

La industria creativa brasileña vive un momento dulce y, a la vez, desafiante: crece, se diversifica y gana peso en el PIB, mientras refuerza su papel social como motor de inclusión y empleo. En un mundo donde la creatividad es un insumo económico de primer orden, Brasil combina políticas públicas, talento y glocalización para acelerar su transformación y escalar en el concierto internacional.
Este ecosistema se alimenta de actividades basadas en el conocimiento —diseño, moda, audiovisual, música, publicidad, arquitectura, educación, nuevas tecnologías y más—, generando valor a partir de derechos de autor, marcas y patentes. Según las referencias recopiladas, la economía creativa representa ya el 3,59 % del PIB brasileño en 2023 y suma más de 1,26 millones de empleos formales; otras fuentes señalan una contribución del 2,91 % del PIB y más de 43.000 millones de dólares anuales, mostrando distintas metodologías y periodos de medición que, en conjunto, apuntan a una trayectoria ascendente.
Qué abarca la economía creativa y por qué importa
La economía creativa se entiende como el conjunto de actividades económicas fundamentadas en el capital intelectual, la innovación y la creación de valor simbólico y cultural. Incluye, entre otras, diseño, arquitectura, publicidad, nuevos medios, artes plásticas, cine, joyería, música y museos, configurando un tejido productivo con fuerte capacidad de generar empleo, atraer exportaciones y fomentar identidad.
En el plano global, los datos sitúan su impacto en torno al 3,1 % del PIB mundial y el 6,2 % del empleo, con los sectores creativos y culturales dando trabajo a cerca de 50 millones de personas, sobre todo jóvenes de 15 a 29 años. Además, de acuerdo con estimaciones internacionales, en 2024 su crecimiento duplicó al de las industrias tradicionales y el valor del mercado de productos creativos alcanzó aproximadamente 2,9 billones de dólares, con potencial de superar los 4,3 billones para 2033.
En comercio exterior, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) indica que los bienes creativos supusieron cerca del 3 % del total exportado y los servicios creativos el 21 % del total de servicios, una señal clara de que la creatividad es un vector de competitividad transversal a múltiples cadenas de valor.
Ejemplos de ámbitos creativos presentes en la vida económica cotidiana son muy diversos y abarcan tanto actividades tradicionales como digitales, lo que facilita el cruce entre cultura, tecnología y servicios de alto valor añadido. Esta mezcla es la que, con intensidad creciente, favorece la transformación productiva y el desarrollo social.
- Diseño y moda
- Publicidad, marketing y medios
- Audiovisual, cine y música
- Arquitectura, artes y patrimonio
- Tecnología creativa y nuevos medios
Brasil: cifras actualizadas y peso en el PIB
Las últimas estimaciones del mapeo sectorial indican que la Industria Creativa representa el 3,59 % del PIB de Brasil. En 2023 se cuantificó una generación de R$ 393,3 millones y más de 1,26 millones de profesionales formales, con un crecimiento del empleo del 6,1 % (casi el doble de la media nacional del 3,6 %). Otras fuentes reportan que las industrias creativas ya aportan el 2,91 % del PIB y más de 43.000 millones de dólares al año, cifras que pueden obedecer a metodologías diferentes, pero todas coinciden en la consolidación del sector.
Territorialmente, destacan las economías regionales de São Paulo (5,3 % de participación creativa en su PIB), Río de Janeiro (5,2 %), Distrito Federal (4,9 %) y Santa Catarina (4,2 %), todas por encima de la media del país. La región Sudeste concentra el 61,1 % de los empleos creativos, muy por encima del 48,2 % que representa en el empleo formal total, lo que confirma la intensidad creativa de sus clusters urbanos y productivos.
El avance de largo recorrido también es relevante: desde 2004, cuando el sector sumaba apenas el 2,09 % del PIB, se ha incrementado su peso y diversidad. Este dinamismo se ve apuntalado por políticas públicas específicas, una mayor articulación institucional y una creciente demanda de servicios culturales y tecnológicos en todo el territorio.
Asimismo, el informe constata que un volumen notable de profesionales creativos trabaja en actividades cuyo core no es ‘creativo’: más de un millón de personas desempeña roles creativos en manufactura, alimentación, textil o metalmecánica, lo que subraya la transversalidad del diseño, la comunicación y el contenido digital en la competitividad industrial.
Políticas públicas, programas e instituciones que marcan la diferencia
Brasil ha desplegado instrumentos de apoyo que han ido madurando con el tiempo. Programas como Lei Rouanet y Cultura Viva facilitan incentivos, financiación y capilaridad territorial; a esto se suman iniciativas contra la piratería, la creación de un fondo nacional de cultura y la inversión en educación y oportunidades para ciudades pequeñas, donde la cultura contribuye a cohesión social y desarrollo local.
En un reciente espacio de debate en la sede de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) participaron varias autoridades de Brasil y España: Mariano Jabonero (OEI), Jorge Viana (APEX), Orlando Leite (Embajada de Brasil en España), Márcio Tavares (Viceministro de Cultura de Brasil), así como Raphael Callou (OEI), Santiago Pellón (AECID), José Andrés Torres Mora (Acción Cultural Española) y Eudald Espluga i Casademont (Secretaría de Estado de Cultura de España). Las intervenciones coincidieron en la necesidad de infraestructuras culturales periféricas, educación inclusiva y una defensa sólida de los derechos de autor y la propiedad intelectual.
De hecho, se subrayó que la protección insuficiente de la propiedad intelectual ha debilitado la sostenibilidad de muchas iniciativas, por lo que urge reforzar la cadena de valor del creador. El viceministro Márcio Tavares destacó que Brasil alcanzó un récord de fondos públicos para películas y series en 2023, y que uno de los objetivos prioritarios es duplicar el número de salas de cine mediante proyectos como Territórios da Cultura, con apoyo de Petrobras.
La dimensión internacional también estuvo sobre la mesa: según Jorge Viana, el sistema multilateral pasa por una fase de debilitamiento, pero eso abre espacios para cooperación inteligente. Por su parte, Eudald Espluga defendió que la cultura cuente con un Objetivo de Desarrollo Sostenible específico y anunció la creación de una oficina de propiedad intelectual con rango autónomo en España, junto con comisiones de trabajo ante el Mondiacult que el país ibérico acogerá en 2025.
Sectores clave: Consumo, Medios, Cultura y Tecnología
El mapeo de la Industria Creativa en Brasil ordena el sector en cuatro grandes áreas con 13 segmentos: Consumo, Medios de Comunicación, Cultura y Tecnología. En ellas se agrupan desde el diseño y la moda hasta la publicidad y el audiovisual, pasando por la música y los servicios tecnológicos intensivos en creatividad.
La mayoría de los profesionales formales se concentran en Consumo y Tecnología, que superan conjuntamente el 85 % del empleo creativo. No obstante, el área de Cultura fue la que experimentó el mayor crecimiento relativo en el último año (10,4 %), reflejando el empuje de proyectos culturales, festivales y producción audiovisual que, a su vez, alimentan cadenas de valor como el turismo o el transporte.
Un aspecto transversal a destacar es la ‘contaminación positiva’ del resto de industrias. El diseño de producto en manufactura, la comunicación digital en el sector alimentario o el branding en el textil ejemplifican cómo las capacidades creativas elevan la diferenciación, mejoran la experiencia de cliente y fortalecen la competitividad exportadora.
Este cruce de disciplinas también acelera la innovación en pequeñas y medianas empresas. Desde procesos de prototipado más ágiles hasta estrategias de marca global con identidad local, la creatividad se ha vuelto un componente estratégico, con efectos de derrame sobre empleo, ingresos y reputación de país.
Brasil en el ecosistema BRICS+: contexto, comparativas y aprendizajes
La cooperación en el marco BRICS y BRICS+ abre un campo fértil para el intercambio de contenidos, coproducciones y plataformas tecnológicas compartidas. Según algunos análisis, la economía creativa mundial podría alcanzar el 10 % del PIB global en 2030, lo que sitúa a este bloque ante la oportunidad de construir un mercado interconectado de bienes y servicios creativos.
En China, las políticas públicas impulsan el sector desde 2001 mediante incentivos fiscales, subvenciones y centros de formación. La participación de la economía creativa en su PIB ronda el 4,56 %, con exportaciones creativas cercanas a 220.000 millones de dólares. El país transita del ‘hecho en China’ a la ‘producción intelectual en China’, combinando tradición e innovación.
Rusia, por su parte, aspira a llevar la economía creativa al 6 % del PIB; de momento, se sitúa en el 4 %, equivalente a unos 7,5 billones de rublos (aprox. 92.150 millones de dólares). Su enfoque potencia las pequeñas ciudades y zonas rurales, donde la identidad local es una ventaja en mercados globales. Analistas hablan del ‘nuevo petróleo’ para referirse al auge previsto de marcas locales, la vuelta de profesiones creativas y avances en informática.

En los Emiratos Árabes Unidos, una ‘visa cultural’ de 10 años para artistas, músicos y curadores, junto con 22 zonas francas orientadas a industrias creativas, ha convertido al país en hub cultural de Oriente Medio. Es el primer exportador de productos creativos entre los países en desarrollo, con 9.100 millones de dólares, y su economía creativa ya representa el 2,9 % del PIB, con meta del 5 % para 2031.
India destaca como polo de cine, animación y efectos visuales. La cuota del país en el mercado global de animación y VFX podría pasar del 10 % al 25 % para 2030, generando entre 75.000 y 125.000 empleos. Además, por cada puesto en la industria cinematográfica se crean, de media, 3,7 empleos adicionales en sectores conexos. Con unos 13.800 millones de dólares en exportación de productos creativos, su economía creativa aporta el 1,5 % al PIB, un margen de mejora enorme.
Para Brasil, el intercambio con países BRICS trae aprendizajes útiles: más y mejores incentivos, articulación de hubs, formación especializada y plataformas de distribución conjuntas. Incluso se ha planteado la creación de un servicio de streaming cooperativo, capaz de modelar una escena cultural global más diversa y equilibrada.
Glocalización: pensar en global, actuar desde lo local
La tendencia a la glocalización, frente a la globalización homogénea, preserva las identidades y tradiciones regionales a la vez que fomenta el intercambio cultural. Así, audiencias criadas con productos ‘mainstream’ buscan ahora historias locales propias, y los creadores brasileños encuentran un terreno fértil para generar contenidos con sello de origen y proyección internacional.
Esta lógica se plasma en iniciativas de cooperación cultural como el Festival Internacional de Escuelas de Teatro de los países BRICS, primera plataforma innovadora de intercambio intercultural entre universidades teatrales del bloque. Además, el auge del streaming ha transformado con rapidez el audiovisual, multiplicando las ventanas de exhibición para contenidos brasileños.
Expertos como Guillermo Rocafort Pérez y Marcelo Barboza Duarte coinciden en que la glocalización no excluye el intercambio, sino que lo enriquece. Para Brasil, esta dinámica supone mayores oportunidades de coproducción, exportación de servicios creativos y atracción de inversión, con efectos positivos sobre empleo cualificado y diversidad cultural.
Mercado laboral, formación y capital humano
El talento es el núcleo de la economía creativa. La evidencia disponible apunta a que Brasil concentra una masa crítica de profesionales en Consumo y Tecnología, mientras el área de Cultura acelera su crecimiento. Al mismo tiempo, más de un millón de creativos aportan valor en sectores no creativos, un dato que invita a reforzar competencias digitales, gestión de derechos y propiedad intelectual.
Las políticas formativas y los incentivos para perfeccionamiento profesional son claves para mantener la curva de crecimiento. La experiencia de China con centros de formación y la apuesta india por VFX ofrecen hojas de ruta que Brasil puede adaptar, con énfasis en capacidades técnicas, gestión de proyectos, monetización y exportación.
Desde el punto de vista territorial, la apuesta por ciudades pequeñas y medianas, como ocurre en Rusia, encaja con las líneas de Brasil para expandir infraestructura cultural y ampliar audiencias. El plan de duplicar salas de cine es un paso concreto que, en paralelo, requiere fortalecer circuitos de exhibición, festivales y redes de distribución.
Oportunidades estratégicas para Brasil
Varias palancas pueden acelerar el despegue: la consolidación de APEX como agente promotor de exportaciones creativas; la ampliación del acceso a financiación a través de Lei Rouanet y Cultura Viva; y la cooperación BRICS para coproducciones, formación y plataformas digitales compartidas.
La demanda global de contenidos audiovisuales, videojuegos, diseño de experiencia y servicios creativos avanzados ofrece una ventana de oportunidad especialmente atractiva. En paralelo, el reposicionamiento de marcas con identidad local y criterios ESG puede diferenciar oferta brasileña en mercados maduros y emergentes, impulsando la balanza de servicios.
La potencia transversal del sector —que ya se percibe en manufactura, alimentos, textil o metalmecánica— invita a incorporar la creatividad en las estrategias de agregación de valor de las cadenas productivas. Esto implica, entre otras cosas, potenciar diseño, branding, UX y contenido como ejes de la transformación industrial 4.0.
Retos a resolver: propiedad intelectual, infraestructura y gobernanza
Para consolidar el salto de escala, Brasil debe afinar la protección de derechos de autor y propiedad intelectual, un punto que distintos actores califican como el principal escollo de los últimos años. A esto se suma la necesidad de mejorar la coordinación multiactor —público, privado y sociedad civil— para orientar mejor los incentivos y evitar duplicidades.
El déficit de salas de cine y de equipamientos culturales en áreas periféricas exige inversiones sostenidas y una gobernanza que garantice sostenibilidad económica. La expansión de circuitos de exhibición y modelos mixtos de financiación puede generar efectos multiplicadores en turismo, hostelería y movilidad, como muestra la evidencia internacional con ratios de empleos indirectos muy significativos.
Por último, la creación de marcos regulatorios estables y la incorporación de la cultura a las agendas de desarrollo —incluida la propuesta de un ODS específico— alinearían políticas de innovación, educación e inclusión con el potencial real del sector, reforzando su aportación a la cohesión social y a la competitividad de Brasil.

Eventos, referencias y ecosistema de apoyo
El debate en la OEI, con la participación de autoridades y expertos de Brasil y España, subrayó la urgencia de mantener la cultura como eje transversal de la Agenda 2030 y de aprovechar mejor los espacios multilaterales de cooperación. Además, se destacó la próxima celebración del Mondiacult en España en 2025 y la creación de una oficina de propiedad intelectual con rango autónomo.
Entre las referencias consultadas y los materiales de apoyo, se incluyen informes y recursos descargables sobre el sector creativo, así como créditos fotográficos diversos utilizados en la documentación pública. En esos materiales aparecen, entre otros, Pict Rider, Ekaterina Chizhevskaya, Dilok Klaisataporn, Igor Kutyaev, Britus, dabldy e iStock, junto con equipos de investigación y edición brasileños que han contribuido a visibilizar datos, historias y archivos del ecosistema cultural.
Mirando el conjunto, la industria creativa brasileña ha pasado de ser una promesa a convertirse en un engranaje sólido del tejido productivo: aporta entre 2,91 % y 3,59 % del PIB según las fuentes, lidera el crecimiento del empleo formal por encima de la media nacional, exhibe clusters potentes en el Sudeste y expande su huella hacia el interior. Con programas como Lei Rouanet y Cultura Viva, el impulso a la exhibición cinematográfica, una agenda de propiedad intelectual más robusta y la cooperación BRICS en contenidos y tecnología, Brasil tiene sobre la mesa una oportunidad clara para multiplicar exportaciones creativas, atraer inversión y afianzar su identidad cultural en una economía global cada vez más glocal, digital y diversa.
Alicia Tomero
Fuente de esta noticia: https://www.postposmo.com/industria-creativa-brasilena-sectores-clave-cifras-y-oportunidades/
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