La triple estrella Apep ha revelado una estructura tan compleja que parece salida de otro universo: cuatro espirales de polvo formadas durante siete siglos por dos rarísimas estrellas Wolf-Rayet y un supergigante que interactúan en un sistema casi imposible de replicar. Gracias a nuevas observaciones en el infrarrojo, hoy se sabe que estos tres astros viven en una tensión constante, moldeando el espacio a su alrededor con vientos extremos, cavidades talladas en el polvo y un ciclo orbital tan largo que no se repite en ningún otro sistema conocido.
El misterio de la triple estrella Apep
Apep está compuesto por dos estrellas Wolf-Rayet (de 10 a 20 veces la masa del Sol) que orbitan entre sí cada 190 años, un periodo extraordinariamente largo en comparación con los sistemas similares. Sus vientos colisionan durante unos 25 años en cada acercamiento, generando densas capas de carbono que se expanden hacia el exterior como anillos concéntricos. Estas estructuras permiten reconstruir la historia reciente del sistema y entender cómo evoluciona una estrella en sus últimas etapas.
Las observaciones también muestran que las Wolf-Rayet se encuentran en un momento crítico de su vida, expulsando materia a velocidades tan altas que dejan al descubierto sus núcleos enriquecidos en helio, nitrógeno y carbono. Son estrellas que viven rápido y mueren temprano, y Apep es uno de los mejores ejemplos de su comportamiento extremo.
Espirales de polvo que registran 700 años
Las cuatro espirales detectadas corresponden a cuatro encuentros cercanos entre las Wolf-Rayet durante los últimos siete siglos. Cada una guarda información sobre la velocidad, la densidad y la composición del polvo expulsado, funcionando como un archivo físico del pasado del sistema. La precisión con la que estas espirales se conservan permite analizar cómo interactúan los vientos estelares en un entorno tan complejo.
La forma simétrica de las estructuras contrasta con el caos que se esperaría de un sistema tan energético. Esto indica que el polvo no se dispersa al azar, sino que sigue patrones definidos por la dinámica orbital y por las colisiones repetitivas entre las estrellas. Para los astrónomos, Apep es una oportunidad única de estudiar cómo el polvo interestelar se forma y se organiza en condiciones extremas.
El papel del tercer supergigante
El tercer componente de Apep, una estrella supergigante entre 40 y 50 masas solares, talla una cavidad visible en todas las espirales, generando un “funnel” o hueco constante entre las posiciones de las 10 y las 2 en punto. Esta marca persistente confirma que su influencia ha estado presente durante siglos y que sus propios vientos compiten con los de las Wolf-Rayet, modificando la morfología del polvo expulsado.
A diferencia de las dos estrellas internas, este supergigante mantiene una órbita más amplia y lenta, pero su masa domina gran parte de la estructura externa. Su papel es clave para entender por qué las espirales tienen esa forma tan particular, con cortes limpios que no se habían observado en otros sistemas polvorientos.
Un sistema destinado a explotar
Las tres estrellas de Apep están condenadas a terminar sus vidas como supernovas, pero en secuencias y magnitudes distintas. Las Wolf-Rayet podrían producir estallidos de rayos gamma, uno de los fenómenos más energéticos del universo, mientras que el supergigante probablemente dejará un remanente de estrella de neutrones. Este destino convierte al sistema en un laboratorio natural para estudiar la muerte de estrellas masivas y la formación de agujeros negros y remanentes compactos.
Comprender a Apep también ayuda a anticipar cómo estos eventos moldean el entorno galáctico, enriqueciendo el medio interestelar con elementos pesados y generando ondas de choque que influirán en futuras generaciones de estrellas.
La triple estrella Apep es una de las estructuras más extraordinarias que se han observado en la Vía Láctea: un sistema que combina espirales perfectas, vientos violentos y ciclos orbitales que desafían casi todo lo conocido sobre la vida y la muerte de las estrellas más masivas. Al revelar siglos de historia en un solo conjunto de imágenes, Apep nos recuerda que cada rincón del cosmos guarda procesos que aún estamos lejos de comprender por completo. ¿Cuántos sistemas como este seguirán ocultos entre el polvo interestelar?
Carolina Gutiérrez Argüelles
Fuente de esta noticia: https://ecoosfera.com/cosmos/imagen-triple-estrella-apep-espirales/
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