

Los graves problemas de abusos sexuales a niños y adolescentes, han enturbiado totalmente las visiones de la sociedad hacia la iglesia católica. Semejantes hechos en contra de niños y niñas, refleja los terribles problemas humanos de quiénes supuestamente eran los guardianes de la religiosidad cristiana. Todavía se investigan esos graves hechos, que han destruido vidas humanas y familias alrededor de los afectados y afectadas.
Es cierto que la iglesia católica tiene obras sociales, como colegios y hospitales, que dan un servicio social importante a la sociedad. Sobre todo, en países como el nuestro, con débiles instituciones estatales donde la precariedad es el pan de cada día, estos servicios reemplazan esas falencias del Estado.
Pero la iglesia católica en Bolivia, se ha quedado absolutamente retrasada y obsoleta respecto de los problemas que están aconteciendo en nuestro país. Los discursos de domingo no tienen sentido alguno, en referencia de los problemas sociales y políticos del país. Son reflexiones arcaicas, vacías de contenidos y llamados de atención a las nubes, que no tienen vigencia ni impacto alguno en la feligresía.
Lejos han quedado aquellos acontecimientos de la iglesia, cuando eran retaguardia y refugio de quiénes estaban siendo perseguidos por las dictaduras. O de aquellos curas y monjas, que sin miedo alguno criticaban a los gobernantes de sus aberrantes actos en contra de personas, o instituciones asaltadas y saqueadas. Lejos han quedado aquellos documentos de denuncias de injusticias, de reflexiones en favor de los derechos humanos.
Los cambios del mundo no han cambiado a la iglesia católica. Estancada y atornillada en las visiones tradicionales y conservadoras, no aporta en nada a la sociedad. La iglesia es inercia, aburrimiento cristiano y repetición de la biblia en sus versiones más medievales e interpretaciones sin conexión con el mundo actual.
La iglesia católica no tiene hoy gente de avanzada, progresista. De católicos que lean con ojos del presente al cristianismo, para aportar en las soluciones de los complejos problemas sociales del país. Realmente no es posible, que semejante institución se mantenga al margen de los problemas sociales y económicos. Conducidos por unos viejitos inútiles y cómplices de los problemas, pues el no hacer nada teniendo posibilidades es peor, porque hay sectores que no pueden hacer nada por la imposibilidad material.
Ya es un insulto al país que la iglesia católica se mantenga al margen de los problemas. No es posible que los católicos de avanzada, que los hay, sigan expectantes del desastre nacional. Y que sigan dejando que las cúpulas en manos de los cómplices e inútiles, conduzcan los destinos de dicha institución. Sin liderazgos católicos, sin proyectos de país y dejando a sus centros educativos casi al azar de los sucesos del país.
Muy a pesar de nuestros gobernantes, que son tontos e inútiles en general, el país avanza en la sociedad. Los esfuerzos son enormes y sacrificados, pues sin apoyo institucional, sin inversiones, sin tecnologías de punta que nos permitan contactos con el mundo, para atraer inversiones, gente calificada, experiencias para copiar en nuestras realidades.
Existen cambios tectónicos que se dibujan por el mundo. Nosotros seguimos aislados y en el siglo XIX, con mentalidades cuasi cavernarias y analfabetas funcionales en las conducciones institucionales. En estos escenarios, la iglesia católica podría aportar de sobre manera, empujando a sus cuadros cristianos desde sus centros educativos a renovar las visiones de país.
Definitivamente tienen que cambiar sus cúpulas, los que están no sirven para estos cambios que se están produciendo. No se les puede exigir mucho a esos viejitos medievales, conservadores y al margen de las coyunturas y problemas del mundo actual. Ellos que sigan rezando sus rosarios en sus cuartos de lujo; pero que las decisiones institucionales pasen a sus cuadros de avanzada, con visiones nuevas y renovadas. Es lo que necesita nuestro país, con urgencia.
Desde la sociedad civil, es un derecho exigir cambios a una institución como la iglesia católica. Institución con enorme poder en sus infraestructuras educativas, con contactos internacionales en la cooperación, como en otras instituciones importantes de mundo. Instituciones con capacidades de cambios y renovaciones en países enteros.
A estas alturas del partido, mantenerse al margen de las exigencias del país, es simplemente un engaño e impostura hacia el pueblo. Es una complicidad con el desastre, es decir con la pobreza y la miseria generada por la politiquería y la miseria mental, de quiénes creen que son políticos. Que no lo son sino delincuentes ideologizados. Esos son los resultados de estos años, resultados objetivos y palpables que nos han llevado al desastre en donde otra vez estamos.
La iglesia católica tiene el poder de encontrar su lugar en el país. Un lugar en estos tiempos cambiantes y desafiantes. La iglesia católica tiene la capacidad de regenerarse así misma, para contribuir con los suyo y aportar en serio a las demandas de la sociedad civil.
Además, la iglesia católica está en deuda con el país profundo en Bolivia. Después de los acontecimientos de abusos sexuales contra niños y adolescentes, en algunos de sus centros educativos, al menos tiene que mostrar cambios que sean positivos y ojalá de avanzada, en el sentido de aportes substanciales a las demandas de nuestra Patria.
Publicado por: La Voz de Tarija
Fuente de esta noticia: https://lavozdetarija.com/2025/10/05/la-iglesia-catolica-y-los-problemas-sociales/
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