Hay tres focos activos en el escenario político sudamericano, que centran la atención de la prensa de la región y han hallado también espacio en los medios de habla alemana. Se trata de la difícil situación que se vive en Brasil, Perú y Bolivia.
En Brasil se lleva a cabo una investigación sobre quienes orquestaron y apoyaron el intento de golpe de Estado por parte de los bolsonaristas que irrumpieron en el Palacio de Planalto, el Tribunal Supremo y el Congreso de Brasil, en la capital, Brasilia el pasado 8 de enero. Mientras, en Perú, ya se registran 49 muertos en medio de los enfrentamientos derivados de la destitución del ahora expresidente Pedro Castillo. Y, en Bolivia, la lucha interna en el MAS, partido gobernante, hace que la inestabilidad política aumente.
Brasil después de Bolsonaro
Debido a la gravedad de los hechos, medios alemanes han dedicado espacio a lo que está pasando en Brasil. El diario Tagespiegel se refiere a los paralelismos que pueden establecerse con lo ocurrido en el Capitolio en Estados Unidos luego de la derrota de Donald Trump:
“Poco después del segundo aniversario del asalto al Capitolio estadounidense, los partidarios radicales del perdedor electoral populista de derechas Jair Bolsonaro repiten los excesos antidemocráticos protagonizados por la turba enfurecida de violentos seguidores de Trump, el 6 de enero de 2021. Una vez más, la Policía a cargo no está presente con la fuerza suficiente para proteger la profanación del Parlamento y símbolo de la democracia. Aunque hubo suficientes señales de advertencia”.
En el mismo medio, se advierte sobre la fragilidad de la democracia y del actual presidente Lula da Silva: “Su estrecha victoria en 2022 no significa una rehabilitación. Los brasileños lo veían como el mal menor frente a Bolsonaro(…). Los éxitos de los partidos populistas de derechas no surgen de la nada. A menudo son el resultado de la reacción de los votantes ante errores o incluso faltas de las fuerzas de centro-izquierda”.
Países andinos al límite
Tanto Perú como Bolivia enfrentan un complejo escenario. El portal de Redaktionsnetzwerk Deutschland (RND) destaca que, en el caso de Perú, “Boluarte, que llegó al poder por la puerta de atrás de una moción de censura, carece de una legitimidad democrática convincente para un mandato que vaya más allá de la organización de nuevas elecciones. Con cada nueva muerte en las calles de Perú, aumenta la probabilidad de que Boluarte pueda unirse pronto a Castillo (investigado por intento de golpe de Estado) en prisión preventiva. La única salida viable son unas nuevas elecciones rápidas, transparentes y supervisadas internacionalmente”.
En cuanto a Bolivia, el Stuttgarter Zeitung destaca el enrevesado y complicado estado en que se encuentra el partido MAS, que gobierna el país. Al respecto, escribe que “es probable que la lucha interna de Evo Morales (expresidente boliviano) con sus compañeros del partido socialista MAS y el presidente Luis Arce le afecte. Los dos líderes se enzarzan en una lucha de poder bastante intensa y ponen al partido a prueba”.
Colombia de anexo
Para completar el panorama latino por estos días, se hace referencia a lo que ocurre en Colombia y la lucha del presidente Gustavo Petro contra el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
El diario Tagespiegel destaca que Petro: “electrizó a la opinión pública con un tuit anunciando un alto el fuego con los grupos armados más importantes, incluida la guerrilla del ELN. La alegría fue tan grande como los elogios de todas partes. Pero al petardo de Año Nuevo le siguió una resaca. Los guerrilleros del ELN, según sus propias declaraciones, no sabían nada al respecto, o al menos no lo que Petro anunció. Mientras tanto, la situación empeora”.
DW.
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