

Nuevo campus Universitario Subregional de Plato Magdalena Colombia
En la vasta planicie donde el río Magdalena traza sus surcos de historia y memoria, donde antes los jóvenes debían elegir entre migrar o renunciar a sus sueños académicos, hoy se levanta una estructura que redefine el destino del territorio: el Campus Universitario Subregional de Plato. Una obra que no solo representa ladrillos, aulas y tecnología. Representa dignidad, justicia social y esperanza. Representa la llegada de la educación como presencia real del Estado en los lugares donde la ausencia fue histórica.
Este campus no es un hito aislado. Forma parte de una estrategia integral que ha transformado el Magdalena en referente nacional e internacional de innovación educativa y descentralización territorial. Durante años, este departamento fue visto como zona periférica, lejos de las prioridades nacionales. Hoy, gracias a una visión pública enfocada en la equidad y la inclusión, se ha convertido en un laboratorio vivo para demostrar que la educación sí puede llegar al territorio, que sí puede construirse un modelo académico desde la periferia hacia el centro, y no solo al revés.
───── «La educación digna transforma territorios y devuelve esperanza» ─────
La Gobernación del Magdalena impulsó este proyecto bajo un principio claro: la infraestructura educativa no es un lujo, es un derecho. Por eso, diseñó un sistema de Campuses Universitarios regionales, concebidos para las necesidades reales de los territorios, con identidad local, pertinencia cultural y visión internacional. No se trata de copiar modelos, sino de crear uno propio, uno que nazca desde el territorio y que tenga como propósito disminuir las brechas, sembrar conocimiento y evitar el éxodo intelectual.
El Campus de Plato fue concebido como un ecosistema formativo completo. No es solo un espacio para estudiar; es un lugar para pensar, investigar, crear, innovar y convivir. Cuenta con aulas modernas, laboratorios de robótica, salas TIC, biblioteca, auditorio, comedor, zonas deportivas, espacios para investigación aplicada y áreas diseñadas para incubadoras de emprendimiento. Más de 4.500 estudiantes de Plato, Zambrano, Arjona, Mompox, San Sebastián, El Banco, Santa Ana y otras zonas históricamente olvidadas podrán estudiar sin abandonar su tierra, sin renunciar a su identidad.

Este campus no mira solo al presente. Mira al futuro. Ha sido diseñado para conectarse con universidades nacionales e internacionales, para fomentar movilidad estudiantil, programas bilingües, formación técnica y profesional, investigación agrícola, turismo sostenible y desarrollo tecnológico. Es la materialización de la idea de que el conocimiento puede nacer en cualquier lugar, incluso en los territorios que durante años fueron llamados “márgenes”.
───── «La educación no solo abre puertas, abre destinos posibles» ─────
La estrategia ejecutada por la Gobernación del Magdalena no se limitó a construir infraestructura. Se estructuró una política pública robusta, con visión de largo plazo, amparada en criterios de inclusión, tecnología, innovación y sostenibilidad. Fue así como nació el primer Campus Universitario Subregional en El Banco, una promesa esperada durante más de 100 años por las comunidades del sur del Caribe. Luego inició la construcción de la sede en Ciénaga. Y ya están estructurados los proyectos de Santa Ana, Aracataca y Buritaca, en Santa Marta.
Cada campus está pensado para generar impacto en su entorno inmediato: desarrollo económico, formación técnica y profesional, participación comunitaria y prevención del desplazamiento forzado. Porque en estos territorios, estudiar no es solo un acto académico. Es una forma de resistir, de permanecer y de construir paz.

Las cifras confirman la transformación. Con la puesta en marcha de los campus, la cobertura de educación superior del Magdalena subirá del 36.8% al 40% en 2025, y podría alcanzar un 59% en 2030, superando el promedio nacional proyectado. El índice de tránsito de secundaria a universidad crecerá del 40.7% al 49.5%, incorporando cerca de 10,000 nuevos estudiantes al sistema universitario. Pero más allá de las cifras, estos campus representan algo más profundo: representan la ruptura del ciclo de abandono.
───── «Un territorio cambia cuando apuesta por el conocimiento de sus jóvenes» ─────
Hoy, organismos internacionales, centros académicos y entidades de cooperación miran al Magdalena como un caso de estudio. ¿Cómo un departamento históricamente rezagado logró estructurar un modelo educativo territorializado, con participación comunitaria, sostenibilidad financiera y proyección global? La respuesta es simple, pero poderosa: planificación, voluntad pública y continuidad administrativa.
Porque transformar la educación no es un acto de gobierno, es un acto de territorio. No pertenece a una administración, sino a generaciones. No se mide solo en inauguraciones, sino en destinos transformados.
Hoy, Plato no inaugura un edificio. Inaugura un futuro. El Magdalena no construye infraestructura: construye esperanza. Y el Caribe colombiano demuestra que el conocimiento también puede ser rural, fluvial, comunitario y profundamente humano.
Porque un campus universitario en Plato no es solo una obra pública.
Es la declaración de que el futuro, finalmente, llegó al territorio.
carloscastaneda@prensamercosur.org
