

Ecuador, un país conocido por su riqueza cultural y biodiversidad, enfrenta actualmente una crisis de violencia sin precedentes. En los últimos meses, los actos delictivos y los atentados han sacudido a diferentes regiones del país, dejando una estela de temor e incertidumbre en la población. La escalada de violencia, atribuida principalmente al accionar de bandas criminales, ha puesto en jaque a las autoridades y ha generado un alarmante aumento en los índices de homicidios.

El pasado martes 14 de octubre, una fuerte explosión en el centro de Guayaquil conmocionó a la ciudad y al país entero.
El incidente ocurrió cuando una camioneta en llamas estalló frente a un concurrido centro comercial en la avenida José Joaquín Orrantia. Las autoridades reportaron la muerte de al menos una persona y varias más resultaron heridas. El gobierno calificó este hecho como un «acto terrorista», señalando que los explosivos utilizados eran de fabricación profesional.

El ataque fue atribuido a grupos delincuenciales que buscan sembrar el caos en una ciudad que se ha convertido en un bastión del crimen organizado debido a su ubicación estratégica en la costa del Pacífico. Este evento se suma a otros episodios violentos recientes, como la explosión de un vehículo frente a una cárcel el mes pasado y el ataque al coche presidencial.

La violencia no se limita a Guayaquil. En General Villamil Playas, una localidad costera frecuentada por turistas, se han registrado múltiples asesinatos en los últimos meses. Uno de los casos más impactantes ocurrió el pasado 12 de octubre, cuando un ataque armado durante una fiesta de quince años dejó cinco personas fallecidas. Los atacantes ingresaron al lugar y dispararon indiscriminadamente contra los asistentes, dejando cuerpos tendidos en el suelo mientras los sobrevivientes intentaban protegerse.
Además, el 20 de junio, diez personas fueron asesinadas mientras jugaban billar en un bar de esta misma ciudad. Entre las víctimas se encontraban funcionarios municipales y ciudadanos locales, lo que evidencia la creciente inseguridad incluso para figuras públicas.

La situación es igualmente alarmante en otras regiones del país. En la provincia de Los Ríos, ocho personas fueron encontradas sin vida el lunes 13 de octubre, maniatadas y abandonadas a un costado de una carretera rural. Las víctimas formaban parte de un grupo familiar cuya desaparición había sido denunciada días antes. Este caso podría estar relacionado con disputas entre bandas criminales. Aún se desconoce el paradero de otras cuatro personas, incluidas tres menores de edad.

En los últimos cuatro días, Ecuador ha registrado siete masacres que han dejado un saldo de 33 personas asesinadas y casi 20 heridas. Uno de los ataques más recientes ocurrió en el sector Cisne 2 de Guayaquil, donde hombres encapuchados dispararon más de 80 veces durante un campeonato de fútbol, dejando seis muertos y 15 heridos, entre ellos tres menores de edad.
Ecuador se ha convertido en un punto estratégico para el tráfico de drogas hacia Estados Unidos y Europa, lo que ha intensificado la lucha entre bandas criminales por el control territorial. Esta violencia ha llevado al país a encabezar los índices de homicidios en América Latina, con un promedio superior a un asesinato por hora en los primeros meses del año 2025.
Según cifras oficiales, Ecuador registró mas de 6 mil muertos por homicidio este año. Sin embargo, expertos consideran que estas cifras podrían ser mayores debido a que muchas familias optan por no reportar los casos para evitar trámites burocráticos y costos asociados.
La incapacidad del gobierno para frenar esta ola de violencia ha generado críticas y descontento entre la población. Las autoridades policiales, jueces y políticos enfrentan constantes amenazas por parte de las bandas criminales, lo que dificulta aún más la aplicación de la justicia. Mientras tanto, el gobierno actual responsabiliza a administraciones anteriores por la crisis de seguridad.
La situación ha llegado a tal punto que ni siquiera los hogares son considerados seguros. Las bandas criminales ingresan a las viviendas para cometer asesinatos masivos, dejando a las familias ecuatorianas en un estado constante de temor.
Ecuador atraviesa uno de los momentos más oscuros de su historia reciente. La violencia desatada por el crimen organizado ha puesto al país en una situación crítica, donde la vida cotidiana se ve constantemente amenazada. Es urgente que las autoridades adopten medidas contundentes para combatir esta crisis y restaurar la seguridad en el territorio nacional. Sin embargo, mientras no se fortalezcan las instituciones y se garantice la protección de los ciudadanos, la lucha contra el crimen organizado seguirá siendo un desafío monumental para Ecuador.
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