

El “dilema del prisionero” es un problema teórico fundamental de la llamada “teoría de los juegos”; el cual, describe que dos personas pueden tomar la decisión de no cooperarse entre sí, incluso si dicha medida va en contra del interés de ambas.
Fue desarrollado inicialmente por Merrill Flood y Melvin Dresher. Sin embargo, Albert Tucker lo formalizó con la frase “las recompensas penitenciarias” y lo bautizó con el nombre: “el dilema del prisionero», el año 1950.
Éste, es un interesante ejemplo matemático de problema de “suma no nula”. Donde, las técnicas de análisis de la teoría de juegos estándar determinan el equilibrio de Nash (artículo publicado en la revista PNAS – Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America, también, en 1950), el cual, establece que cada jugador puede llevar a escoger “traicionar al otro”, sin que se den cuenta que ambos jugadores obtendrían un resultado mucho más óptimo en conjunto si se colaborasen entre sí.
EL DILEMA DEL PRISIONERO CLÁSICO
La enunciación clásica relatada en los textos de economía sobre el “dilema del prisionero” es la siguiente:
“Hipotéticamente, la policía arresta a dos sospechosos. No hay pruebas suficientes para condenarlos y, tras haberlos separado, los visita a cada uno y les ofrece el mismo trato. Si uno confiesa y su cómplice no, el cómplice será condenado a la pena total, diez años, y el primero será liberado. Si uno calla y el cómplice confiesa, el primero recibirá esa pena y será el cómplice quien salga libre. Si ambos confiesan, ambos serán condenados a seis años. Si ambos lo niegan, todo lo que podrán hacer será encerrarlos durante un año por un cargo menor”.
En una matriz imaginaria de cuatro cuadrantes, las alternativas de respuestas más óptimas recaen sobre la cooperación conjunta donde, o “ambos lo confiesan todo” (primer cuadrante – seis años de prisión) o, “ambos prisioneros lo niegan todo” (cuarto cuadrante – un año de reclusión),
En dicha teoría, el resultado de cada elección dependerá de la decisión del cómplice. “Por desgracia, uno no conoce qué ha elegido hacer el otro. Incluso si pudiesen hablar entre sí, no podrían estar seguros de confiar mutuamente”, haciendo que las otras dos alternativas (cuadrantes 2 y 3, con diez años de prisión), sean las menos óptimas por la existencia de acusaciones entre ambos prisioneros y la de una “hipotética traición”.
PRISIONEROS DEL PODER POLÍTICO
Lara y Paz, están siendo prisioneros del poder político; han ingresado a un dilema y juego de encrucijadas sobre el manejo de la información y de la cooperación conjunta, ya que en poco tiempo se evidencia la falta de coordinación y de “confianza mutua”.
Claramente, se ven discrepancias de criterio entre los primeros mandatarios. El surgimiento de diversas acusaciones de poder (incluso de “traición”), podrían afectar a su entorno político y a su equipo de trabajo; haciendo que “la decisión de no cooperarse entre sí, vaya en contra de su “interés conjunto” (teoría de los juegos).
Si bien, en un inicio, hicieron esfuerzos para no mostrar sus diferencias; la población comenzó a percibir fracturas de entendimiento por la ausencia de comunicación entre mandatarios, desde las primeras semanas de gobierno.
El resultado (de estas sumas políticas “no nulas”, donde dos menos dos, no siempre es igual a cero), se ve reflejada, más que en una baja de popularidad, en un incremento de la desconfianza e incertidumbre de lo que podría pasar a futuro.
El dilema del prisionero, en la teoría matemática de los juegos, es interesante analogía a este encarcelamiento político entre Paz y Lara. Por el momento, pareciera que dichas autoridades se encuentran estancadas en los cuadrantes menos óptimos de la mencionada teoría, ya que no se dan cuenta, o no quieren darse cuenta, que ambos (jugadores – políticos), obtendrían un resultado mucho más óptimo si se “colaborasen entre sí”.
No está en duda su representatividad, ellos fueron ganadores democráticos de una elección presidencial. La sociedad en estas pocas semanas de gestión, está cuestionando la madurez política de sus acuerdos internos.
Asimismo, en esta analogía del dilema del prisionero, la “policía” está hipotéticamente representada por la población en su conjunto, la cual, espera respuestas y medidas profundas para la solución de las diferentes crisis, por demás conocidas (económica, de justicia, energética, institucional, entre otras no menos importantes).
Es cierto que en el transcurso de la historia boliviana ya hubo diferencias políticas y de entendimiento ante diversas circunstancias entre primeros mandatarios (Víctor Paz Estenssoro – Juan Lechín Oquendo (1964), Hernán Siles Zuazo – Jaime Paz Zamora (1984), Gonzalo Sánchez de Lozada y Carlos Mesa (2003); entre otros), sin embargo, no se había visto antes, que las diferencias salgan a la luz en tan corto tiempo y demuestren abiertamente su fragilidad comunicacional.
por: Fernando Durán V.
*Es Economista
Publicado por: La Voz de Tarija
Fuente de esta noticia: https://lavozdetarija.com/2025/11/26/la-teoria-de-los-juegos-y-el-dilema-del-prisionero-lara-y-paz-en-su-encrucijada-politica/
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