El mandatario colombiano y la alcaldesa bogotana se han enfrascado en un intenso debate sobre la manera en que deberá cobrar forma el sistema de transporte capitalino.
La lenta ejecución del proyecto del Metro de Bogotá se ve lastrada por el intenso y enrevesado conflicto político que ha desatado su construcción entre el Gobierno colombiano y la Alcaldía de la capital.
El presidente Gustavo Petro anunció en un tuit que adelantará su viaje a China para tratar el tema del Metro, en medio de los desencuentros con la alcaldesa capitalina, Claudia López, sobre el modo en que debe cobrar forma el sistema de transporte y las condiciones que propone el Ejecutivo para su financiación.
López ha planteado que un tramo del sistema Metro circule por superficie, debido a que no se cuenta con los recursos para mantener el proyecto inicial donde se concibió como subterráneo, una medida que ha sido criticada por el mandatario, que la considera una “chambonada [desacierto]”.
La prensa bogotana también ha criticado duramente la postura de Petro. En un editorial, El Espectador señala al presidente por no mostrar una “actitud conciliadora” y boicotear el proyecto con la finalidad de “influir en las elecciones” locales de octubre de este año y “paralizar los avances de la capital”.
La respuesta del presidente
El mandatario salió al paso de cuestionamientos de El Espectador en su cuenta de Twitter, donde expresó que solo quiere “lo mejor posible para Bogotá“. Además, se refirió al adelanto del viaje al gigante asiático “para buscar opciones” en ese aspecto.
Según ha dicho, considera posible hacer modificaciones al contrato inicial que se estableció con el consorcio chino que ejecutará la construcción del sistema de transporte masivo.
En otra interacción en Twitter, el presidente colombiano dijo estar al tanto del “silencio” durante la gestión de Enrique Peñalosa, su sucesor en la Alcaldía de Bogotá, que planteó recortar a la mitad el presupuesto del proyecto.
“Sé lo que debió ser el gran escándalo: botar los estudios terminados del Metro subterráneo de Bogotá, pero fue un gran silencio; ahora sí será el gran escándalo solo porque intentamos recuperar parte de esos estudios y transformar un proyecto en bien de toda Bogotá”, escribió.
Se reabre el debate
Esta polémica, que se ha recrudecido en las últimas semanas, fue atizada en días recientes por el ministro de Transporte, Guillermo Reyes, quien en unas cortas declaraciones a los medios ante el Palacio de Nariño, hizo una afirmación que ha sido tildada de “chantaje” por los partidarios de López.
“Si no se acepta que se hagan las modificaciones propuestas dentro del marco jurídico, el Gobierno, en la medida que financia el 70% de otros proyectos, va a tener que pararlos“, dijo Reyes, que ha sido citado al Congreso para que explique sus afirmaciones en un debate de control político, informa El Universal.
Sin embargo, en un reciente tuit mostró un tono más conciliador con la alcaldesa y afirmó que retomaba sus palabras de: “Me gusta el Metro elevado”.
El titular de Transporte agregó que tanto la autoridad capitalina como el Ejecutivo coinciden en que quieren “lo mejor para la ciudad”. “Avancemos en el diálogo y continuemos con las mesas de trabajo pactadas”, sugirió.
Alcaldesa @ClaudiaLopez, retomo sus palabras: “Me gusta el Metro elevado”. Como usted lo ha dicho y lo ha dicho el Presidente @petrogustavo, queremos lo mejor para la ciudad. Avancemos en el diálogo y continuemos con las mesas de trabajo pactadas. ¡El Metro sigue!
— Guillermo Reyes (@MinistroReyes) February 3, 2023
“Esperpento” y “chambonada”
El pasado 25 de enero, López y Petro se reunieron y acordaron establecer mesas de trabajo simultáneas para analizar de manera jurídica y financiera si era viable establecer el tramo subterráneo de 3,9 kilómetros, según El Colombiano.
A pesar de este acuerdo parcial, días atrás, el mandatario mostró nuevamente su desacuerdo con la construcción de un tramo elevado. En una reunión con presencia de varios medios, dijo que no iba “ser cómplice de meter ese esperpento de Metro elevado por la [avenida] Caracas, esa chambonada”, recoge el mencionado diario.
“Si lo hago, las próximas tres generaciones después de que lo inauguren nos van a maldecir, por no decir groserías”, expresó.
La defensa de Claudia López
En medio de la controversia, la alcaldesa ha sostenido que ella también considera que el Metro subterráneo era lo mejor para la capital y culpó a su antecesor, Enrique Peñalosa, de “haber botado a la caneca [basura] nuestros impuestos”.
“Los estudios de la ciudad estaban listos para tener el mejor Metro que hubiera sido posible”, aseguró.
En cuanto a su propuesta de un tramo elevado, la justificó afirmando que no podía “cometer la irresponsabilidad de que Bogotá siga perdiendo tiempo y plata”.
“Bogotá necesita Metro desde hace 50 años, no podemos perder cuatro años más. Aunque no sea la mejor opción, si contratan el medio Metro elevado respetaré y lo completaré”, sostuvo.
El proyecto, según afirmó, consta de 24 kilómetros de viaducto y 16 estaciones que movilizarían a unos 72.000 pasajeros por hora. Hasta ahora, la obra presenta un avance del 18 %.
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