

La Misa tradicional en latín volvió a celebrarse en el Altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro, con una afluencia de miles de fieles que venían esperando este momento desde hacía años, dentro de la peregrinación Summorum Pontificum. La ceremonia, presidida por el cardenal Raymond Burke, devolvió el usus antiquior del rito romano al corazón del Vaticano.
La autorización, concedida bajo el pontificado de León XIV, llega tras un periodo de limitaciones establecido en 2021, lo que muchos interpretan como un gesto de apertura hacia quienes aprecian esta forma litúrgica. Para varios observadores, el permiso para oficiar de nuevo en el Altar de la Cátedra dentro de San Pedro supone un hito simbólico.
Una celebración pontifical en el Altar de la Cátedra
Se trató de una Solemne Misa Pontifical, es decir, la forma mayor del rito tridentino presidida por un obispo, celebrada íntegramente en latín y con el ceremonial propio del misal de 1962. El cardenal Burke eligió el Altar de la Cátedra, uno de los espacios más emblemáticos de la basílica, para esta liturgia.

El templo se llenó con un público heterogéneo —familias, jóvenes y peregrinos de múltiples países—, que siguió una ceremonia prolongada, marcada por el canto gregoriano, el uso de incienso y la orientación ritual propia del Vetus Ordo. El enclave subraya la continuidad con la sede de Pedro y su dimensión universal.
Peregrinación Summorum Pontificum y calendario
La Misa tuvo lugar durante la peregrinación Summorum Pontificum, celebrada del 24 al 26 de octubre, un encuentro que reúne cada año a fieles y clero que desean dar testimonio de su apego a la liturgia tradicional. Esta edición regresó a San Pedro tras no poder celebrarse en 2023 y 2024 en los grandes altares de la basílica.
El programa incluyó vísperas en San Lorenzo in Lucina presididas por el cardenal Matteo Zuppi, gesto destacado por su tono conciliador. Al término, Zuppi saludó a Burke, una imagen interpretada como señal de acercamiento entre sensibilidades distintas dentro de la Iglesia.
Antes de esta vuelta, la última vez que se había celebrado públicamente en San Pedro una liturgia de este tipo fue en 2022, oficiada por Monseñor Marco Agostini. La reanudación actual, con Burke al frente, ha sido percibida por los participantes como una continuidad de la peregrinación ad Petri Sedem.
De Benedicto XVI a Francisco y León XIV: claves normativas
En 2007, Benedicto XVI promulgó el motu proprio Summorum Pontificum, que facilitó la celebración del rito tradicional, considerado entonces en “forma extraordinaria” junto a la forma ordinaria emanada tras el Concilio Vaticano II. Aquella decisión amplió su presencia en parroquias y comunidades de numerosos países europeos.
En 2021, el motu proprio Traditionis Custodes introdujo límites y sometió la celebración del rito antiguo a la autorización del obispo diocesano, además de restringir su práctica en algunos espacios vaticanos y orientar su ubicación a capillas concretas. La nueva autorización en la Basílica de San Pedro se ha interpretado como un paso hacia la distensión.
Plataformas afines a la liturgia tradicional, como Rorate Caeli, han calificado el regreso a la Cátedra como un signo relevante. También analistas como François Mabille han leído la decisión como un mensaje dirigido al sector conservador, mientras el Papa León XIV insiste en evitar la polarización y desaconseja convertir la liturgia en un instrumento político.
La homilía de Burke y las referencias marianas
En su homilía, el cardenal Burke expresó su alegría por celebrar en el Altar de la Cátedra como culminación de la peregrinación, y ofreció la Misa por los fieles que preservan la belleza del usus antiquior. Recordó además el aniversario de la promulgación de Summorum Pontificum y la continuidad de esta forma litúrgica en la historia de la Iglesia.
Burke centró parte de su reflexión en la Virgen María, evocando el centenario de las apariciones vinculadas a Fátima a Sor Lucía en España y la encíclica Quas Primas de Pío XI sobre Cristo Rey. También alertó del daño de corrientes ideológicas y de la apostasía, llamando a mantener la mirada fija en Cristo y a la fidelidad a la tradición recibida.
Implicaciones en España y Europa
En España y otros países europeos, donde existen comunidades vivas vinculadas al Vetus Ordo, la noticia ha sido seguida de cerca. La práctica seguirá requiriendo discernimiento y autorizaciones diocesanas, pero el regreso a San Pedro tiene un peso simbólico que podría influir en el debate litúrgico continental.
Desde el ámbito académico y pastoral se apunta que la decisión actúa como gesto de apaciguamiento, a la vez que persiste el desafío de evitar usos ideológicos de la liturgia. Voces como la del teólogo Terence Sweeney subrayan la complejidad de armonizar enfoques previos, mientras el coordinador Christian Marquant agradeció al Papa la posibilidad de volver al altar mayor vaticano.
El regreso de la Misa tradicional en latín a un altar principal de la Basílica de San Pedro, con Raymond Burke al frente y miles de fieles presentes, marca un capítulo relevante en la convivencia litúrgica: una señal de apertura que, sin derogar las normas vigentes, busca mantener la unidad eclesial en torno a la riqueza de la tradición y la vida sacramental de la Iglesia.
Postposmo
Fuente de esta noticia: https://www.postposmo.com/la-misa-tradicional-en-latin-vuelve-al-corazon-de-san-pedro/
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