En el marco de los 50 años del Plan Cóndor, el Pozo de Banfield será señalado como Sitio de Memoria del Mercosur, marcando un hito en la preservación de la memoria histórica y la lucha por los derechos humanos en Argentina y la región. Este jueves 4 de diciembre, a las 17 horas, se llevará a cabo un acto oficial en el Espacio para la Memoria ubicado en las calles Siciliano y Vernet, en el municipio bonaerense de Lomas de Zamora.
La iniciativa, impulsada por el Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos del Mercosur (IPPDH) y avalada por la Reunión de Altas Autoridades sobre Derechos Humanos del Mercosur (RAADH), busca identificar ex Centros Clandestinos de Detención vinculados al Plan Cóndor. Este plan fue una operación represiva coordinada entre varias dictaduras latinoamericanas durante las décadas de 1970 y 1980, con apoyo de Estados Unidos, que resultó en miles de desapariciones forzadas, torturas y violaciones a los derechos humanos.
El Pozo de Banfield será el primer espacio en Argentina y en la provincia de Buenos Aires en recibir este reconocimiento, estableciendo un precedente significativo que refuerza el compromiso con la Memoria, la Verdad y la Justicia. Este sello no solo destaca la importancia histórica del sitio, sino que también reafirma la necesidad de mantener viva la memoria colectiva para que las atrocidades del pasado no se repitan.
Un lugar emblemático del horror y la resistencia
El Pozo de Banfield fue uno de los centros clandestinos de detención más notorios durante la última dictadura militar argentina (1976-1983). Por este lugar pasaron más de 350 personas, muchas de las cuales fueron torturadas, desaparecidas o asesinadas. Además, el sitio albergaba una maternidad clandestina donde se apropiaron ilegalmente de recién nacidos, separándolos de sus madres detenidas-desaparecidas.
Entre los episodios más recordados asociados al Pozo de Banfield está «La Noche de los Lápices», cuando un grupo de estudiantes secundarios fue secuestrado y trasladado a este centro por reclamar el boleto estudiantil. Este hecho se convirtió en un símbolo del terrorismo de Estado y de la lucha estudiantil por los derechos humanos.
A pesar del horror que representa, el Pozo de Banfield es hoy un ejemplo de la capacidad colectiva para transformar el dolor en memoria activa. En 2006, gracias a la lucha incansable de organismos de derechos humanos y familiares de víctimas, se logró desafectar el lugar como dependencia policial. Posteriormente, en 2015, se firmó un convenio tripartito entre la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia, el Municipio de Lomas de Zamora y la Mesa de Trabajo del Ex Pozo para convertirlo en un Espacio para la Memoria.
Un espacio para aprender y reflexionar
Desde su apertura como Espacio para la Memoria, el Pozo de Banfield se ha consolidado como un lugar donde se preserva la historia y se promueve la reflexión crítica sobre los derechos humanos. A lo largo del año, se organizan visitas guiadas que narran los hechos ocurridos durante la dictadura militar. Además, se llevan a cabo actividades culturales como presentaciones de libros, talleres artísticos y proyecciones de películas y documentales.
La Mesa de Trabajo del Ex Pozo de Banfield ha sido fundamental en este proceso. Esta organización no solo ha trabajado para mantener viva la memoria del lugar, sino que también ha impulsado iniciativas como la declaración del 50 aniversario del Plan Cóndor como asunto de interés municipal.
Un reconocimiento con impacto regional
La señalización del Pozo de Banfield como Sitio de Memoria del Mercosur no solo tiene relevancia local o nacional, sino que también resuena a nivel regional. Este reconocimiento es un recordatorio del impacto devastador que tuvo el Plan Cóndor en América Latina y subraya la necesidad de continuar trabajando en conjunto para garantizar justicia y reparación para las víctimas.
El acto oficial del jueves será un momento significativo para reflexionar sobre el pasado y renovar el compromiso con los valores democráticos. En palabras de los organizadores: “Este reconocimiento no solo honra a quienes sufrieron las atrocidades del terrorismo de Estado, sino que también nos impulsa a construir una sociedad más justa e inclusiva”.
El Pozo de Banfield, que alguna vez fue símbolo del terror, es ahora un faro para la memoria y un testimonio vivo del poder transformador de la lucha por los derechos humanos. Con su designación como Sitio de Memoria del Mercosur, se reafirma su lugar como un espacio clave para recordar, aprender y construir un futuro mejor.
