

El universo está entrando en una fase más fría y silenciosa. Un nuevo estudio basado en el análisis de 2.6 millones de galaxias confirma que la creación de estrellas ha disminuido drásticamente y que el cosmos ya no tiene la energía que solía poseer. Para quienes sienten curiosidad por el espacio, la física y el origen de todo lo que existe, este hallazgo es una dosis potente de realidad: vivimos en un universo que ya pasó su mejor momento luminoso y ahora se dirige, lentamente, hacia un futuro más oscuro.
El universo se está enfriando: ¿qué está pasando realmente?
El estudio utilizó datos del telescopio Euclid y del satélite Herschel, combinando observaciones en luz visible e infrarrojo lejano para obtener una lectura precisa del polvo galáctico. Ese polvo funciona como una especie de “termómetro cósmico”, ya que su temperatura indica cuánta actividad estelar ocurre en una galaxia. El resultado general es contundente: hoy, el polvo es alrededor de 10 grados más frío que hace 10 mil millones de años.

Esta disminución significa que hay menos estrellas jóvenes calentando el entorno, y por lo tanto, menos procesos de creación de nuevas estrellas. Según Douglas Scott, cosmólogo y coautor del estudio, esta tendencia marca la entrada a una era donde el universo continuará enfriándose y perdiendo actividad. “El universo será más frío y más muerto a partir de ahora”, declaró.
Un cosmos lleno de secretos… y cada vez menos fuego estelar
El polvo interestelar es uno de los elementos clave del ciclo de vida de las galaxias. Proviene de estrellas que nacen, brillan y explotan, liberando materiales que luego sirven para construir nuevas generaciones estelares. En las galaxias con alta actividad este proceso produce un polvo más caliente; en cambio, cuando las estrellas dejan de nacer, el polvo se enfría y la galaxia entra en una especie de envejecimiento energético.

Ryley Hill, autor principal del estudio, explicó que gracias a la precisión de Euclid ahora se puede medir esta temperatura con tanta exactitud que ya no quedan dudas: hay menos polvo caliente, menos actividad estelar y menos energía disponible. Esto significa que el universo vive una etapa avanzada de su evolución, más cercana a una “madurez tardía” que a un ciclo de expansión creativa.
¿Por qué el universo está “empeorando”… y por qué importa?
Aunque estos cambios no afectan nuestra vida diaria, sí transforman la forma en la que comprendemos la historia y el destino del cosmos. Saber que la formación estelar ha disminuido permite descubrir qué tan especial es el momento en el que existimos: aún hay estrellas activas, aún hay calor, aún hay química suficiente para sostener planetas como el nuestro. Eso no será cierto para siempre.

Este tipo de estudios también redefine preguntas esenciales de la astrofísica. Menos estrellas significa menos oportunidades para que surjan nuevos sistemas solares y menos lugares potenciales donde pueda aparecer vida. Además, comprender este enfriamiento ayuda a proyectar cómo serán las galaxias dentro de miles de millones de años y a construir modelos más precisos sobre el destino final del universo.
¿Qué significa este “futuro oscuro” para la ciencia… y para nosotros?
Para la comunidad científica, estos datos representan una pieza clave del rompecabezas cósmico. Ahora se pueden modelar con mayor precisión escenarios sobre el final de la creación estelar, estimar cuándo llegará el “apagado” definitivo y evaluar cómo evolucionarán las galaxias en un universo cada vez más frío. También abre nuevas líneas de investigación sobre los ciclos galácticos, la materia interestelar y los límites de la habitabilidad en el cosmos.

Para cualquier persona interesada en el universo, este descubrimiento cambia la perspectiva desde la cual miramos el cielo. No es solo un paisaje inmenso lleno de puntos brillantes: es un sistema vivo que también envejece. Saber que habitamos una etapa tardía (pero aún activa) del cosmos puede hacer que cada estrella visible parezca más valiosa, más rara y más temporal.

El universo se está enfriando, sí, pero seguimos siendo parte de una época luminosa dentro de un ciclo gigantesco. Entender su historia nos recuerda que incluso la inmensidad tiene límites y ritmos. ¿Cómo se siente saber que vivimos en el eco tardío del brillo cósmico?
Carolina Gutiérrez Argüelles
Fuente de esta noticia: https://ecoosfera.com/cosmos/estudio-universo-peor-etapa-menos-estrellas/
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