El dolor de espalda, el cuello rígido o las contracturas persistentes son algunos de los motivos más frecuentes de consulta médica. En los últimos años ha crecido el interés por las terapias complementarias que buscan aliviar estas molestias sin recurrir a medicamentos. Entre ellas, la quiropráctica ocupa un lugar destacado. Sin embargo, todavía existe cierta confusión sobre qué es un quiropráctico, cómo trabaja y en qué se diferencia de un osteópata o un fisioterapeuta.
La quiropráctica se define como una disciplina sanitaria que se centra en la relación entre la columna vertebral y el sistema nervioso, con el objetivo de mantener o restablecer la salud mediante ajustes manuales. Su enfoque no se limita a tratar el dolor, sino a mejorar el equilibrio general del cuerpo, ayudando al organismo a funcionar correctamente.
Qué es un quiropráctico
Un quiropráctico es un profesional sanitario especializado en la prevención, diagnóstico y tratamiento de los trastornos del sistema neuromusculoesquelético, especialmente los relacionados con la columna vertebral. Su trabajo se basa en la idea de que una buena alineación vertebral permite al sistema nervioso central funcionar sin interferencias, mejorando así la capacidad del cuerpo para autorregularse.
El término proviene del griego cheir (mano) y praktikós (práctico), lo que refleja el carácter manual de esta disciplina. Los ajustes quiroprácticos se realizan con las manos, aplicando una presión controlada sobre las articulaciones, principalmente de la columna, con el fin de corregir desalineaciones o bloqueos llamados subluxaciones vertebrales.
Estos bloqueos pueden causar tensión muscular, dolor o alteraciones nerviosas. El objetivo del quiropráctico es restaurar la movilidad normal de las articulaciones y mejorar la comunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo.
Qué es la quiropráctica
La quiropráctica es una profesión sanitaria reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que la define como una disciplina centrada en el diagnóstico, tratamiento y prevención de trastornos mecánicos del sistema musculoesquelético y sus efectos sobre la salud general.
El principio fundamental de la quiropráctica es que el cuerpo tiene la capacidad natural de autocurarse, siempre que el sistema nervioso funcione correctamente. Los ajustes quiroprácticos buscan eliminar las interferencias que impiden ese funcionamiento óptimo.
Aunque se asocia comúnmente al tratamiento de dolores de espalda y cuello, la quiropráctica también puede ayudar en casos de:
- Dolor lumbar o ciática.
- Cervicalgias y tortícolis.
- Dolores de cabeza tensionales.
- Problemas posturales.
- Contracturas musculares recurrentes.
- Lesiones deportivas leves.
El trabajo del quiropráctico no sustituye al de otros profesionales de la salud, sino que puede complementarlo en el manejo del dolor o la mejora funcional del cuerpo.
Qué hace un quiropráctico
Durante una sesión de quiropráctica, el especialista realiza una evaluación completa del paciente, que puede incluir la revisión del historial clínico, pruebas de movilidad y, en algunos casos, estudios de imagen. Una vez identificado el problema, el quiropráctico efectúa ajustes vertebrales o manipulaciones manuales precisas para corregir las alteraciones detectadas.
Estos ajustes pueden producir un leve “chasquido” debido a la liberación de gas dentro de la articulación, lo cual es completamente normal y no causa daño. En ocasiones, se complementan las sesiones con ejercicios de estiramiento, recomendaciones posturales o consejos sobre hábitos saludables.
Las funciones principales de un quiropráctico son:
- Evaluar la postura y movilidad vertebral. Analiza posibles desalineaciones que puedan estar afectando al sistema nervioso.
- Aplicar ajustes manuales. Corrige las subluxaciones vertebrales mediante técnicas seguras y controladas.
- Mejorar la función del sistema nervioso. Un ajuste correcto puede reducir la tensión nerviosa y muscular.
- Promover la prevención. No se limita a tratar el dolor, sino que busca mantener la salud espinal y evitar futuras lesiones.
En la mayoría de los casos, las sesiones son indoloras y el paciente puede notar una sensación de alivio o mayor movilidad tras el tratamiento.
Qué esperar en una consulta quiropráctica
En la primera consulta quiropráctica, el profesional realiza una entrevista detallada sobre los síntomas, antecedentes médicos y hábitos de vida. Posteriormente, se efectúa una evaluación física de la postura, el rango de movimiento y la alineación vertebral. En algunos centros se utilizan herramientas específicas para medir la tensión muscular o el equilibrio postural.
Una vez valorada la situación, el quiropráctico explica al paciente el plan de tratamiento, que puede incluir una serie de sesiones para alcanzar resultados duraderos.
Durante la sesión, el ajuste se realiza en una camilla especial, con movimientos suaves y controlados. El profesional puede aplicar presión en diferentes puntos de la columna o las articulaciones, según el problema identificado.
Después del ajuste, es habitual experimentar una sensación de bienestar o ligereza, aunque en algunos casos puede aparecer una leve molestia muscular temporal, similar a la que se siente tras hacer ejercicio. Esto suele desaparecer en pocas horas y forma parte del proceso de adaptación del cuerpo.
El número de sesiones necesarias depende del caso, la edad del paciente y la gravedad del problema. Algunas personas acuden de forma periódica como medida preventiva, para mantener su columna en equilibrio.
Diferencia entre un osteópata y un quiropráctico
Aunque muchas personas los confunden, existen diferencias importantes entre un osteópata y un quiropráctico. Ambas disciplinas, osteopatía y quiropráctica, utilizan las manos para tratar disfunciones corporales, pero su enfoque, formación y técnicas son distintos:
| Aspecto | Quiropráctico | Osteópata |
| Enfoque principal | Sistema nervioso y columna vertebral. | Sistema musculoesquelético y órganos internos. |
| Objetivo | Restablecer la función del sistema nervioso a través del ajuste vertebral. | Mejorar la movilidad de los tejidos y el equilibrio corporal general. |
| Técnica | Manipulaciones rápidas y precisas (ajustes). | Movilizaciones más suaves, con trabajo sobre músculos y fascias. |
| Formación | Estudios universitarios específicos de quiropráctica (grado de 5-6 años). | Formación en osteopatía, a menudo posterior a la fisioterapia. |
| Campo de actuación | Problemas de espalda, cuello, cefaleas, ciática. | Dolor muscular, tensiones articulares, trastornos viscerales. |
Ambas profesiones pueden complementarse. Un paciente con dolor de espalda crónico, por ejemplo, puede beneficiarse de los ajustes quiroprácticos y de la terapia manual del osteópata para mejorar la movilidad y reducir la rigidez muscular.
Cuándo acudir a un quiropráctico
El tratamiento quiropráctico puede ser útil en diferentes situaciones. Se recomienda acudir a un profesional cuando existen:
- Dolores de espalda o cuello persistentes.
- Rigidez muscular o limitación en los movimientos.
- Hormigueo en brazos o piernas.
- Cefaleas tensionales.
- Lesiones leves relacionadas con el deporte o el trabajo.
- Dolor lumbar en el embarazo (previa autorización médica).
También puede ser beneficioso para personas que pasan muchas horas frente al ordenador o mantienen posturas estáticas prolongadas. En estos casos, la quiropráctica ayuda a mejorar la postura y prevenir lesiones musculares.
Seguridad y evidencia científica
La quiropráctica es una práctica reconocida y regulada en numerosos países. En España, los profesionales formados en universidades acreditadas pueden ejercer como quiroprácticos titulados, aunque su regulación aún está en proceso de reconocimiento sanitario oficial.
Diversos estudios han demostrado que los ajustes quiroprácticos pueden ser eficaces en el tratamiento del dolor lumbar crónico, las cervicalgias y ciertos trastornos musculoesqueléticos. Sin embargo, debe realizarse siempre por un profesional cualificado, ya que las manipulaciones mal ejecutadas pueden resultar contraproducentes.
Las asociaciones internacionales recomiendan que el tratamiento quiropráctico se complemente con ejercicio físico, educación postural y hábitos saludables, en lugar de sustituir las terapias médicas convencionales.
Mitos sobre la quiropráctica
A pesar de su creciente popularidad, aún existen creencias erróneas sobre esta disciplina:
- “Solo sirve para el dolor de espalda.” En realidad, la quiropráctica actúa sobre el sistema nervioso, por lo que puede influir positivamente en otras funciones corporales.
- “Los ajustes son peligrosos.” Si los realiza un profesional titulado, las manipulaciones son seguras y controladas.
- “Se necesita acudir toda la vida.” El número de sesiones varía según el caso; muchos pacientes solo acuden cuando lo necesitan.
- “Los huesos se recolocan.” En realidad, lo que se busca es mejorar la movilidad articular y reducir la presión nerviosa, no recolocar huesos.
Quiropráctica y bienestar integral
Más allá del tratamiento del dolor, la quiropráctica promueve un enfoque integral de la salud, basado en la prevención y el equilibrio del cuerpo. Un sistema nervioso libre de interferencias favorece un mejor descanso, digestión y rendimiento físico.
Por ello, cada vez más personas incorporan la quiropráctica a su rutina de cuidado personal, combinándola con ejercicio, alimentación equilibrada y revisiones médicas periódicas. El cuidado de la columna es esencial para mantener una buena calidad de vida. La quiropráctica puede ser una herramienta eficaz para aliviar molestias y mejorar el bienestar general, siempre bajo supervisión de un profesional acreditado. En SaludOnNet se pueden encontrar especialistas en fisioterapia, rehabilitación y tratamientos complementarios que ayudan a recuperar la movilidad y reducir el dolor sin esperas ni largas listas de espera.
Equipo Médico de SaludOnNet
Fuente de esta noticia: https://www.saludonnet.com/blog/que-es-un-quiropractico-y-que-hace/
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