pos-secular o hija de la revolución sexual- Williams afirmó que el patrón que define, tal vez, los últimos 50 años es el secularismo: la idea de que Dios y la Biblia dejan de estar en el centro de la sociedad y la cultura, para poner en su lugar a la ciencia, el progreso o la sabiduría humana.

Ese paradigma secular está en evidente crisis, sobre todo porque ha dejado todas sus promesas sin cumplir. Por ejemplo, decía Williams, el progreso económico ha generado desigualdades inmensas; el individualismo ha provocado una crisis de soledad y depresión. Así es como la “edad de oro” del secularismo decae para dejar paso a algo nuevo.

Pero ¿qué es lo que viene? Williams quiso dejar la pregunta en el aire, porque todavía no es fácil de saber ni definir. Sin embargo, tiene claro que vivimos por ello en un momento “umbral”: algo va a cambiar y nada volverá a ser igual.

En este contexto es en el que el ponente compartió las estadísticas que muestran cómo en muchos países occidentales se está produciendo un despertar espiritual. El “avivamiento silencioso” en Reino Unido ha tenido ecos similares en otras latitudes. España, explicó el ponente, estadísticamente muestra una apertura a la conversación sobre lo espiritual mucho más extendida de lo que a veces imaginamos.

Afrontar este umbral no es una experiencia nueva para los creyentes. A lo largo de la Biblia se describen muchos momentos en los que se produjeron cambios esenciales, y en los que el pueblo de Dios reaccionó de formas distintas. Por eso, ¿qué sería de nosotros si no pusiéramos nuestra fe en quien tiene el control sobre todo?

Una fe que descansa en Jesús

Por la mañana, la primera exposición bíblica llevó a los asistentes a meditar en Hebreos 10. Este capítulo muestra cómo cambió la forma de relacionarse con Dios para los judíos tras la cruz. El pastor en Mallorca Óscar Pérez invitó a los presentes a pensar en cuál es nuestra relación con el pecado, y cómo nos cuesta darnos cuenta de lo que implica vivir como perdonados.

“Dios el omnisciente sufre de amnesia selectiva”, afirmó en más de una ocasión el expositor bíblico, mostrando con cuánto énfasis el autor (o autora) de Hebreos expresaba su confianza en la obra perfecta de Cristo. “Si voy a Dios creyendo que me va a fulminar por mis pecados… no estoy teniendo fe. Por eso cuando me acerco, en lugar de ver mi miseria, puedo mirar a Jesús”, explicó Pérez.

Un libro especial

Durante el día tuvo lugar la presentación de un libro conmemorativo de los 50 años de GBU. Los Grupos Bíblicos Unidos cuentan no solo su historia, sino que comparten en este libro una visión profunda de cómo el evangelio impacta vidas.

Francisco Mira, que fue secretario general de GBU durante varias décadas, recomendó este nuevo trabajo editado por Andamio describiéndolo como “un tesoro” que refleja “la historia de la gracia de Dios” a través de su obra en la universidad, los institutos y los ámbitos profesionales en España.

Tras la presentación, Protestante Digital conversó brevemente con Francisco Mira. “Estoy impresionado no solo por la cantidad, sino por la calidad de este Fórum”, dijo. “Año tras año se va desarrollando este ministerio entre los universitarios, y no puedo más que estar agradecido al Señor”.

Desde la experiencia que atesora, Francisco Mira consideró que se nota “un interés creciente” en conocer a Jesús “en los entornos estudiantiles y universitarios”, aunque matizó que ahora su campo de conocimiento más directo es el de la iglesia local. En la que pastorea en Barcelona, ha percibido un impulso misional con el fenómeno migratorio que está viviendo España en estos últimos tiempos, que se traduce en una decena de nuevas visitas cada domingo. “Recibimos a personas de otros contextos mucho más abiertos espiritualmente, que con su experiencia y testimonio están rompiendo los moldes del secularismo y de la religión tradicional. Es algo que no pasaba antes”.

Fórum GBU desarrolla, en paralelo, un programa joven con plenarias y seminarios adaptados a las inquietudes de la nueva generación. La Biblia es central en cada espacio, regado de oración y alabanza participativa y colectiva. El grupo de alabanza guió a todos esta noche cantando sobre la cruz y la tumba vacía. Sí, la esperanza cristiana se hace presente y se contagia al compartir cómo Dios sigue siendo fiel y obrando: en los institutos, las universidades, los trabajos y, como expresó Óscar Pérez, “en cualquier lugar donde nos demos cuenta de lo que él mismo prometió: que Dios siempre, siempre, está con nosotros”.