

Imagen Web
La campaña de Rafael Noya atraviesa su momento más crítico tras quedar al descubierto la difusión de una encuesta falsa, atribuida con engaño a la firma Consultoría e Investigación Suárez y Asociados S.A.S., una empresa reconocida por su rigurosidad técnica y credibilidad en estudios de opinión. Lo que parecía un intento desesperado por mostrar respaldo ciudadano terminó por convertirse en un escándalo que compromete gravemente su ética política y pone en entredicho la transparencia de su aspiración electoral.
La encuestadora, mediante un comunicado oficial, desmintió categóricamente haber realizado estudio alguno relacionado con intención de voto, análisis electoral o mediciones de favorabilidad en el Departamento del Magdalena. Señaló, además, que nunca ha tenido participación en los procesos atípicos que actualmente se desarrollan en esa región, dejando claro que el documento difundido por la campaña de Noya es completamente falso y surgido de una suplantación fraudulenta de su identidad corporativa.
La firma advirtió que el uso indebido de su nombre no solo engaña a la ciudadanía, sino que constituye una peligrosa amenaza al principio de transparencia que debe prevalecer en toda contienda electoral. La manipulación de información, subrayó, constituye una falta que afecta la confianza pública y altera deliberadamente la percepción del electorado. Por esta razón, la encuestadora informó que ya elevó la denuncia ante el Consejo Nacional Electoral y otras autoridades competentes, para que se investigue el origen del documento, se determinen responsabilidades y se sancione ejemplarmente a quienes resulten implicados.
Este episodio no pasó inadvertido entre analistas y líderes locales, quienes consideran que la maniobra refleja la evidente presión que enfrenta la campaña de Noya, al no contar con ninguna medición real que respalde su candidatura. Para muchos, este intento de fabricar apoyo mediante encuestas inventadas demuestra la falta de estructura, credibilidad y respaldo ciudadano, generando más dudas que confianza. Lo que intentó ser una estrategia para posicionarse, terminó por mostrar una fragilidad institucional que deja a su campaña en el centro de la controversia.
Expertos en opinión pública coinciden en que falsificar encuestas es una de las prácticas más dañinas para la democracia, porque busca influir emocionalmente en el elector a través de datos inexistentes, alterando su percepción sobre quién tiene verdaderas posibilidades. Esta manipulación deliberada puede distorsionar el voto consciente y libre, y es sancionable tanto moral como legalmente.
Consultoría e Investigación Suárez y Asociados S.A.S. insistió en su llamado a la ciudadanía a verificar siempre la procedencia y autenticidad de cualquier medición electoral, evitando caer en trampas informativas diseñadas para confundir o manipular. En tiempos de redes sociales, donde una mentira puede viralizarse más rápido que la verdad, la responsabilidad ciudadana y la verificación de fuentes son más importantes que nunca.
La campaña de Rafael Noya, marcada ahora por este episodio de credibilidad rota, enfrenta un escenario complejo donde deberá explicar no solo la difusión de un contenido falso, sino también la intención detrás de su publicación. La confianza, una vez rota, no se recupera con encuestas falsas, sino con transparencia, coherencia y respeto por los valores democráticos.
carloscastaneda@prensamercosur.org
