
Paraguay selló un acuerdo histórico con Japón mediante la firma del “Acuerdo de Promoción y Protección Recíproca de Inversiones”, un instrumento que marca la apertura de un nuevo ciclo para la atracción de capital extranjero y consolida al país como un destino confiable para negocios de largo plazo.
La suscripción estuvo encabezada por el canciller nacional Rubén Ramírez Lezcano y el embajador japonés Katsumi Itagaki, con acompañamiento del sector privado y autoridades del Ministerio de Industria y Comercio.
El ministro Javier Giménez definió la firma como un punto de inflexión para la economía paraguaya, al destacar que el tratado representa mucho más que el cierre de décadas de negociaciones bilaterales.
Señaló que Paraguay se posiciona ahora con una oferta más sólida para captar inversiones japonesas en segmentos estratégicos, especialmente en tecnología, electrónica y automotriz, áreas donde Japón mantiene liderazgo mundial.
Recordó que el país asiático es el segundo mayor inversor global y que ya existen experiencias exitosas de empresas de capital japonés instaladas en el país.
Giménez sostuvo que este paso “marca un día histórico”, subrayando que Paraguay está en plena misión de “construir puentes” con grandes potencias industriales, y que Japón constituye uno de los socios más valiosos para acompañar la expansión del sector productivo nacional.
Según señaló, el nuevo marco jurídico acelerará la incorporación de Paraguay a cadenas globales de valor y facilitará la instalación de industrias con alto componente de innovación.
El canciller Rubén Ramírez Lezcano coincidió en que la suscripción del acuerdo envía un mensaje inequívoco a la comunidad internacional, que es que Paraguay apuesta a un modelo económico sustentado en seguridad jurídica, reglas claras y respeto a los compromisos.
Indicó que la relación con Japón se sustenta en valores compartidos, y que el país asiático representa un referente en materia tecnológica, industrial y ética empresarial. Afirmó que el tratado permitirá convertir esta alianza en proyectos productivos que generen empleo y mayor prosperidad.
El embajador Katsumi Itagaki remarcó que el instrumento ofrece un marco estable, previsible y transparente para los inversionistas de ambos países, protegiendo derechos fundamentales, previniendo expropiaciones injustas y habilitando mecanismos modernos de solución de controversias.
Señaló que durante su misión diplomática pudo constatar el dinamismo industrial del Paraguay y el creciente interés de compañías extranjeras en instalar operaciones en el país.
El acuerdo, según coincidieron las autoridades, afianza la posición de Paraguay como destino competitivo para los negocios y fortalece la confianza de los inversores en un momento en que el país busca dar un salto cualitativo en su desarrollo económico.
