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El Efecto Ringo volvió a cobrar fuerza en Colombia con historias que conmueven y renuevan la confianza en las segundas oportunidades. Kando, Prisa, Creamy, Pedro y otros perros que hace apenas unos meses sobrevivían entre el ruido, el hambre y el desamparo de las calles, hoy caminan recuperados, tranquilos y listos para ser adoptados. Su renacer no es casual ni un golpe de suerte: es el resultado de un esfuerzo colectivo que demuestra que la nutrición adecuada, el acompañamiento veterinario y un entorno amoroso pueden transformar por completo la vida de un animal vulnerado.
Este avance es el más reciente capítulo del movimiento impulsado por Ringo, la marca de alimento para mascotas de Grupo BIOS, que desde hace años insiste en una causa que trasciende el mercado y se instala en el terreno de lo social: lograr que más perros en el país reciban la alimentación y el cuidado que merecen. En 2025, la iniciativa alcanzó una dimensión aún más amplia cuando diversas marcas decidieron unirse al propósito, aportando recursos y visibilidad para fortalecer un mensaje que hoy se escucha en todo el país: la tenencia responsable no es solo un acto de amor, sino un compromiso cívico.
El proceso de recuperación fue integral. Cada perro recibió alimento Ringo, controles médicos continuos y la compañía de equipos que durante semanas se dedicaron por completo a sanar cuerpos debilitados y recuperar la confianza perdida. La transformación de estos animales es tan evidente como emotiva: lo que antes era miedo se ha convertido en energía; lo que parecía resignación se transformó en juego; y lo que fue soledad ahora es esperanza. Son, sin proponérselo, embajadores silenciosos de lo que un movimiento social puede lograr cuando se unen voluntades públicas, privadas y comunitarias.
En esta nueva etapa del Efecto Ringo, la marca quiso también reconocer a quienes han llevado estas historias más lejos de lo que podría hacerlo cualquier campaña tradicional. Periodistas, medios de comunicación y líderes de opinión recibieron el reconocimiento “Amigos de la Causa”, una distinción simbólica que celebra su trabajo al sensibilizar a millones de colombianos sobre la realidad de los animales en condición de vulnerabilidad. No se trata solo de informar: se trata de movilizar, de inspirar y de recordar que detrás de cada cifra hay un ser vivo esperando una oportunidad.
Las estadísticas explican la urgencia de la causa. Según datos del Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal, solo en Bogotá se estima la presencia de más de 66.000 perros en situación de calle. La cifra es contundente y deja claro que la solución requiere mucho más que buenas intenciones. Para el movimiento, la comunicación se ha convertido en una herramienta esencial: una manera de abrir conversaciones, generar empatía y convocar a ciudadanos y organizaciones a sumarse a una tarea que, aunque desafiante, es posible si se asume como responsabilidad compartida.
Mariana Castro, gerente de Mercadeo y Ventas Mascotas de Grupo BIOS, resume el espíritu de esta cruzada con una convicción que se siente en cada historia: cuando el amor, la nutrición y el cuidado se alinean, las vidas se transforman. Para ella, este movimiento no es una campaña pasajera, sino un compromiso permanente orientado a cambiar hábitos, educar y promover una cultura de responsabilidad. Los perros hoy recuperados son la prueba más clara de lo que se puede lograr; ahora solo necesitan un hogar definitivo y personas que continúen lo que el movimiento empezó.
Kando, Prisa, Creamy, Pedro y sus compañeros avanzan hacia ese nuevo capítulo. Corren, juegan, se dejan acariciar, vuelven a confiar y se preparan para integrar familias que puedan ofrecerles estabilidad, cariño y un lugar al cual pertenecer. Sus historias recorren el país como testimonio de que los esfuerzos colectivos tienen impacto real y de que incluso las campañas de marca, cuando nacen desde la empatía, pueden convertirse en herramientas para el cambio social.
El Efecto Ringo lo hizo otra vez. Y mientras existan organizaciones, ciudadanos y marcas dispuestos a trabajar por el bienestar animal, seguirá cambiando destinos, demostrando que cada perro merece un nombre, una oportunidad y un hogar donde su historia pueda comenzar de nuevo.
carloscastaneda@prensamercosur.org
