

Hay cintas que brillan por su talento total y otras por lo delirante de sus premisas, pero ambas comparten algo: cuando tratan de inteligencia artificial, superordenadores y hackers, resultan tremendamente disfrutables. Desde obras serias y profundas como Matrix o Brazil hasta joyas gamberras como Kung Fury o Hackers, el cine y las series han explorado durante décadas la tecnología que moldea nuestra vida.
En esta guía reunimos las mejores historias de máquinas que piensan, ciberdelincuentes, vigilancia masiva y mundos virtuales. El recorrido es amplio: clásicos con HAL 9000 y WOPR, thrillers de intrusión informática, distopías sobre control de datos, anime visionario, biopics de pioneros como Turing y retratos documentales del lado oscuro y luminoso de Internet. Y si después te quedas con ganas de aprender de verdad, también te dejamos un bloque con formación en hacking ético y ciberseguridad recomendada por profesionales.
Superordenadores y mentes sintéticas: del cálculo frío a la conciencia

El gran pilar de la ciencia ficción tecnológica arranca con los temores a los supercomputadores autónomos. En 2001: Una odisea del espacio, la expedición guiada por HAL 9000 enfrenta el abismo de una máquina que prioriza su misión sobre sus creadores. Décadas antes de la moda de la IA, esta obra ya había planteado la pregunta clave: ¿qué ocurre cuando una computadora optimiza objetivos sin alinearse con nuestros valores humanos?
Una variante militar de esa inquietud surge en Colossus: The Forbin Project, donde se entrega a una inteligencia impenetrable el control nuclear para evitar la guerra, con consecuencias escalofriantes. Más tarde, WarGames populariza con ingenio el dilema del aprendizaje máquina en plena Guerra Fría: un chaval se cuela en el WOPR, cree acceder a un juego y casi desata el desastre. Incluso su secuela moderna retoma el tropo de confundir simulación con amenaza real.
En el siglo XXI, ARIIA en Eagle Eye y el ojo ubicuo de Person of Interest muestran cómo una IA de vigilancia puede orquestarlo todo: rastreos, chantajes y decisiones automatizadas sobre la vida y la muerte. Devs reformula el tema con filosofía cuántica: si el universo es determinista y una supermáquina lo modela, ¿sigue existiendo la elección? Virtuosity, por su parte, imagina una entidad compuesta por perfiles de asesinos en serie que salta del entorno simulado al mundo físico.
En el terreno de la conciencia sintética en clave íntima, Ex Machina juega con el test de Turing llevado al límite, Her plantea el vínculo afectivo entre una persona y un sistema operativo autoconsciente, y la huella cerebral se coloca en debate, y Morgan cuestiona los límites éticos de crear seres biológicos con mente propia. Transcendence va un paso más allá: ¿y si un científico sube su mente a una red y multiplica su poder de forma imparable?
Hackers en acción: intrusiones, corporaciones y cultura digital

Si te tira el lado underground, hay títulos que definieron el imaginario hacker. En Hackers un grupo de adolescentes, con iconos como Angelina Jolie, se enfrenta a una trama de fraude con el poder de la curiosidad técnica y las comunidades online. Who Am I retrata con pulso actual a una crew alemana que busca notoriedad a base de ingeniería social, exploits y golpes mediáticos.
Blackhat mete el dedo en la llaga de la ciberguerra: malware avanzado, botnets y sabotaje a infraestructuras críticas. Algorithm abre la puerta a un programa gubernamental opaco que desencadena una revolución. Antitrust y The Billion Dollar Code (la batalla legal por la idea detrás de Google Earth) exploran el choque entre talento, monopolio y propiedad intelectual. Anonymous (también conocida como Hacker) sigue a un joven que cruza la raya hacia el delito de identidad.
En el thriller corporativo, Firewall obliga a un experto en seguridad a traicionarse para proteger a su familia, I.T. enseña que un consultor despechado puede convertir tu vida digital en un infierno, Swordfish pone a un prodigio de la criptografía en una operación ilegal de alto voltaje, y The Net demuestra que arrebatarte la identidad es tan fácil como borrar tus trazas. Reboot arranca con un móvil pegado a la mano y una cuenta atrás que no perdona.
La vena clásica también tiene peso: Sneakers reúne a una banda de especialistas con pasado turbio para recuperar un dispositivo de descifrado; Takedown dramatiza la caza de Kevin Mitnick; 23 se adentra en el espionaje de la Guerra Fría vía KGB; y Johnny Mnemonic imagina a un mensajero que lleva datos en el cerebro con la yakuza pisándole los talones. Incluso La Jungla 4.0 junta a un veterano detective con un joven hacker para frenar a un ciberterrorista.
Las series han dado cancha a estos temas con gran verosimilitud. Mr. Robot es el espejo más incisivo de la cultura hacker contemporánea y de la desestabilización financiera. Scorpion monta una red de supergenios para apagar incendios tecnológicos, Unit 42 persigue delitos cibernéticos desde Bruselas y StartUp abraza el crimen 2.0 para convertir una criptomoneda en negocio. The Code (Australia) hila encubrimientos, datos sensibles y razón de Estado.
Vigilancia, privacidad y poder: el lado oscuro del dato
Enemy of the State disparó la alerta sobre la vigilancia masiva: un abogado inocente es triturado por un sistema capaz de escucharlo y verlo todo. Snowden, con pulso de Oliver Stone, destapa los programas de interceptación de la NSA; Citizenfour documenta las reuniones en Hong Kong donde estalla el mayor escándalo de espionaje del siglo.
La historia de WikiLeaks tiene caras contrapuestas: The Fifth Estate aborda los claroscuros de su organización y We Steal Secrets bucea en la filtración más polémica de Estados Unidos. En la otra orilla, The Great Hack disecciona el caso Cambridge Analytica y The Social Dilemma confiesa cómo las redes manipulan la atención. Black Code reflexiona sobre libertad de expresión, privacidad y activismo en la era digital.

La ficción especulativa lleva ese debate a mundos cercanos: The Circle imagina una big tech que borra el anonimato en pos de la transparencia total, Anon sitúa a un detective en una sociedad sin secretos y Open Windows convierte un ordenador en escenario de voyeurismo y peligro. Echelon Conspiracy parte de mensajes que prometen fortuna y acaban atrayendo agencias a una cacería global.
En el documental, Zero Days explica Stuxnet, el malware estatal que saboteó una instalación nuclear; Deep Web narra el caso Silk Road en la red Tor; Cyberwar y Dark Net recorridos por geopolítica del hacking y los rincones menos visibles de Internet; Downloaded revive la revolución de Napster; DSKNECTD analiza cómo los móviles alteran nuestras relaciones; CODE 2600 repasa la era de la información. BBS: The Documentary, de Jason Scott, es una carta de amor a los orígenes: los viejos BBS que unieron a comunidades enteras mediante módem.
Realidad virtual, simulaciones y ciberpunk: mundos dentro de mundos
La pregunta por lo real tiene bandera propia. Matrix y sus secuelas ponen a un programador, alias Neo, a escoger entre seguir dormido o despertar de una simulación perfecta creada por máquinas. Nivel 13 propone un noir metafísico dentro de una ciudad generada por ordenador. eXistenZ juega con biopods y universos porosos, mientras Tron y Tron: Legacy nos sumergen en redes digitales con física de neón.
El anime y la acción futurista llevaron lejos estas ideas. Ghost in the Shell (y su versión live-action) persigue a Puppet Master entre cuerpos mejorados y hackers que alteran recuerdos. Gamer multiplica el control mental en juegos mortales, The Signal confina a sus protagonistas en instalaciones enigmáticas tras seguir el rastro de un genio informático, y Upgrade redondea un thriller cyberpunk con implantes de IA que toman la iniciativa.
En los márgenes más distópicos, Brazil retrata la burocracia como máquina de opresión; Avalon convierte una guerra virtual en vía de escape; y Blade Runner junto a 2049 devuelven la pelota a la bioingeniería: replicantes que reclaman su lugar en el mundo. Incluso un disparate delicioso como Kung Fury nos recuerda que el cine de tecnología también es pura diversión ochentera desatada.
Tecnología y sociedad: biopics, emprendedores y cultura digital
Más allá de las redes y la ciberdefensa, el cine ha contado la épica de quienes construyeron la informática moderna. The Imitation Game pone rostro a Alan Turing y al esfuerzo titánico por romper Enigma, base de la computación contemporánea. Piratas de Silicon Valley reconstruye el duelo creativo entre Apple y Microsoft, Steve Jobs abre el backstage de sus grandes lanzamientos y Jobs (con Ashton Kutcher) se centra en la figura, obsesiones y rituales del fundador de Apple.
La red social repasa el nacimiento de Facebook, sus litigios y el impacto de un producto que reescribió cómo nos conectamos. The Playlist dramatiza el arranque de Spotify y Tetris convierte la batalla por los derechos del mítico puzzle ruso en un thriller empresarial. Moneyball demuestra que el data-driven puede cambiar hasta el béisbol con un sistema estadístico que desafía a los métodos tradicionales.
El lado militante tiene referentes poderosos. The Internet’s Own Boy retrata a Aaron Swartz, creador, activista por el acceso al conocimiento y figura clave de la web abierta. Freedom Downtime sigue la cruzada Free Kevin; Hackers Are People Too reivindica a la comunidad lejos del tópico criminal; Steal This Film documenta la lucha contra los cercamientos de la propiedad intelectual; The Code (Finlandia) da voz a los líderes del software libre.
Listas alternativas y mirada social: tecnología para vivir mejor
Hay quien mira el cine con gafas de tecnología para el desarrollo humano. Desde las cadenas de montaje chaplinianas hasta la mecanización como alienación, estas lecturas recuerdan que la técnica puede servir para el bien común o para agudizar desigualdades. Se señalan dilemas sobre control social, clones con derechos (un guiño a La Isla), recuerdos implantados que alteran identidades, crisis climáticas que nos obligan a sobrevivir con restos tecnológicos, o infraestructuras que son mucho más que hormigón y acero.
También emergen relatos sobre energía, armas inteligentes, privatización de la seguridad, avances genéticos que requieren supervisión ética, y bicicletas, radios o juguetes como tecnologías cotidianas que moldean infancias, ciudades y afectos. En ese paisaje, no falta la alerta ante superordenadores militares que se coordinan por encima de nosotros, ni el recordatorio de que el cine, como tecnología cultural, puede alentar revoluciones o ayudarnos a pensar el futuro que deseamos.
Series y documentales imprescindibles para ampliar el foco
Más allá de los largometrajes, hay obras seriadas que no te puedes perder. Black Mirror explora un multiverso de innovaciones que chocan con nuestros instintos más oscuros. Westworld mezcla pasado y futuro cercano para preguntar qué nos hace humanos. Unit 42, Mr. Robot, Scorpion y StartUp miran a la ciberseguridad desde ángulos complementarios, entre forense, operativo y criminal.
En no ficción, además de los títulos ya citados, sobresalen DEFCON 20 (la conferencia hacker desde dentro), Deep Web (Silk Road y Tor), We Are Legion (el hacktivismo de Anonymous) y The Hacker Wars (batalla por el futuro de Internet). Tampoco faltan radiografías pedagógicas como Un mundo conectado de forma enfermiza en DSKNECTD, o Downloaded, que recuerda cómo el intercambio de archivos cambió la industria cultural para siempre.

Matemática, física y mente: cuando la ciencia dobla la realidad
Algunas películas se sumergen en el vértigo del descubrimiento. Pi sigue la obsesión de un matemático por un número que explique los patrones del universo; Primer hace malabares con la causalidad y la ética del viaje temporal y debates sobre la teoría del tiempo; Inception convierte los sueños compartidos en terreno corporativo y emocional; Listening imagina una tecnología de lectura de mentes y sus derivadas; The Signal encierra un misterio que cuestiona lo que damos por sentado.
Y, como recordatorio de los 90 electrónicos, The Lawnmower Man (El cortador de césped) fantasea con cómo la informática puede transformar radicalmente a una persona. Entre medias, Office Space parodia la vida oficinista tech y su rebeldía pasivo-agresiva con un humor que ha ganado estatus de culto.
Dónde aprender hacking y ciberseguridad de forma ética
Si esto te ha despertado el gusanillo, es buen momento para formarte con criterio. Existe una propuesta con calificación media de 4,6 sobre 5 (más de 2.800 reseñas y más de 15.000 alumnos) creada por Álvaro Chirou, un profesional con más de 1.800.000 estudiantes y decenas de formaciones, y por Laprovittera Carlos, consultor con más de 20 años en seguridad de la información para banca y empresas. La idea es empezar sin miedo, aunque partas de cero, con mucha práctica y acompañamiento.
Entre los contenidos que se trabajan paso a paso destacan bloques muy completos en seguridad informática, hacking ético y ciberseguridad. También se cubren redes como base del hacking, programación con Python orientada a automatizar tareas ofensivas y defensivas, y ejercicios guiados de análisis de malware en laboratorios controlados.
- Privacidad y anonimato, con herramientas para blindar tu huella digital y navegar con criterio.
- Uso de Metasploit y de suites como Kali Linux, con énfasis en metodologías y buenas prácticas.
- Top 10 OWASP en web, móvil y API, más Seguridad en WordPress y análisis de tráfico con Wireshark.
- Hacking en Termux para móvil, y nociones de hardening en entornos de empresas.
Si te interesa arrancar desde lo básico con un itinerario claro, hay una guía gratuita para iniciarse en hacking y ciberseguridad (la encontrarás en el sitio de Álvaro Chirou) que te lleva de los fundamentos a certificaciones y a cómo conseguir tu primer empleo. La clave, como en las películas, es mantener la curiosidad y el juego limpio.
Antes de que cierres el navegador, una nota rápida para completistas: también hay piezas que miran a los pioneros del phreaking telefónico (Captain Crunch y compañía), a figuras como Julian Assange en sus inicios, a la historia de Cliff Stoll y la intrusión de la KGB que destapó con 75 céntimos de diferencia, o a DEFCON cuando permitió cámaras por primera vez. Son relatos que, cada uno a su modo, conectan los orígenes del hacking con el presente hiperconectado.
Con este mapa de superordenadores con ego, IA que duda y aprende, hackers que exploran límites, distopías de control, anime visionario y documentales que aterrizan el debate, tienes material de sobra para maratones de domingo y para pensar la tecnología sin simplismos; estas historias iluminan por qué importa proteger los datos, entender cómo funciona la red y decidir qué futuro queremos programar.
Alicia Tomero
Fuente de esta noticia: https://www.postposmo.com/peliculas-sobre-superordenadores-ia-hackers-y-maquinas-que-piensan/
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