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En medio de la inauguración del Multicampus Universitario de La Ladera, el presidente Gustavo Petro pronunció un discurso que rápidamente trascendió fronteras. Con tono firme y evocando la defensa de la soberanía nacional, el mandatario respondió a las acusaciones provenientes de voces políticas en Estados Unidos, entre ellas las del expresidente Donald Trump y el senador Marco Rubio, quienes, según Petro- han intentado vincularlo sin fundamento alguno con el narcotráfico para desprestigiar su gobierno y debilitar el primer mandato progresista en la historia de Colombia.
Petro cuestionó abiertamente los señalamientos: “¿Por qué me llama narcotraficante el señor Trump? ¿Por qué me calumnia?”. Con esa frase, no solo rechazó la narrativa en su contra, sino que también la calificó de estrategia política destinada a interferir en los asuntos internos del país. Para demostrar su transparencia, aseguró haber puesto a disposición pública todas sus cuentas bancarias desde 2022, invitando a cualquiera a verificar que sus ingresos provienen exclusivamente de su salario presidencial.
En un momento que marcó la intensidad del discurso, advirtió: “Si me quieren poner la pijama naranja, inténtenlo”, haciendo referencia a los uniformes carcelarios estadounidenses, y dejando claro que está dispuesto a enfrentar cualquier proceso cuando termine su mandato. No como un acto de desafío personal, sino como una defensa del principio de que la democracia colombiana no puede estar sujeta a presiones ni condicionamientos externos.
El presidente también denunció que algunos sectores políticos nacionales habrían viajado a Estados Unidos para promover acciones en su contra, incluyendo solicitudes para ser encarcelado o incluido en listas de personas vinculadas con el narcotráfico. Señaló que estos esfuerzos habrían contado con recursos y lineamientos encaminados a influir en procesos electorales colombianos, una situación que consideró una amenaza directa a la soberanía y a la autonomía democrática del país.
Con énfasis, recalcó que Colombia “no se arrodilla” ante ninguna potencia extranjera, y que la dirección política del país no se decidirá ni en Washington ni en ninguna otra capital del mundo, sino exclusivamente en las urnas colombianas. Recordó que el respeto al voto libre, la transparencia institucional y la soberanía electoral son pilares que su gobierno defenderá con todas las herramientas legales e institucionales a su alcance.
Cerró su intervención con un llamado a la dignidad nacional y a la protección de la democracia, asegurando que cualquier intento de injerencia extranjera será denunciado y enfrentado con firmeza. Su mensaje resonó entre los asistentes: más allá de un discurso político, fue una declaración de independencia, una reafirmación de que Colombia decide por sí misma y no por mandato ajeno.
carloscastaneda@prensamercosur.org
